Washington y Seúl iniciaron unas grandes maniobras navales que incluyen un portaaviones nuclear junto a la península coreana

Los ejercicios militares podrían avivar la tensión entre Estados Unidos y el régimen de Kim Jong-un, quien estaría preparando un nuevo ensayo misilìstico

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El portaaviones USS Ronald Reagan (AP)
El portaaviones USS Ronald Reagan (AP)

Corea del Sur y Estados Unidos iniciaron este lunes unas grandes maniobras navales que incluyen un portaaviones nuclear, una nueva prueba de fuerza criticada por Pyongyang que podría elevar la tensión tras varias semanas de calma.

Las fuerza navales de Corea del Sur y Estados Unidos realizan entre este lunes y el próximo 20 de octubre estos ejercicios en el Mar Amarillo y el Mar de Japón (conocidos respectivamente como Mar del Este y Mar del Oeste en las dos Coreas, a ambos flancos de la península).

Por parte estadounidense destaca la presencia del portaaviones de propulsión nuclear USS Ronald Reagan y de dos destructores de la clase Arleigh Burke, el USS Stethem y el USS Mustin.

El portaaviones USS Ronald Reagan
El portaaviones USS Ronald Reagan

Aunque no se ha confirmado oficialmente la participación de submarinos nucleares, dos de ellos -el USS Michigan y el USS Tucson- se encuentran realizando paradas técnicas en Corea del Sur y medios locales, citando fuentes del Ministerio de Defensa surcoreano, han apuntado a que al menos uno tomaría parte en los ejercicios.

Por parte surcoreana han sido desplegados además el destructor Sejong el Grande, cazas F-15k, FA-18 y A-10, helicópteros Apache y Lynx, o aviones de patrulla marítima P-3 Orion.

Washington ha buscado en los últimos días incrementar su despliegue de activos estratégicos en torno a la península para intimidar a Pyongyang, que por ello ya amenazó de nuevo el pasado viernes con realizar un ataque envolvente contra la isla de Guam, hogar de una de las bases de EEUU más importantes del Pacífico.

Aun así, la animosidad parece haberse rebajado sensiblemente en la últimas semanas tras la escalada dialéctica entre el régimen norcoreano y Washington que alcanzó su pico durante la Asamblea General de la ONU, donde Donald Trump amenazó con destruir Corea del Norte y Pyongyang con realizar un ensayo nuclear en el Pacífico.

En todo caso, el régimen de Kim Jong-un lleva todo un mes sin realizar una prueba armamentística -la última fue el lanzamiento de un misil de medio alcance el pasado 15 de septiembre- tras un año de frenética actividad en este terreno.

Aún así, la dictadura comunista se estaría preparando para probar un misil de largo alcance que podría llegar a la costa oeste de Estados Unidos, según dijo un legislador ruso que regresó de una visita a Pyongyang a principios de este mes.

Funcionarios y analistas de inteligencia surcoreanos han dicho que Corea del Norte podría organizar su próxima provocación para coincidir con el importante Congreso del Partido Comunista de China, que comienza el miércoles.

Xi Jinping espera que la tensión en la península coreana no influya en el Congreso del Partido (Reuters)
Xi Jinping espera que la tensión en la península coreana no influya en el Congreso del Partido (Reuters)

Los expertos creen que, tras el aparente endurecimiento de China a la hora de implementar las sanciones sobre su incómodo socio, Pyongyang podría optar por aguar la cita a Beijing.

De hecho, la agencia nipona Kyodo, citando fuentes anónimas de medios chinos, aseguró hoy que los órganos de propaganda de Beijing han dado la orden de no publicar informaciones sobre Corea del Norte que puedan "generar frustración" en la opinión pública antes y durante la celebración del mencionado congreso.

De este modo, muchos ojos estarán puestos sobre el hermético país estalinista esta semana, sobre todo después de que en los últimos días satélites de vigilancia hayan detectado el despliegue y repliegue de varias plataformas móviles de lanzamiento de misiles en distintos puntos de su geografía.

(Con información de EFE y Reuters)

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