El Gobierno chino tiene "una gran responsabilidad" en la muerte del activista chino Liu Xiaobo, denunció este jueves el Comité del Nobel, que mostró "gran tristeza" por el fallecimiento del disidente.
"Encontramos profundamente perturbador que Liu Xiaobo no haya sido trasladado a un establecimiento en el que hubiera podido recibir un tratamiento médico adecuado, antes de que su enfermedad entrara en fase terminal", dijo la presidente del comité, Berit Reiss-Andersen.
"El Gobierno chino tiene una gran responsabilidad por su muerte prematura", añadió en un comunicado.
El disidente murió a los 61 años "debido a un fallo multiorgánico", luego de pasar ocho años en prisión, tras ser condenado por "subversión".
El Comité recordó que, al otorgarle el Nobel de la Paz, se distinguió su compromiso y su lucha por la democracia y sus esfuerzos por aplicar los derechos humanos fundamentales garantizados en los instrumentos internacionales, así como en la Constitución de la República Popular de China.
Alemania y los Estados Unidos lograron enviar médicos para que revisen al disidente el último fin de semana, e indicaron que estaba en condiciones de ser trasladado al exterior para su tratamiento, tal como había solicitado el propio Liu. Sin embargo, las autoridades chinas negaron el permiso.
El Comité, que lo premió con el Nobel de la Paz en 2010, consideró, además, que las noticias sobre el estado de salud antes de su liberación fueron recibidas "entre silencios y reacciones tardías" en todo el mundo, aunque finalmente Francia, Alemania, toda la Unión Europea y EEUU pidieron su puesta en libertad incondicional.
Tras esta visita médica, las autoridades anunciaron un empeoramiento de su estado de salud, tanto por el proceso del cáncer como por la aparición de una trombosis venosa en la pierna izquierda.
Liu fue galardonado en 2010 con el Nobel por su lucha no violenta por los derechos humanos fundamentales en China, una decisión que llevó a este país asiático a romper lazos con Noruega, donde está el Comité del Premio Nobel de la Paz. En la ceremonia de entrega del galardón, su silla permaneció vacía, ya que Beijing no lo autorizó a viajar para recibir el prestigioso galardón.
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