Mohammed bin Salman, heredero al trono de Arabia Saudita y flamente director del comité anticorrupción, ordenó este sábado el arresto de 10 príncipes miembros de la familia real y decenas de funcionarios acusados por lavado de dinero y otros delitos.
El comité, que fue formado apenas horas antes de los arrestos por un decreto real, está investigando hechos de corrupción originados durante las inundaciones de Jeddah en 2009, durante las cuales murieron 122 personas, y en la epidemia del virus MERS, según destacó la cadena oficial Al Arabiya.
Uno de los arrestados es el empresario y multimillonario Waleed bin Talal, sobrino del rey y dueño de Kindom Holding Company, una empresa que tiene participaciones en Amazon, Apple, Twitter, Coca Cola y Disney, entre muchas otras compañías.
Salman es hijo del rey Salman bin Abdulaziz Al Saud y también ocupa el cargo de Ministro de Defensa. Hace pocos meses reemplazó a Mohammed bin Nayef, sobrino del rey, como príncipe heredero y rápidamente comenzó a exponer sus ideas reformistas, que incluyen una moderación del extremismo religioso en el país.
Además de los arrestos también se realizaron este sábado numerosos cambios de ministerio, incluyendo el desplazamiento del director de la Guardia Nacional Saudita, príncipe Meteb bin Abdullah; el ministro de Economía Adel Fakeih; y el comandante de la marina saudita, Abdullah al Sultan, según destacó Al Jazeera.
Los sorpresivos y rápidos movimientos en el gobierno de Arabia Saudita coincidieron este sábado con un ataque con un misil balístico de parte de los rebeldes hutíes en Yemen. El proyectil fue interceptado sobre la capital, Riad, por las defensas antiaéreas sauditas sin que se produjeron víctimas ni destrozos.
Arabia Saudita lidera una coalición de países árabes que intervienen en la guerra civil en Yemen del lado del presidente Hadi y en contra de los rebeldes hutíes, que ocupan la capital, Saná.
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