Un periódico afiliado a la organización terrorista Hezbollah dijo este martes que el primer ministro del Líbano, Saad Hariri, está bajo arresto domiciliario en Arabia Saudita, desde donde anunció su renuncia el sábado citando como razón las amenazas de muerte recibidas por el grupo guerrillero.
Pero la cadena Future TV, que pertenece a Hariri, y la agencia estatal saudita SPA indicaron, por el contrario, que el ex mandatario se encontraría refugiado en el país y que este martes voló a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) para reunirse con el príncipe Mohammed bin Zayed al Nahyan, aliado de Riad.
Hariri es el político sunita más influyente del Líbano, opuesto a las milicias chiitas de Hezbollah, y un aliado firme de Arabia Saudita, donde, incluso, el empresario nació en 1970, mientras su padre Rafic, también premier del país y asesinado en 2005, trabajaba.
Pero el periódico libanés al Akhbar, alineado con el grupo terrorista, aseguró que Hariri "fue puesto bajo arresto domiciliario pocas horas después de haber llegado a Riad el viernes y se mantiene en ese Estado", citando a fuentes anónimas.
Incluso el lunes ya había acusaciones desde el Líbano de que el primer ministro había renunciado por orden de Arabia Saudita, lo que fue considerado una "insensatez" por parte del ministro de Exteriores del reino, Adel Jubeir.
Además de anunciar su viaje a los EAU, Riad publicó una foto de Hariri reunido con el rey Salman bin Abdulaziz Al Saud para intentar despejar dudas.
La renuncia de Hariri ha sacudido al Líbano y lanzado al pequeño país al centro de la más grande rivalidad de Medio Oriente entre la sunita Arabia Saudita, y sus aliados del Golfo Pérsico, y la chiita Irán y sus socios en Siria, Irak y Yemen, incluyendo a Hezbollah.
El grupo terrorista, que pelea en Siria en apoyo del régimen y mantiene un largo conflicto con Israel, tiene un rol activo en la política del país y, de hecho, forma parte de la coalición de gobierno que lideraba Hariri hasta el sábado.
Al respecto, Riad dijo el lunes que el Líbano les había declarado la guerra a través de las agresiones de Hezbollah.
Las tensiones en la región también aumentaron el sábado por el ataque con un misil balístico de parte los milicias chiitas hutíes en Yemen, y presuntamente apoyadas por Irán, sobre Arabia Saudita, que participa activamente en la guerra civil que azota ese país.
Riad culpó directamente a Teherán de suministrar el misil, una "agresión militar directa" contra el régimen.
Además, el flamante príncipe heredero al trono saudita encaró también el sábado una intensa purga de miembros de la familia real y funcionarios acusados de corrupción, que para algunos constituye un intento de consolidar su poder.
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