El caso de Jack "el Destripador", el asesino victoriano que esparció el caos y el temor en Londres entre 1888 y 1891, sigue inspirando libros, películas y otras expresiones artísticas.
Mientras que su identidad continúa siendo uno de los misterios más fascinantes del periodismo policial, ahora un grupo de investigadores cree haber logrado develarlo tras probar la autenticidad de un diario de la época descubierto hace 25 años, según informó el periódico británico The Telegraph.
Se trata del texto privado de un mercader de algodón de Liverpool, James Maybrick, unas 9.000 palabras en las que confiesa los brutales asesinatos de cinco mujeres en el East End de Londres, así como de una prostituta en Manchester.
Al final, firma con una declaración que parece hasta demasiado perfecta: "Doy el nombre por el que todos ustedes me conocen, para que la historia pueda saber lo que el amor hace con un hombre nacido como caballero. Su servidor, Jack el Destripador".
Tras su publicación en 1993, expertos en el personaje lo estudiaron a fondo y comenzaron a dudar de su autenticidad y a considerarlo un fraude muy sofisticado.
El diario fue ofrecido para su publicación por Mike Barrett, un vendedor de chatarra de Liverpool, que dijo haberlo adquirido a través un amigo de su familia, Tony Deveraux, muerto hacía tiempo.
Investigadores liderados por Bruce Robinson pasaron años estudiando el volumen y ahora creen haber hallado evidencia para probar que, efectivamente, el texto es genuino.
Robert Smith, quien publicó las memorias en aquel momento y ahora acaba de presentar la presunta evidencia de su autenticidad en el libro 25 años del diario de Jack el Destripador: los hechos verdaderos, alega que Robinson encontró que los asesinatos dejan un rastro que lleva hacia la casa de Maybrick en Liverpool.
El mercader, muerto en 1889, un año después de los crímenes de Whitechapel, un distrito pobre de Londres, atribuidos a Jack "el Destripador", vivía en una casa grande en Aigburth, un suburbio de Liverpool.
En 1992, una firma de electricistas estaba realizando una renovación, encontraron el documento y contactaron a Barrett, un escritor y personaje conocido en los bares de Liverpool, quien enseguida llamó a la agente literaria londinense Doreen Montgomery y le dijo: "Tengo el diario de Jack 'el Destripador', ¿te interesa?".
Tras la publicación, muchos argumentaron que Barrett podría haber sido el escritor del libro, pero Smith señaló que "no era muy literario y la idea de que fuera capaz de producir una falsificación tan sofisticada y creíble no era ni remotamente posible".
Pero la situación se complicó cuando el mismo Barrett firmó una confesión en 1995 de que había creado todo, para luego retractarse por completo.
Y los electricistas que habrían hallado el texto también negaron haberlo hecho, aunque sus narrativas del presunto día del hallazgo se contradicen entre sí, agregando aún más misterio.
Smith sigue convencido, sin embargo. "Nunva tuve dudas de que el documento es real y que fue hallado en esa casa. Eso convierte a Maybrick en un sospechoso principal y el más probable culpable. Pero las disputas por la identidad de Jack el Destripador bien podrían seguir durante 100 años más", dijo al Telegraph.
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