"Esta es la fase más peligrosa de mi vida. Hay un plan para matarme bajo la apariencia de un accidente de auto".
Según Paul Burrell, antiguo mayordomo de la Corona y muy cercano a la princesa Diana de Gales, ella anticipó su fin en una carta escrita en octubre del 96, diez meses antes de la tragedia.
La carta fue publicada por el diario Daily Mirror en agosto del 2002, sexto aniversario de la noche fatal en el túnel parisino del Puente del Alma, y casi el mismo día en que otro diario no vaciló: "Si hubo un complot, su autor fue el príncipe Carlos".
La pareja se había divorciado oficialmente el 28 de agosto del 96 luego de quince años de matrimonio (29 de julio del 81), pero congelaron la vida en común a mediados del 84, poco después del nacimiento de su segundo hijo, y con mutuas infidelidades.
En realidad, cierta o falsa, la carta no era necesaria para despertar al dragón del complot: una ancestral práctica política que, en el caso de Enrique VIII (1491–1547), consistió en dos esposas decapitadas…
Nunca fue un secreto: la reina Isabel aceptó a lady Diana Spencer tapándose la nariz, moderó algo su inquina al nacer sus dos nietos Willian y Harry, pero desde el primer día detestó el estilo de su nuera abierto, espontáneo, desenfadado, más cerca del Swinging London (la movida que arrancó en los 60) que del boato de las testas coronadas, y para colmo, popular y querida por la gente.
Sin embargo, cuesta creer que para sacársela de encima fuera necesario asesinarla. Entre otras cosas, porque la Corona no tambaleaba…
Pero la teoría del complot tuvo varias puntas, y sólo una teoría -elaborada a las apuradas esa misma noche- que la refutara: la de un desdichado accidente provocado, sin imaginarlo, por los paparazzi que aquella esa noche se lanzaron tras el Mercedes Benz en el que viajaban Diana, su novio, el multimillonario Dodi Al Fayed, el guardaespaldas Trevor Rees–Jones, y al volante, Henri Paul.
La furia inmediata recayó sobre los paparazzi. La prensa y el público los llamó "acosadores, cobardes, asesinos". Es cierto que sus motos, en la persecución, apenas tocaban el suelo cuando el Mercedes negro se estrelló contra la columna 13 del Túnel del Alma en París a las 0.23 del primero de septiembre.
"¡Dios mio! ¿Qué ocurrió?", le dijo Diana al bombero Xavier Gourmelon quien tres minutos después de la tragedia intentaba rescatarla de entre los hierros retorcidos.
"Estaba en el piso, en la parte trasera. Se movía muy despacio y pude ver que estaba viva. Noté que tenía una lesión leve en su hombro derecho y, más allá de ello, nada significante. No había sangre en ella en absoluto", reocordó el socorrista hace sólo unos días en una entrevista con el diario The Sun.
El bombero tomó la mano de la princesa, la tranquilizó y le dio oxígeno. Segundos después notó con desesperación como Lady Diana dejaba de respirar: "Estábamos preparados para primeros auxilios y noté que ella estaba sufriendo un ataque cardíaco. Masajeé su corazón y unos pocos segundos después volvió a respirar. Fue un alivio porque, como primeros en responder, quieres salvar vidas. Y eso fue lo que pensé que había hecho".
Pero el corazón de "la reina de los corazones" no resistió: tres horas después del brutal choque murió en el hospital Pitié-Salpêtrière. A las cuatro de la mañana, los miembros del gobierno francés que esperaban en una habitación contigua junto al embajador británico, recibieron la fatídica noticia.
Todo esperaron hasta que el príncipe Carlos llegara desde el Reino Unido. Esa noche también llegó el padre de Dodi al Fayed, Mohamed Al Fayed, propietario de los grandes almacenes Harrods y del hotel Ritz. El hombre voló desde Londres y a las 4.30 de la madrugada llegó al hospital. Pidió ver a Diana, que ya estaba muerta. Lo autorizaron. Entro en silencio y puso su mano en la frente de la princesa: "Es el destino. Dios ha querido esto", susurró.
Esa noche sólo sobrevivió al accidente el guardaespaldas Trevor Rees-Jones. En el túnel los socorristas escucharon sus gritos desesperados: "¿Dónde está ella? ¿Dónde está ella?".
La muerte de Lady Diana transformó a la corona británica para siempre. El entonces parlamentario adscripto al Foreing Office, Denis McShane, recordó para el diario El País de España: "Demostró que la familia real, como institución, estaba desconectada de los tiempos".
