Cómo logró Italia evitar por el momento los atentados del Estado Islámico en Europa

Según una teoría, el historial de lucha contra las mafias y los grupos terroristas durante la década del 70 le ha dado a las autoridades italianas una ventaja con respecto a otras naciones de la Unión Europea. Sin embargo, varios yihadistas han utilizado el país como plataforma

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Hasta el momento, Italia no ha sufrido en su territorio el horror del fundamentalismo del Estado Islámico de la forma que lo han tenido que vivir en carne propia países como Gran Bretaña, Francia, Alemania y España. Lo más llamativo del caso es que durante el primer semestre de 2017, la península recibió al 82 por ciento del total de inmigrantes ilegales que ingresaron a Europa, por lo que la teoría que intenta asociar al terrorismo con la llegada no autorizada de ciudadanos de Medio Oriente y África caería por peso propio.

¿Entonces qué es lo que diferencia a Italia de sus vecinos, en la mayoría de los casos más ricos y desarrollados, en materia de seguridad nacional? Al parecer sería su historial en lo que respecta al combate del crimen organizado lo que le brindaría una ventaja a la hora de encarar a la amenaza real y latente que representa ISIS dentro de sus fronteras.

Hasta cierto punto, serían las mismas mafias las responsables de haber "capacitado" a las distintas autoridades para poder enfrentar hoy a grupos terroristas altamente organizados como el Estado Islámico. El expertise ganado por las fuerzas policiales en su inagotable lucha por enfrentar al flagelo del crimen organizado habría provisto las herramientas necesarias para comprender cómo operan estos colectivos relativamente reducidos, pero compactos y eficientes en su operar.

Al menos eso es lo que compartió al semanario Newsweek Arturo Varvelli, del Instituto Internacional de Estudios Políticos con base en la ciudad de Milán. Habría sido la campaña iniciada en la década del setenta, para combatir a nivel nacional a grupos terroristas tanto de derecha como de izquierda, la que daría por comenzada y sin anticiparlo la preparación para la eventual materialización de la amenaza yihadista.

Los expertos aseguran que el crimen organizado y el terrorismo fueron los impulsores de una actitud más proactiva de los jueces a la hora de emitir órdenes que habilitaron los programas de escuchas telefónicas y particularmente del monitoreo de conversaciones online llevadas adelante por presuntos sospechosos, a diferencia de una actitud más conservadora de los países vecinos en la supuesta búsqueda de preservar las libertades individuales de sus ciudadanos.

Otro aspecto que diferencia a Italia de otros países de la comunidad es el considerable número de "extremistas religiosos" deportados de su territorio ante la primera sospecha de su posible transformación en eventuales protagonistas de actos terroristas. Según consigna Newsweek, desde inicios de 2015 al menos 209 personas han sido expulsadas del país.

Un estudio del bureau Nacional Americano de Estudios Económicos encontró que, según cifras de los años 2014 y 2015, solo 87 combatientes extranjeros se encontraban viviendo en territorio italiano, comparado con 760 en Gran Bretaña y un aproximado de más de 2.500 en Francia, cifras que llaman la atención sobre todo si se considera que los tres países cuentan con una población similar.

Además, un número relativamente bajo de los inmigrantes musulmanes en Italia corresponde a segundas generaciones, consideradas por especialistas como las más susceptibles a ser radicalizadas. Específicamente, solo el 0.3 por ciento de los residentes italianos son inmigrantes de segunda generación provenientes de países fuera de la comunidad europea. En comparación, ese índice se eleva al 3 por ciento en Gran Bretaña y al 3.9 por ciento en el país galo. Además, a diferencia de este último, Italia no cuenta con ghettos musulmanes.

Michele Groppi, profesor de la Academia de Defensa del Reino Unido, agrega que el hecho de que mientras al-Qaeda operaba como la fuerza dominante del mundo yihadista utilizaba a Italia como su base logística en Europa, los ha mantenido a salvo dado que "necesitaban de ellos para poder existir".

Pero el experto asegura que la situación ha cambiado, dado que numerosos extremistas que ganaron notoriedad recientemente han sido conectados directamente con Italia. Entre ellos, Youssef Zaghba, el hombre nacido en Marruecos que adoptó la ciudadanía italiana y utilizó un camión y cuchillos para matar a ocho personas el pasado 3 de junio en el puente de Londres.

El hecho de que Libia pueda convertirse en el nuevo escenario para la insurgencia yihadista preocupa a Groppi, dado que asegura que de concretarse esa posibilidad Italia – y particularmente el Vaticano – podrían convertirse en nuevos objetivos principales del terrorismo.

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