Tras haber recuperado en 48 horas casi todo el territorio controlado por las tropas kurdas en la provincia petrolera de Kirkuk, las Fuerzas Armadas de Irak se preparan ahora para desplegarse en todo el país en medio de fuertes tensiones y mientras el grupo terrorista Estado Islámico (ISIS, en inglés) aún retiene un último bastión en el oeste del país.
"No se trata de una operación militar sino de un redespliegue de fuerzas en todas las regiones para aplicar la ley", afirmó el miércoles a la AFP el general Yehya Rasul, portavoz del Mando Conjunto de Operaciones (JOC).
Las fuerzas iraquíes aseguran haber alcanzado sus objetivos en la región de Kirkuk al término de una operación de 48 horas lanzada en zonas fuera del Kurdistán autónomo que los soldados kurdos "peshmerga" tomaron en 2003 tras la invasión de Estados Unidos y especialmente en 2014, cuando las tropas de Bagdad huyeron en masa ante la ofensiva relámpago de los yihadistas del ISIS.
"El restablecimiento de la seguridad en sectores de Kirkuk terminó, incluyendo Debes, Al Mutaka y los campos petroleros de Kahbaz, Bay Hasan norte y sur", informó el JOC en un comunicado.
"Las fuerzas volvieron a desplegarse y retomaron el control de Janaquin y Jalaula en la provincia de Dyala así como en Majmur, Baachiqa, la represa de Mosul, Sinjar y otras zonas de la llanura de Nínive", agregó el comunicado.
Según periodistas de la AFP en Kirkuk, ya no se ve a ningún pershmerga en esa ciudad, donde solo hay fuerzas del gobierno central.
"Los kurdos han perdido casi los 23.000 km2 que habían ocupado progresivamente desde 2003", subrayó el geógrafo francés Cyril Roussel.
"Hay casi un retorno a los límites de las tres provincias que forman la región autónoma del Kurdistán", agregó este experto.
"Es un nuevo Anfal para el Kurdistán", lamentó en un comunicado el vicepresidente de la región Kosrat Rasul, en referencia a una violenta campaña lanzada en 1987-88 por Sadam Husein contra los kurdos, en la que murieron más de 180.000 y unos 3.000 pueblos fueron destruidos.
Desde la invasión estadounidense de 2003, los peshmergas se apoderaron progresivamente de 23.000 km2 de los 37.000 km2 que constituyen las zonas que el Kurdistán autónomo reivindica al gobierno central. Muchas de estas zonas incluyen a los campos petrolíferos más ricos de Irak.
"La autoridad del poder central debe restablecerse en todo Irak, tengo que ser equitativo con todos los ciudadanos", afirmó el martes por la noche el primer ministro iraquí, Haider al Abadi.
En este sentido el revés más duro para los kurdos fue la pérdida de los campos de petróleo de Kirkuk, que da un duro golpe financiero a sus esperanzas de fundar un Estado independiente separado de Irak, para lo cual ya se había celebrado un referéndum a fines de septiembre.
Hasta ahora, el Kurdistán exportaba casi tres cuartas partes de la producción petrolera de Kirkuk pese a la oposición de Bagdad.
El ministro iraquí del petróleo, Jabbar al Luaibi, pidió el miércoles a la empresa British Petroleum "que tome lo más rápidamente posible las medidas necesarias para desarrollar las infraestructuras petroleras de Kirkuk".
Su ministerio había firmado un contrato de consultoría con BP en 2013 para estudiar las reservas y encontrar los medios de desarrollar los campos de Baba Gargar, el más viejo de Irak, cuya explotación se remonta a 1927, y Havana.
Según la petrolera pública iraquí North Oil Company, los técnicos volvieron a los campos de Bay Hasan y Havana para reanudar la producción.
"Con la pérdida de estos campos, la cartera kurda se ve dividida por dos", subraya Roussel. "Es el fin de la autonomía económica del Kurdistán y del sueño de independencia", agregó.
Los dos grandes partidos del Kurdistán iraquí entraron en guerra abierta tras el éxito de las tropas iraquíes frente a los peshmergas.
Altos cargos de la Unión Patriótica Kurda (UPK) acusaron de "robo" de recursos al presidente del Kurdistán, Masud Barzani, líder del Partido Democrático del Kurdistán (PDK).
Por su parte, Barzani expresó su resentimiento hacia los dirigentes del UPK y acusó a "algunas personas que pertenecen a un partido político de abrir la vía a este ataque que provocó la retirada de los peshmergas".
En este clima de crisis, la reunión del parlamento autónomo kurdo prevista este miércoles en Erbil fue "anulada sin fecha", informó a la AFP el diputado del PDK Farhan Johar.
"El UPK quiere un aplazamiento de las elecciones de dos años pero nosotros solo aceptamos ocho meses", explicó.
Con información de AFP y EFE
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