Su historia comenzó a conocerse en enero pasado, cuando el pendiente fue hallado en uno de los campos de concentración más brutales que la Alemania nazi había diseñado. En Sobibor, Karolina Cohn y otros miles de judíos, fueron llevados para su exterminio.
La pequeña que por entonces tenía 14 años, había nacido el 3 de julio de 1929 en Frankfurt. Pero su vida comenzó a apagarse cuando el 11 de noviembre de 1941 fue trasladada de su ciudad natal a Minsk, Bielorrusia. No está claro si murió allí y fue trasladada en septiembre de 1943 a Sobibor, donde un pendiente perteneciente a ella fue hallado en enero pasado.
El pendiente fue clave para identificar a la niña. Una grabación con la fecha y el lugar de nacimiento permitieron a los investigadores seguir una pista clave para determinar su paradero. Encontrado por el arqueólogo israelí Yoram Haimi y el polaco Wojciech Mazurek, el colgante triangular tenía la inscripción Mazel Tov, la letra hebrea hei y estrellas de David.
Los archivos de Frankfurt consultados por los investigadores pudieron llevar a parte de la verdad. Ese pendiente perteneció a Karolina Cohn, quien casi seguro murió a los 14 años. "La cantidad de cosas encontradas enterradas allí (en Sobibor) es inconcebible", señaló Haimi. Eran cientos de objetos entre joyas, ropas, cubiertos. Se cree que las víctimas los enterraban involuntariamente con sus pies cuando eran obligados a desvestirse antes de ingresar en las cámaras de gas.
Lo que aún no queda claro -y quizás nunca sea posible revelar- es si Karolina murió en Minsk o Sobibor. Según el arqueólogo Yad Vashem, esas son las dos posibilidades, ya que no figuran registros de que la pequeña haya sido trasladada. Lo más probable es que si murió en Minsk, algún familiar o amigo haya recogido el pendiente y luego éste fuera trasladado a Sobibor en septiembre de 1943, cuando el campo de concentración bielorruso fue desmantenlado por la Unión Soviética tras la recuperación de ese territorio de manos alemanas, según consignó el diario Haaretz.
En cambio, si efectivamente en esa fecha fue la propia víctima la que fue llevada hasta Polonia, entonces Karolina murió en la antesala de la cámara de gas, donde fue encontrado el colgante.
Hoy, y a pesar de los esfuerzos de los nazis por borrar su historia -la de ella y la de millones de judíos durante la Segunda Guerra Mundial-, unos cien familiares de la niña le rendirán tributo. Ninguno la conoció. Fueron contactados por Chaim Motzen, de Israel, quien elaboró el árbol genealógico de Karolina y consiguió reunir a unas treinta familias de alrededor del mundo. La ceremonia será en la puerta de entrada de lo que fue su vivienda en Frankfurt, donde la niña vivió con sus padres –Richard y Else Cohn– y su hermana -Gitta- antes de ser trasladados a Minsk y ser despojados de todo. Salvo de su huella en la historia.
LEA MÁS:
MÁS TEMAS: