Vladimir Putin se ha convertido en uno los líderes rusos más longevos en el poder, alternando entre la presidencia y el primer ministerio desde 1999 hasta la fecha sin pausa ni competencia interno.
Pero aunque parezca ser el único hombre fuerte del inmenso país, una red de amigos y colaboradores sostiene su gobierno al mando de las unas dos superpotencias del mundo, o al menos su vasta fortuna.
El periódico independiente Novaya Gazeta acaba de revelar que este círculo íntimo del mandatario ha recolectado unos 24 mil millones de dólares en hechos de corrupción vinculados a la obra pública y los contratos de explotación de recursos naturales, especialmente gas y petróleo en torno a la empresa estatal Gazprom.
Sólo la fortuna personal de Putin se calcula en 200 mil millones, en las estimaciones más altas, y varios de su colaboradores han aparecido en la filtración llamada Panama Papers por un esquema de lavado de dinero que alcanza a los 2 mil milllones de dólares, según reportó el periódico Moscow Times.
Esto incluye a Sergei Roldugin, músico y amigo de la infancia del presidente, que apareció en las listas como presidente de varias de las compañías involucradas en el lavado.
Novaya Gazeta publicó su estimado en base a un informe del Proyecto de Reporte de Corrupción y Crimen Organizado (OCCRP, en inglés), un grupo de investigadores, medios y centros que monitorean hechos ilícitos en Europa el Este, Asia Central y Centroamérica.
La investigación del OCCRP indica que Roldguin y otras dos figuras cercanas a Putin serían testaferros del presidente que no pueden justificar las vastas fortunas que amasan. De hecho no tienen puestos en el gobierno, no manejan empresas, ni tienen empleos bien pagos o siquiera viven vidas de lujo.
Uno de ellos es Mikhail Shelomov, hijo del primo de Putin, que posee una fortuna de 573 millones de dólares y trabaja en un cargo bajo en una empresa petrolera estatal. Su sueldo: 700 dólares al mes.
Mientras que Pyotr Kolbin, valuado en 550 millones de dólares, es un ex carnicero y compañero de aventuras juveniles del líder del Kremlin.
Además de estos tres presuntos testaferros, numeroso amigos íntimos de Putin amasaron fortunas en su gobierno. Tal es el caso de Yuri Kovalchuk, dueño del Banco Rossiya e incluido en una lista de sanciones de Estados Unidos, cuya fortuna se estima en mil millones de dólares, o los hermanos Arkadiy y Boris Rotenberg, amigos de la infancia del presidente y dueños de una empresa de construcción ligada al estado y valuada en 3.600 millones de dólares.
La familia es también importante para el mandatario. Sus hijas Katerina Tikhonova y Maria Putina ocupan cargos importantes en el gobierno y sus esposos manejan empresas ligadas al Estado, mientras que el primo de Putin, Igor, formó parte del esquema de lavado develado por Novaya Gazeta.
Un enorme país marcado por los recursos naturales y la corrupción
La trama de corrupción rusa sigue de cerca la historia reciente del gigante euroasiático, que tras el caos de la caída de la Unión Soviética (URSS), en 1991, vivió una era de gobiernos y leyes débiles, privatizaciones masivas en medio de esquemas de corrupción y la dependencia en la exportación de recursos petroleros y mineros que dio lugar al surgimiento de una nueva oligarquía.
Esta situación dio como resultado que el ex estado comunista, con propiedad colectiva de los medios de producción, pasara rápidamente a convertirse en uno de los países con mayores niveles de desigualdad en el mundo.
En medio de esta situación Putin alcanzó lo más alto de la política rusa en 1999, cuando fue designado Primer Ministro, y desde entonces construyó su poder pactando con las oligarquías, permitiéndoles seguir ganando dinero a cambio de su apoyo para tener al país bajo control, según destacó la OCCRP.
Pero el ex hombre de la KGB se ha logrado mantener "limpio" de acusaciones o rastros hacia su fortuna, a pesar de que muchas de las personas más ricas del país mantienen vínculos estrechos tanto con el presidente como con la explotación de recursos naturales, que el Estado ruso controla en gran medida a través de sus empresas.
El hombre fuerte de la Federación Rusa
Putin nació en 1952 en Leningrado, actual San Petersburgo, hijo de un submarinista y una trabajadora industrial. En su juventud estudió derecho y se enroló en la KGB, la icónica agencia de inteligencia del estado soviético, siendo destinado a la Alemania Oriental por sus conocimientos del alemán.
Tras la caída de la URSS comenzó su carrera política como asesor de Anatoly Sobchak, co autor de la Constitución de la Federación Rusa que emergió en 1991 y alcalde de San Petersburgo.
Ocupó diferentes puestos en la administración de esta ciudad y saltó al gobierno del presidente Boris Yeltsin en 1997.
Yeltsin veía en Putin un sucesor y lo designó primer ministro en 1999, cargó que ocupó hasta convertirse en presidente de Rusia en 2000.
Desde entonces ha sido el líder indiscutido del país, retornando a ser primer ministro entre 2008 y 2012 del presidente Dmitry Medvedev sólo para cumplir con el límite constitucional a dos mandatos consecutivos, y volviendo a la presidencia en 2012.
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