El hombre, de 47 años, se apellida Yulianto. El pasado 30 de septiembre estaba en el lobby del Hotel Ciputra, en la ciudad de Semarang, donde trabaja como supervisor, cuando vivió el momento más aterrador de su vida.
Estaba parado, esperando que bajara el elevador. De golpe, notó que el celular que tenía guardado en el bolsillo de su camisa empezó a calentarse muy rápidamente. En el momento en que lo tocó con la mano, el dispositivo estalló y se prendió fuego.
Yulianto cayó al piso. Desesperadamente, trató de sacarse la camisa, pero no podía. Entonces apareció un huésped y lo ayudó a retirársela.
"Tuve una fuerte sensación de calor y luego sentí que algo empezaba a sacudirse. Antes de que supiera qué era lo que ocurría, se prendió fuego y entré en pánico", contó el supervisor.
Fue muy afortunado. Más allá de algunas quemaduras leves en el pecho y en el rostro, no sufrió ninguna otra secuela.
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