En el país con la mayor tasa de homicidios del planeta, no son pocos los restaurantes que contratan los servicios de empresas de seguridad para proteger a sus clientes. Won Ton, una prestigiosa casa de comida china de la capital hondureña, no es la excepción.
Tres eran los vigilantes que estaban en la puerta, portando armas largas. Mientras entraban los clientes, se quedaban firmes, imponiendo respeto.
Sin embargo, al quedar solos se relajaron. Dos empezaron a bromear entre sí, incluso empujándose. Increíblemente, a uno le pareció que también sería divertido apuntarle a su compañero.
Entonces se produjo la fatalidad. Un ruido que venía de la calle lo distrajo y, accidentalmente, disparó su rifle. El herido cayó instantáneamente al suelo. Se retorcía de dolor y comenzaba a cubrirse de sangre.
Los otros dos guardias fueron a buscar ayuda, pero ya no había nada que hacer. La víctima murió algunos minutos más tarde, y el tirador fue arrestado.
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