El político laboralista dio detalles de lo ocurrido en el seno de los Windosr en aquellas trágicas horas: "Hubo una expresión de dolor que nunca había visto en Inglaterra: no somos un pueblo emocional. Era algo que parecía sacado de la Edad Media. Miles y miles de personas llorando. Recuerdo que llamé por teléfono al secretario privado de la Reina, y le dije: 'Mira, si no baja (la Reina Isabel II estaba de vacaciones en el castillo de Balmoral, en Escocia) y si la bandera real no se pone a media asta, en una semana tendremos una república'".
Durante años se manejaron seis teorías sobre el final de la ex mujer del príncipe Carlos. Cinco de ellas incluyeron sospechas de conspiración real, enemigos árabes, servicios de inteligencia y hasta la disparatada hipótesis de que Diana fingió su propia muerte.
Teoría 1: Los culpables fueron los paparazzi. La más sencilla. La persecución al auto donde viajaba Diana y su novio hizo que el chofer tuviera que acelerar hasta perder el control del vehículo. Si bien es cierto que iban a alta velocidad detrás del Mercedes, la autopsia del chofer Henri Paul arrojó que tenía un alto nivel del acohol en sangre -tres veces por encima del límite legal.
Teoría 2: La familia real la mandó a matar. Los rumores sobre el complot para asesinar a la princesa surgieron esa madrugada y nunca se apagaron. La teoría señalaba que la Reina y el príncipe Felipe de Edimburgo, asistidos por el servicio de inteligencia británico, quisieron deshacerse de Diana porque ella iba a casarse con un musulmán. Las mentes más intrincadas crearon el argumento perfecto: ese acto avergonzaría a la Corona y, pero aún, Dodi se convertiría en padrastro de los príncipe Guillermo y Harry, algo inaceptable para los royals.
Teoría 3: La venganza de los árabes enemigos de Mohamed Al Fayed. Se habló de una vendetta contra el padre de Dodi donde que Diana habría sido "un daño colateral". Al Fayed mandó a investigar durante más de diez años el hecho y nunca pudo probarse la "conexión árabe". También se dijo que Diana estaba embarazada y que eso traería problemas a la corona británica. Se sabía que Dodi habría comprado un anillo unos días antes y se habló de compromiso. La autopsia demostró que no era cierto.
Teoría 4: Fue el MI6. Se dijo que el Servicio Secreto británico veía a la princesa como "una amenaza para el trono". Que su popularidad le producía "inestabilidad al Estado". Todo el mundo sabía que el MI6 había hecho espionaje contra Diana, la habían vigilado, investigado, mucho más allá de la actividad necesaria para darle protección. Que el guardaespaldas de la princesa haya sido el único sobreviviente de la tragedia fortaleció esta teoría, ya que estaba relacionado con los servicios secretos. Mohamed Al Fayed siempre creyó que el MI6 participó del complot contra Diana y Dodi. Durante el juicio, que se desarrolló en 2007, llegó al tribunal y, sin un atisbo de duda, declaró: "Mi hijo y Diana fueron asesinados".
Teoría 5. Diana fingió su propia muerte. La más disparatada. Se dijo que con el dinero y la complicidad de su novio, Dodi Al Fayed, la princesa habría planificado el accidente para "huir y llevar una vida lejos del acoso de los medios". Fue un rumor fomentado por algunos periódicos sensacionalistas, ya que apenas seis horas antes de morir Lady Di había declarado frente a un periodista del Daily Mail: "Estoy a punto de retirarme por completo de la vida pública". Esta teoría finalizaba con un punto aterrador: los cuerpos enterrados en sus tumbas no serían los de Dodi y Diana.
Teoría 6: Fue víctima de la secta de los 300. Una supuesta "red de multimillonarios" dirigida por Isabel II, que habrían visto en Diana un peligro para sus intereses internacionales. Un delirio con poco asidero y fácil de refutar: demasiados hombres poderosos contra una sola mujer que, definitivamente, no dañaba sus intereses.
Lord Stevens, ex jefe de Scotland Yard, fue el encargado de liderar la investigación de lo ocurrido esa trágica noche. Durante tres años, junto a catorce detectives de la entidad, indagó y analizó todas las teorías y las pruebas. Buscó -y así lo detalló en las 900 páginas de su informe- determinar su hubo o no una conspiración para asesinar a lady Diana Spencer. Para desarrollar esta investigación no tuvo límites de presupuesto: se gastaron 3.7 millones de libras.
El informe fue publicado el 14 de diciembre de 2006. Lord Stevens concluyó que Dodi Al Fayed y Diana murieron "en un accidente trágico" y que el chofer "conducía bajo los efectos del alcohol, al doble al doble del límite de velocidad (que era de 60 km/h e iba a 121 km/h).
