Rafael Grossi, experto nuclear: "Corea del Norte tiene una lógica de destrucción"

El embajador argentino en Viena, que ha recorrido en varias oportunidades las plantas atómicas del régimen de Kim Jong-un, resaltó que Pyongyang cuenta con entre 16 y 30 cabezas nucleares y el avance del programa militar "ha sido relativamente rápido"

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El embajador argentino Rafael Grossi, especialista en asuntos nucleares, advirtió que el régimen de Kim Jong-un no se rige por los principios clásicos de la política internacionales y tiene una lógica de destrucción, y no de disuasión, al analizar el desarrollo militar de Corea del Norte y sus pruebas bélicas.

Ex director general adjunto del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), consideró que el concepto de Destrucción Mutua Asegurada, bajo el cual Estados Unidos y la Unión Soviética evitaron una guerra a gran escala, no es un lente adecuado para evaluar las decisiones de las autoridades norcoreanas. "Esto no se aplica porque Corea del Norte no participa de una lógica de diálogo disuasivo.  Ellos lo que han dicho, al menos desde la retórica, es de una lógica de destrucción del enemigo, no de disuasión. Ellos tienen el arma nuclear diciendo que la van a utilizar si se sienten amenazados. No es, en este sentido, un factor de estabilidad regional sino que es un elemento de autodefensa o de agresión", explicó, en entrevista con Infobae.

Corea del Norte probó con
Corea del Norte probó con éxito un nuevo misil con alcance intercontinental (Reuters/KCNA)

El especialista, que ha visitado en más de una oportunidad las plantas de desarrollo nuclear de Kim Jong-un en el marco de misiones oficiales, indicó que no hay certezas sobre qué tan cerca están de conseguir nuevos avances, como el de lograr la introducción de una cabeza nuclear en un misil de largo alcance. "Nadie sabe a ciencia cierta cuán cerca esté porque ya no existe una presencia internacional en Corea del Norte. El avance ha sido relativamente rápido, si tenemos en cuenta en particular en los últimos dos años. No hay dudas de que tienen las ojivas, y los misiles. Quiere decir que la amenaza está, existe, es una realidad con la que tenemos que contar", señaló.

En ese sentido, resaltó que las investigaciones e informes apuntan que el arsenal nuclear norcoreano "está en algún lugar entre las 16 y las 30 cabezas nucleares", lo que hace muy difícil una posible negociación que implique un desarme.

Grossi, ex titular del Grupo de Países Suministradores Nucleares, destacó también que, aunque Kim Jong-un no alcance aún las metas de su programa nuclear, "ya logró lo que quería".

El régimen de Kim Jong-un
El régimen de Kim Jong-un continuó con su retórica amenazante (Reuters/KCNA)

"Independientemente de que lo consiga en los hechos, el efecto disuasivo ya existe. En estas cuestiones, la incertidumbre, la duda, ya es suficiente. Usted no quiere probar si lo que tiene Corea del Norte funciona o no funciona", resaltó.

No obstante, el embajador en Viena insistió en el diálogo como única salida, al advertir que una guerra en la península coreana "sería de altísima volatilidad".

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El principal temor de Estados Unidos, y la comunidad internacional, es que Corea del Norte logre la tecnología para introducir una cabeza nuclear en un misil intercontinental. Usted ha recorrido hace algunos años las instalaciones del régimen. ¿Qué tan cerca cree que está de lograrlo?

Nadie sabe a ciencia cierta cuán cerca esté porque no existe una presencia internacional en Corea del Norte. En el año 2009 ordenó su expulsión y a partir de ese momento todo lo que sucede puertas adentro es algo que se reconstruye a través de análisis o información de inteligencia. Lo que existe son evaluaciones sobre la base de lo que se ve en los ensayos, el éxito relativo o no de los lanzamientos. A eso se le combina el análisis de si es posible que este país haya logrado la miniaturización de una carga nuclear, la capacidad de que se adapte a las caracterísiticas físicas limitadas de una ojiva nuclear. Esto es mucho más especulativo

El líder de Corea del Norte ha afirmado e inclusive se lo ha visto exhibiendo una esfera metálica que podría corresponder a este tipo de desarrollos, pero no existe una certeza. Obviamente en este tipo de temática o terreno, aún la duda ya es suficientemente inquietante. Lo que es cierto es que por un lado, usted tiene una capacidad de vectores de corto y mediano alcance, con bastante seguridad, de largo alcance o intercontinental, con menor certeza, y por otro lado está muy claro que
Corea del Norte desde el año 2006 ha venido realizando ensayos nucleares, en 2006, 2009, 2013 y 2016 (dos veces).

Los elementos de la ecuación, en forma dispersa, existen. Lo que no está tan claro es si todos ellos se pueden poner juntos como en un rompecabezas.

Este avance de los últimos años, ¿qué tan vertiginoso (o lento) ha sido en comparación a otros programas nucleares?

El avance ha sido relativamente rápido, si tenemos en cuenta en particular en los últimos dos años. El año 2016 hicieron dos ensayos, en enero y en septiembre, y están ensayando vectores con una frecuencia casi diaria a veces. Están haciendo avances muy marcados. Si en el pasado uno podía observar que los ensayos o las actividades preocupantes eran bastante espaciadas, lo que se ve ahora es una regularidad muy clara. Creo que es posible afirmar que hay una consolidación muy evidente de las capacidades bélicas, en particular del área nuclear.

Bajo este panorama de no supervisión y con un régimen que ignora las resoluciones de la ONU, ¿qué margen hay de negociación para desescalar la crisis?

