Mientras la atención sigue en Corea del Norte, se desata la guerra de espías entre China y Estados Unidos

La revelación de un incidente ocurrido en 2016 cuando un presunto espía estadounidense fue detenido en Chengdu resalta el intenso espionaje que existe entre Washingotn y Beijing a pesar de sus lazos comerciales y sus intentos de trabajar en conjunto para contener al régimen de Kim Jong-un

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El espionaje entre China y Estados Unidos está en un momento alto, a pesar de que ambos países son socios en numerosas áreas de las relaciones internacionales (Reuters)
El espionaje entre China y Estados Unidos está en un momento alto, a pesar de que ambos países son socios en numerosas áreas de las relaciones internacionales (Reuters)

En enero de 2016 un oficial del consulado de Estados Unidos en Chengdu, metrópoli en el centro de China, fue detenido y metido por la fuerza en una camioneta por agentes de seguridad chinos vestidos de civil, información que ha sido recientemente revelada por la prensa.

El hombre, considerado un agente de la CIA por los chinos, fue interrogado por horas y filmado mientras confesaba hechos de espionaje ordenados por el gobierno de Estados Unidos.

Por la mañana del día siguiente otros oficiales del consulado arribaron al lugar donde estaba retenido y lograron que fuera liberado y evacuado de vuelta a su país, según reveló el miércoles una investigación del periódico especializado Politico.

Beijing y Washington mantuvieron el incidente en secreto, evitando así una crisis internacional mientras la campaña presidencial estadounidense apenas comenzaba.

China se ha convertido en un centro del espionaje mundial. En la foto Beijing, su capital (Getty)
China se ha convertido en un centro del espionaje mundial. En la foto Beijing, su capital (Getty)

Pero puertas adentro hubo una protesta de parte del gobierno de Barack Obama ante las autoridades locales y la amenaza de hacer lo mismo con presuntos agentes chinos en Estados Unidos.

Según reporta Politico, la detención fue un hecho inusual pero marca que la guerra de espías entre ambos países es tan dura como la que Washington mantiene con Moscú, mucho más famosa a partir de las acusaciones de injerencia rusa en las pasadas elecciones.

"Lo que está pasando ahora mismo con Rusia realmente distrae la atención de China", señaló un oficial de contrainteligencia que acaba de dejar el gobierno estadounidense.

En especial, la campaña de espionaje de China en Estados Unidos quedó demostrada en julio durante el juicio a Kevin Mallory, un ex agente de la CIA acusado de vender tres secretos del gobierno estadounidense a Beijing por 25.000 dólares.

China y Estados Unidos son socios comerciales y están unidos en el interés de contener la amenaza de Corea del Norte
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"Su objetivo es obtener información y el mío es que me paguen", habría enviado Mallory, de 60 años, a sus contactos chinos en un mensaje presentado como evidencia durante el proceso.

Los expertos concuerdan en que la estrategia china es mucho más sofisticada que la rusa. Beijing prefiere dar pequeños pasos que no eleven sospechosas, y apunta a hacerse de secretos económicos sin interesarse por influenciar la política local partidaria.

Moscú, en cambio, avanza torpemente y apunta directo contra las elecciones presidenciales o los secretos militares de alto impacto.

"El enfoque de China es mucho más sofisticado. Ellos son más poderosos, más ambiciosos y mas fuertes. Y hay muchos actores en Estados Unidos que quieren una buena relación con China", seañló Daniel Blumenthal, experto en China en el American Enterprise Institute, a Politico.

El presidente de Rusia, Vladimir Putin. La guerra de espías entre Washington y Moscú es mucho más famosa que la protagonizada con Beijing
El presidente de Rusia, Vladimir Putin. La guerra de espías entre Washington y Moscú es mucho más famosa que la protagonizada con Beijing

A diferencia de Rusia, China es un socio estratégico de Estados Unidos y lo ha sido desde tiempos de la Guerra Fría, cuando ambos países se unieron para contener y contrarrestar a la Unión Soviética. Esta relación se enmarca actualmente en los intentos del presidente estadounidense, Donald Trump, de coordinar con su par chino, Xi Jinping, los esfuerzos para contener la amenaza nuclear de Corea del Note.

Además, las dos naciones están profundamente conectados a través de sus lazos comerciales y la empresas estadounidenses y chinas están ansiosos por seguir trabajando juntas. En comparación, hay poco interés en Estados Unidos por la estancada economía rusa.

Mallory no es el único caso. La funcionaria del Departamento de Estado Candace Marie Claiborne, de 60 años, también está acusada de aceptar decenas de miles de dólares y múltiples regalos del Beijing a cambio de documentos de Washington sobre las relaciones económicas entre Estados Unidos y China.

Xi Jinping, presidente de China
Xi Jinping, presidente de China

De hecho, es común que funcionarios y diplomáticos estadounidenses apostados en China reciban tentadoras ofertas de agentes de inteligencia leales a Beijing a poco de llegar.

Las técnicas de reclutamiento de posibles espías parecen sacadas de una película sobre la Guerra Fría. Tal es el caso del estudiante estadounidense Glen Duffie Shriver, quien en su viaje por China comenzó una relación con una mujer que resultó ser, claro, una agente de inteligencia.

Shriver recibió 70.000 dólares a través de su novia para entregar secretos a los que tenía acceso desde un puesto en el gobierno, pero tras ser descubierto recibió una condena a cuatro años de prisión.

El ciberespionaje es central en las guerras de espías contemporáneas, pero también se utilizan técnicas más antiguas
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China también incorpora técnicas más modernas. En 2015 sus hackers entraron en la Oficina de Recursos Humanos del gobierno de Estados Unidos y se llevaron información precisa sobre los trabajadores destinados en todo el mundo, incluyendo sus fechas de cumpleaños, números de seguro social y sus historias personales.

Es decir, una extensa base de datos con la que les resultaría más fácil encontrar posibles espías y conversos a quienes tentar con dinero y regalos, incluyendo aquellos estadounidenses de ascendencia china a los que Beijing tradicionalmente recurre.

"El enfoque de China es más sutil que el de Rusia", comentó un funcionario estadounidense a Politico. "Ellos siempre saben lo que estamos haciendo y donde estuvimos", agregó.

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