El detective de la Scotland Yard declaró: "Nuestra conclusión es que, con toda la evidencia disponible hasta el momento, no hubo conspiración para asesinar a ninguno de los ocupantes del vehículo. Fue un accidente trágico".
Sin embargo, la llamada Operación Paget, donde se investigó lo ocurrido en el Pont de l'Alma tiene varios puntos oscuros.
* El análisis de los restos del Mercedes Benz demostraron que existían evidencias de que un Fiat Uno blanco habría rozado la carrocería del coche. El padre de Dodi denunció que ese auto había sido utilizado por los servicios de seguridad para bloquear la carretera y provocar el accidente. El vehículo blanco nunca fue encontrado y no fue incluido en el estudio de la Operación Paget.
* Las cámaras de circuito cerrado de seguridad del túnel funcionaban pero esa noche no hubo registros de que hubieran captado imágenes del Mercedes. Años después The Independent investigó el circuito de esas 14 cámaras en el paso subterráneo del Puente del Alma. Ninguna registró imágenes del fatal accidente.
* Diana y Dodi no llevaban puestos los cinturones de seguridad. El estudio de los restos del coche demostró que los cinturones de seguridad operaban y se encontraban en buen estado.
* Se rumoreó que el chófer Henri Paul había sido contratado por el servicio de seguridad nacional y el hecho que llevara mucho dinero en efectivo en el momento de la tragedia aumentó las sospechas sobre esa teoría jamás probada. Pero el hombre murió en el accidente y eso acalló algunas voces que que lo incluían en "el armado" del accidente.
* Christophe Pelat, un bombero francés, descubrió tres años después del choque el cuerpo de un paparazzi llamado James Andanson (alguna vez señalado como posible conductor del Fiat Uno, aunque luego descartado). El cadáver estaba un bosque con un tiro en la cabeza. El nombre del bombero y su testimonio no aparecieron en ninguna de las páginas del informe de la Operación Paget.
"¿Quién mató a Lady Di?" se pregunta el libro que se publicó esta semana en Francia, firmado por el reportero Jean-Michel Caradec'h, quien se apoya en la investigación de los periodistas Pascal Rostain y Bruno Mouron y en el expediente policial, que hasta ahora fue secreto, para reconstruir los hechos con precisión.
¿Qué dice esa investigación? Que Lady Di murió a las cuatro de la mañana del 1° de septiembre de 1997. Y que los elementos de una tragedia perfecta empezaron a sumarse aquella madrugada de verano como guiados por un destino trágico y predeterminado.
* Henri Paul, adjunto a la seguridad del Ritz, no debió estar allí: fue porque estaba Dodi, hijo del dueño del hotel, junto a una celebridad como Diana. El hombre era alchólico y estaba en tratamiento por depresión. Esa noche bebió de más luego de comer langosta en lujoso restaurante del Ritz. Había consumido, además, calmantes: Prozac (antidepresivo), Tiapridal (neuroléptico) y Aotal 333 (contra la dependencia del alcohol).
*Nadie esperaba que Dodi ideara -casi como un juego- una maniobra para despistar a los paparazzi que esperaban en la puerta principal. ¿Cuál fue? Su chofer partiría con su Mercedes seguido por una Range Rover por la salida oficial, mientras que él y Diana se escurrirían por la puerta trasera en el Mercedes S280 de una compañía de alquiler de limousinas. Fue una decisión fatal.
*El dueño de la compañía de alquiler nunca avisó que ese coche estaba maldito. Lo habían reconstruído, no tenía estabilidad, había sufrido varios accidentes y los choferes no lo querían conducir porque tenía reacciones imprevisibles. Pero Dodi desconocía ese peligro, y le ordenó a Henri Paul que condujera. Quería ir a su departamento cerca del Arco de Triunfo para pasar la noche con Diana. El chofer no se atrevió a contradecirlo: era el hijo del dueño. El auto salió a toda velocidad, recorrió París hasta el Pont de l'Alma seguido por los paparazzi en moto, se bandeó en un peligroso zig zag, rozó un Fiat Uno y se estrelló pasadas la medianoche contra la columna 13 de túnel, muy cerca del Sena y la Torre Eiffel.
Diana de Gales murió a los 36 años, tres horas después de accidente, por hemorragia masiva. La última persona que la vio con vida fue Sami Nair, hoy columnista del diario El País de España y alto funcionario del Ministerio del Interior francés en 1997.
Este 31 de agosto, por primera vez en 20 años, habló de lo que pasó aquella noche cuando llegó al hospital y vio a la mujer más famosa y fotografiada del mundo, pálida y frágil, agonizando en una camilla. Con voz entrecortada recordó: "Le toqué la cara. Tenía una cara de ángel. Y pensé: El ángel de la muerte. Qué bella es".
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