Los kurdos de Irak votaron masivamente este lunes a favor de su independencia, pero ese sueño acariciado desde hace un siglo corre el riesgo de provocar una escalada de tensiones a causa de la renuencia iraquí a perder el norte del país.
La consulta, impulsada por el presidente kurdo Masud Barzani, se celebró en la región autónoma del Kurdistán (norte de Irak), que incluye las provincias de Erbil, Solimania y Duhok, así como en las zonas que se disputan los kurdos y el gobierno central.
El resultado debe ser anunciado el martes, 24 horas después del cierre de las urnas, a las 19 locales (16 GMT), aunque éste no genera dudas: la mayoría de los 5,3 millones de inscritos están a favor de la independencia.
El presidente de Kurdistán, Masud Barzani, aclaró sin embargo que el referéndum no conducirá a una declaración de independencia inmediata sino que marcaría el inicio de "discusiones serias" con Bagdad para resolver los contenciosos.
Votaron más de 3,3 millones de personas, es decir 72% de los inscritos, según el portavoz de la Comisión Electoral, Sherwan Zarar.
Ante el desafío, el Parlamento de Bagdad votó una resolución "exigiendo que el comandante en jefe del ejército [el primer ministro, Haider Al Abadi] despliegue fuerzas en todas las zonas" tomadas por los kurdos tras la invasión estadounidense de 2003 y la caída del dictador Sadam Husein.
Constitucionalmente, el Gobierno está obligado a acatar esta decisión.
Las zonas en disputa están ubicadas fuera de la región autónoma del Kurdistán. Se trata de la rica provincia petrolera de Kirkuk y sectores de Nínive (norte), Dyala y Saladino (al norte de Bagdad).
La mayoría de estas zonas fueron conquistadas por los peshmergas, los combatientes kurdos, en 2014, aprovechando el caos causado por la ofensiva del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Con información de AFP
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