Un sujeto aprendió a las malas a no molestar a una tortuga, que reaccionó con violencia tras los repetidos intentos del joven de besarla y hasta lamerla.
La mascota, conocida como tortuga de orejas rojas, es la especie de su tipo más comercializada del mundo y no suelen ser agresivas, a menos que se sienta amenazada.
El sujeto la sostuvo en el aire y, en primer lugar, intentó lamerla. La tortuga escondía su cabeza en el caparazón, pero el "bromista" continuaba con sus avances, incluso tratando de cubrirla con toda su boca. Las patas se movían, en gesto de posible incomodidad, y a la tercera arremetida, el reptil lo sorprendió mordiendo su lengua.
El sujeto se asustó y gimió de sorpresa, alejando al animal, que no lo soltaba. Con ayuda de su amigo, lograron abrir la boca.
El sujeto tuvo la fortuna de que la mordida no le arranque un pedazo de la lengua y su rostro todavía dibujaba el miedo que sintió, mientras el compañero que grabó la escena no podía aguantar la risa.
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