Las calles de España fueron escenario el sábado de enormes movilizaciones para hacer oír la voz de muchos españoles en la crisis catalana, con llamados al diálogo y la unidad, mientras los separatistas, presionados por la realidad económica, parecen dudar de su estrategia.
La salida de compañías como CaixaBank, Gas Natural o Banco Sabadell impuso una presión adicional al gobierno regional de Carles Puigdemont para que abandone sus planes de independencia.
La fuga aumenta la inquietud entre una sociedad catalana dividida por una apuesta independentista cuya escalada ha sumido a España en su peor crisis política de la era democrática.
En un plano conciliador y bajo el título "¿Hablamos?", un llamado anónimo difundido masivamente en redes sociales y carteles en lugares públicos proclamó el sábado que "España es un país mejor que sus gobernantes".
"Han sembrado odio, nos enfrentan y dividen. Si no intervenimos como sociedad, España se convertirá en un país difícil de habitar", advertía la petición. Además, invitaba a la ciudadanía a manifestarse frente a las alcaldías de cada ciudad con ropa y carteles blancos en señal de distensión, o colgando sábanas blancas en los balcones.
Una marcha "patriótica" reunió en el centro de Madrid a partidarios de la unidad.
El domingo, otra marcha por la unidad de España fue convocada en Barcelona contra las aspiraciones independentistas, con la participación de personalidades como el premio Nobel Mario Vargas Llosa.
Independencia inviable
Esta semana, el presidente catalán que inició en el pasado el proceso secesionista, Artur Mas, dijo que Cataluña todavía no cuenta con lo necesario para ser independiente de España, en una entrevista con el diario británico Financial Times.
"Para ser independientes hay algunas cosas que todavía no tenemos", admitió Mas, mientras su sucesor Puigdemont se apresta a declarar unilateralmente la independencia, si se ajusta al plan definido antes del referéndum inconstitucional del pasado domingo.
"La apuesta por el diálogo (…) tiene que estar presente. Nosotros no nos negaremos nunca", dijo este sábado a Catalunya Radio Jordi Cuixart, dirigente de la influyente organización independentista Òmnium Cultural, quien el viernes declaró ante un alto tribunal en Madrid por presunta sedición.
Pero también "seremos exigentes con el compromiso de que se le tiene que dar cumplimiento a la ley del referéndum", que pide al Parlamento catalán declarar la independencia en los días siguientes a la proclamación de los resultados del referéndum del 1 de octubre, lo que aún no ha sucedido.
Sí se divulgaron el viernes los resultados oficiales: un 90,18% votó por el sí a la independencia, con una participación del 43,03%.
Puigdemont se dirigirá a la cámara regional, donde los secesionistas son mayoritarios, la tarde del martes 10 de octubre, para comentar la "situación política". De momento se ignora si el Parlamento declarará ahí la independencia.
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