Deborah Lowe está detenida. Y su situación no es la mejor. Las pruebas son contudentes: la mujer, de 53 años, mantuvo una extensa y prohibida relación sexual con un estudiante de la escuela en la que enseñaba durante un año, entre septiembre de 2014 y septiembre de 2015.
Ayer, la ex azafata, enfrentó a una corte en Manchester, Reino Unido, por primera vez. Lo hizo mediante un sistema de video para no estar presente. Lowe tiene dos hijos y está separada. Abandonó su trabajo en una línea aérea para poder enseñar en una institución educativa. Pero su voracidad le jugó una mala pasada.
Lowe está acusada de haber coaccionado a un adolescente menor de 16 años a tener sexo con ella haciendo abuso de su poder como profesora. Hoy, el joven tiene 17 años y terminó sus estudios. La mujer solo confirmó ante la corte que vivía en Elmsbed Caravan Park, en Poynton, Cheshire, en las afueras de Manchester. Allí tenía su propio vehículo familiar, en el que mantuvo múltiples encuentros sexuales con el alumno.
La víctima, quien al momento de la relación tenía 15 años y cuyo nombre no trascendió por cuestiones legales, indicó que tuvieron sexo en su camioneta familiar -en la que vivía su profesora- y en otros lugares. También reveló que Lowe le consiguió un trabajo en un club de fútbol y que mientras lo esperaba fuera, ella se masturbaba y se lo contaba. Los mensajes de texto y las fotografías forman parte de la investigación.
Además, dijo que en varias oportunidades tuvieron sexo tan rudo que ella le arañó de tal forma la espalda que sangró, según consignó el diario inglés Daily Mail. Incluso, llegó a decirle que se tatuara un corazón y que ella se lo pagaría.
La mujer también reconoció que tuvo sexo con el joven, pero cuando este tenía 17 años y ya había terminado sus estudios. Negó los demás cargos contra ella sobre abuso de poder y haber mantenido un encuentro íntimo con un menor de 16.
La corte le negó la fianza, por lo que seguirá detenida por lo menos hasta el próximo 16 de agosto, cuando los jueces vuelvan a reunirse. Creen que si Lowe está libre podría intentar influir sobre el testigo, su víctima, su ex amante. "Mi cliente quiere limpiar su nombre", indicó su abogado defensor, John Richards. Algo muy difícil a la luz de las pruebas.
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