Ese es el gran interrogante. Corea del Norte se retiró del tratado de no proliferación. Y tras permitir una presencia limitada de inspectores del organismo internacional de energía atómica, luego los expulsó y entró en una vía de aislamiento aún mayor. Las reiteradas resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU han sido absolutamente ignoradas. En una circunstancia como la que tenemos, se deben intentar vías de solución diplomáticas.

Están todos estos puentes cortados, pero existe un problema muy serio y una necesidad de abordarlo diplomáticamente. Existe una coincidencia muy grande en que cualquier conflicto bélico es malo, pero en este caso sería de una altísima volatilidad. Tengamos en cuenta que Corea del Norte está rodeado de países más o menos cercanos. Está China, la Federación Rusia, Corea del Sur, probablemente con armamento de Estados Unidos. Es una región que está erizada de armas nucleares. Y además con una enorme concentración de armas convencionales. Seúl está ubicada a muy pocos kilómetros de la frontera, el paralelo 38.

Se trata de una situación de altísima volatilidad Lo que aconseja de modo urgente buscar vías de aceracmiento. Por ahora no existe ninguna, hay conversaciones indirectas, no hay un foro en el cual norcoreanos y cualquier otro representante de la comunidad internacional se sienten a negociar.

Una diálogo de Estados Unidos difícilmente alcanzaría un retroceso del armamento. Entonces, ¿sentarse a negociar sería aceptar que Pyongyang es un estado nuclear? ¿O hay una posibilidad de desarme?

Es la grán hipótesis. Hay quien supone que sería posible ir hacia un escenario donde Corea del Norte se desprenda de sus armas nucleares. Esto es crecientemente difícil, por decirlo de un modo un poco eufemístico. La realidad es que los analistas de inteligencia, el arsenal nuclear de Corea del Norte está en algún lugar entre las 16 y las 30 cabezas nucleares. Desprenderse de eso es muy difícil.

Hago la analogía con Irán, por el acuerdo nuclear firmado con cinco potencias. Algunos opinan que quizás este modelo podamos explicarlo en Corea del Norte. La verdad yo no creo que eso sea posible, se trataba de un escenario muy diferente. Acá arsenal existe, el nivel de confrontación y hostilidad es mucho mayor. Hay que imaginar esquemas de diálogo diplomático diferente. Quizás tengan que partir de la premisa que Corea del Norte, al menos por el momento, seguiría manteniendo por el momento su estado poseedor de armas nucleares. y determinar de qué manera pudiese establecerse alguna limitación al programa nuclear. Y sobre todo, algún sistema de generación de confianza para evitar que esas armas nucleares sean utilizadas.

Tomando el caso de Irán. Desde la doctrina neorealista, antes del acuerdo, se aconsejaba dejar que Irán consiga tener una bomba atómica, argumentando que ello le daría estabilidad a Medio Oriente. Usted, desde la otra orilla, ha advertido que el arsenal nuclear da inseguridad, no seguridad. ¿Qué cree que pasaría si Corea del Norte logra la tecnología que se ha propuesto?

A los efectos el análisis que usted hace es correcto. Pero a todos los efectos, ya lo ha logrado. Independientemente de que lo consiga en los hechos, el efecto disuasivo ya existe. En estas cuestiones, la incerteza, la duda, ya es suficiente. Usted no quiere probar si lo que tiene Corea del Norte funciona o no funciona. Ya sabemos que tiene armas nucleares que han funcionado.

Con el paso del tiempo, se ha visto que los ensayos existen. No hay dudas de que tienen las ojivas, y los misiles. Quiere decir que la amenaza está, existe, es una realidad con la que tenemos que contar.

En la Guerra Fría, el mundo temía una catástrofe nuclear. La Destrucción Mutua Asegurada redujo esta posibilidad. ¿Ese temor está borrado, o qué puede pasar con Kim Jong-un?

En el caso de Kim jong-un, la destrucción mutua asegurada no existe. Independientemente del juicio de valor a la validez ética de decir que la posibilidad mutua de destruirse sea un factor de estabilidad. Aceptemos que ha sido una premisa dada en las relaciones internacionales y en el mundo que nos ha tocado vivir en los últimos años.

En el caso de Corea del Norte esto no se aplica porque no participa de una lógica de diálogo disuasivo. Ellos lo que han dicho, al menos desde la retórica de Kim Jong-un y sus predecesores, es de una lógica de destrucción del enemigo, no de disuasión. Ellos tienen el arma nuclear diciendo que la van a utilizar si se sienten amenazados. No es, en este sentido, un factor de estabilidad regional sino que es un elemento de autodefensa (desde la perspectiva de Pyongyang) o de agresión (según Seúl).

Usted ha estado en Corea del Norte en varios viajes confidenciales. Desde su perspectiva, ¿qué tan cerca está la retórica de la acción?

Creo que tiene que prevalecer el sentido común. No creo que haya en Corea del Norte un escenario de completa irracionalidad. Lo que se debe buscar incansablemente son los vectores de comunicaciones. Han existido momentos, más allá del fracaso, que prueban que hubo acuerdos en diversos momentos. No es imposible.

Si hablamos de retórica, la reacción de Trump ante el último lanzamiento fue continuar con los ejercicios militares con Corea del Sur. ¿Qué puede hacer la Casa Blanca ante esta situación?

Allí hay que distinguir la retórica de los hechos. Forma parte de la vida política y los acentos que pongan los diferentes líderes que circunstancialmente existen son un dato muy importante, pero todo el programa de ejercicios militares son programados con anticipación. No ha habido una sitaución radicalmente diferente por el momento, lo que no quita que no vaya a existir. Esta situación se observa como que puede derivar a una circunstancia en que las cosas se vayan de las manos. La pasividad no es nunca buena consejera en estos casos.

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