Terre Adélie, en la Antártida, alberga a unas 18.000 parejas de pingüinos que acaban de sufrir "una catástrofe reproductiva" con la extinción masiva de sus crías: a causa de la distancia creciente entre la colonia y las zonas donde los adultos obtienen kril para los hijos, sólo dos crías de toda la camada sobrevivieron este año.
Dado que en 2013 los pingüinos Adélie sufrieron una suerte similar —en ese momento ni siquiera una de las crías sobrevivió—, llama la atención la repetición del fenómeno en sólo cuatro años, mientras que en los 50 años anteriores de observación nunca sucedió algo por el estilo.
La tragedia fue revelada esta semana por un grupo de científicos franceses que trabajan para el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), quienes estudiaban este grupo de casi 40.000 pingüinos en la Isla Petrel desde 2010. Yan Ropert-Coudert, investigador superior en la Estación Dumont D'Urville, dijo que la zona se deterioró por cambios ambientales vinculados a la ruptura del glaciar Mertz hace siete años, que "cambió la configuración de la franja de mar frente a la colonia", dijo a AFP.
El desprendimiento de una superficie de 40 km por 80 km tuvo mucho impacto en la isla, porque cambió las corrientes oceánicas. "Puede que las crías estén bien algunos años, pero el escenario está preparado para que estos impactos masivos se den más o menos regularmente", agregó Ropert-Coudert.
En todo el continente antártico, los pingüinos peligran. (Video de AFP)
Al haber más hielo en el agua debido a la ruptura, los pingüinos adultos deben caminan cada vez más —este año, hasta 100 kilómetros, estimaron los científicos— para encontrar camarones antárticos, y los bebés mueren de hambre mientras los esperan, húmedos y sin poder mantener la temperatura corporal.
A raíz de esta devastación los científicos volvieron a solicitar el establecimiento de un Área Marina Protegida en la parte oriental del continente. La cuestión se discutirá en los próximos días durante la reunión de 24 países y la Unión Europea en la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR) en Hobart, Tasmania.
En los últimos años el hielo marino se ha vuelto más abundante en la Antártida, por el aumento del agua continental consecuencia del cambio climático. En el largo plazo, sin embargo, eso mismo hará que el hielo se reduzca. Pero tampoco entonces los pingüinos estarán a salvo.
"Por ahora el hielo marino aumenta, y eso es un problema para esta especie porque le aleja su zona de alimentación, el borde del hielo marino a una distancia cada vez más mayor de su lugar de anidación", dijo Ropert-Coudert. "Ayudaría si se redujera, pero si se redujera demasiado entonces la cadena alimentaria en que los pingüinos se apoyan resultaría afectada. Como criaturas del mar necesitan una relación óptima entre mar y hielo para prosperar".
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