El 24 de agosto del año 79 d.C., Pompeya quedó bajo las cenizas del volcán Vesubio por el mortal flujo piroclástico que emitió su enorme cráter. Fue una trampa mortal que halló a la población indefensa. Los cuerpos rescatados de unas 2000 personas quedaron intactos. Muchas de ellas, en posiciones insólitas que aún pueden verse.
La historia es conocida, pero la reciente polémica no tanto. Hace unas pocas semanas, el Parque Arqueológico de Pompeya publicó una fotografía en su cuenta oficial de Instagram que despertó la curiosidad y las bromas de cientos de usuarios. Allí puede verse el cuerpo de un hombre recostado con una de sus manos sobre sus genitales. Cualquiera diría que podría tratarse de alguien que estaba masturbándose y la imagen no lo refutaría.
Los cometarios fueron de los más grotescos a algunos más sutiles: "¿Una muerte feliz?"; "víctima de la erezione (en lugar de eruzione, erupción en italiano)"; "cuidando de los negocios hasta el final", son solo algunos de las publicaciones que despertó el post.
Pero, ¿estaba el hombre masturbándose cuando el fenómeno natural arrasó la ciudad de la Antigua Roma? Los expertos concluyen que no. "No es lo que parece", podría excusarse quien hubiera sido sorprendido in fraganti.
La fotografía fue tomada y publicada por el director general del parque profesor Massimo Osanna el pasado 9 de junio. Al publicarla sólo se escribió: "Una víctima de la erupción". "El individuo en la imagen es un adulto, muerto por el flujo piroclástico, con ambos brazos y piernas flexionadas por el calor", explicó el doctor Pier Paolo Petrone quien estudió a las víctimas del volcán durante 25 años.
"La mayoría de las víctimas humanas encontradas en Pompeya a menudo muestran posiciones extrañas de sus brazos y piernas, a partir de la contracción de sus pulmones y como consecuencia del efecto del calor en sus cuerpos luego de que murieran", indicó el científico a Daily Dot. Para Petrone resulta imposible que alguien intentara masturbarse cuando la cuarta ola de calor alcanzó los 260 grados centígrados durante aquel infierno.
Otras imágenes publicadas por el Parque Arqueológico de Pompeya que podrían levantar sospechas:
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