La reacción fue inmediata. Ni bien sintió la mano abusadora de otro pasajero del autobús 582, que atraviesa el distrito Tongzhou de Beijing, Gong se dio vuelta y le pegó una cachetada. El hombre, de 26 años, se quedó cabizbajo, sin decir nada.
Menos de un minuto después, sacó un cuchillo de su bolso y empezó a clavárselo. Le cortó el cuello y le perforó un pulmón. Si no llegó a matarla fue por la intervención del conductor y de otros pasajeros que lo redujeron.
Gong llegó inconsciente al hospital, el pasado lunes a la mañana. Perdió demasiada sangre y tiene órganos vitales comprometidos. Se mantiene con vida, pero su estado es crítico.
Según le contó su hermano al Legal Evening News, la mujer, de unos 35 años, tiene un hijo de siete. El niño aún no sabe lo que le ocurrió a su madre.
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