Durante los años de grandeza de la Unión Soviética, sus estatuas y museos en su honor se distribuyeron por ese país y la porción del mundo bajo el la égida comunista.
Pero en las últimas décadas, casi todos los lugares de homenaje a Vladimir Ilyich Ulyanov, más conocido como Vladimir Lenin, bajaron su cortina.
El de Tampere (la tercera ciudad de Finlandia, a 170 kilómetros al norte de Helsinki) fue el primer museo dedicado a Lenín fuera de la Unión Soviética, y el único que todavía abre todos los días al público.
¿Qué hace un museo dedicado al líder soviético en ese poblado finés?
La historia es sencilla. El Museo está situado en el Hall de los Trabajadores de la zona portuaria, en ese exacto lugar se reunieron por primera vez Lenin y Joseph Stalin en un encuentro secreto de los bolcheviques en diciembre de 1905. Es por eso que muchos consideran a Tampere como la cuna de la Revolución Rusa que tendría lugar 12 años después.
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando Finlandia y la Unión Soviética comenzaron a tener relaciones más amistosas, la Sociedad Finlandesa-Soviética propuso la construcción del Museo, que fue inaugurado en enero de 1946.
Si bien el museo no era operado por el Partido Comunista, muchos funcionarios soviéticos lo visitaron y dejaron sus elogios en el libro de visitas.
Tras la caída del régimen soviético, el museo fue renovado y ampliado para dar una visión más completa de la historia de la URSS. Así, se incluyó por ejemplo una maqueta a escala que muestra la terrorífica vida en un gulag stalinista. En otro tono, también se agregaron estatuas de cera de Lenin y Stalin y una sección de chistes soviéticos.
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