Por qué el Estado Islámico no reconoce al terrorista de Nueva York y cuál es su estrategia para atribuirse atentados

En los últimos dos años, el Estado Islámico ha parecido reivindicar casi cualquier atentado en Europa o Estados Unidos. Así alimenta su aparato de propaganda, por más que se haya frustrado o que no exista ningún vínculo comprobable entre el hecho y la estructura yihadista. Sin embargo, hay un tipo de ataque del que ISIS guarda distancia.

Las sospechas sobre la estrategia de comunicación del grupo terrorista, a través de su agencia Amaq, quedaron en relieve recientemente, luego de la rápida reivindicación de la masacre de Las Vegas. El FBI todavía lucha por descifrar qué motivó a Stephen Paddock a cometer la matanza, pero el ISIS no dudó en llamarlo un "soldado" de su organización, sin ofrecer pruebas de ello.

"Dáesh (acrónimo en árabe del Estado Islámico) tiene tendencia a reivindicar todos los atentados, porque se redujeron militarmente y al mismo tiempo tienen que seguir afirmándose en el espacio mediático", explicó el ministro del Interior francés, Gérard Collomb.

Durante los primeros años tras la proclamación del califato, el grupo parecía esperar a tener una evidencia contundente, como una declaración de lealtad en audio o video, o el hallazgo de material de propaganda en el domicilio del autor. Sin embargo, desde el atentado de Niza, al sur de Francia en 2016, surgieron las dudas. El ISIS lo reivindicó en medio del estupor por las 86 muertes en plena fiesta nacional, pero las autoridades francesas atribuyeron el ataque a un desequilibrio mental y no hallaron vínculos con el yihadismo en su investigación.

No obstante, la estrategia también ha virado en otro punto. Y la falta de reivindicación del ataque del uzbeko Sayfullo Saipov en Nueva York tiene varios antecedentes.

El tiroteo en el Museo Judío de Bruselas (2014, cuatro muertos), un atentado al tren Thalys (2015, tres heridos), las bombas plantadas en Nueva York y Nueva Jersey (2016, 35 heridos), una embestida vehicular en Estocolmo (2017, cinco muertos). Los autores de todos estos actos tenían, como Saipov, claros vínculos con la organización yihadista. Sin embargo, el ISIS no los reivindicó.

Todos tienen un componente en común: el autor o autores de los atentados no murieron en el ataque sino que fueron detenidos.

El Estado Islámico, aparentemente, no reivindica ni se atribuye aquellos ataques en los que los terroristas hayan sobrevivido a los mismos.

El caso más notorio se relaciona a los ataques coordinados de París en 2015. El Estado Islámico celebró los atentados y mostró como héroes a la mayoría de los autores de la masacre. A todos menos uno, Salah Abdeslam, que sobrevivió la jornada y está en manos de la policía.

Así, mientras se continúan acumulando proclamas de Saipov al ISIS (pidió tener una bandera yihadista en su cama del hospital y la policía halló múltiples videos de las matanzas en Siria en su celular), no se espera una proclama del caso de Nueva York, si es que el grupo terrorista continúa su estrategia de propaganda.

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