Emma Dutton, en pareja con Mark Prince, tiene 30 años y durante un largo tiempo intentó, sin éxito, ser madre. Esta familia de Walsall, West Midlands, recurrió a un tratamiento de fertilización hasta que la genial noticia llegó a sus vidas: serían padres ¡de gemelos!
Impactados por la espectacular novedad, comenzaron a planificar sus días de a cuatro. Sin embargo, su felicidad plena no duró tanto como hubieran pretendido. En una sala del centro médico en el que se atendían, uno de los obstetras les informó algo que no querían escuchar: los embriones estaban sufriendo una rara enfermedad que ponía en riesgo sus vidas.
Dos semanas después, cuando se cumplían cinco meses, los volvieron a reunir. Esta vez para decirles que uno de los gemelos había muerto en su vientre. Quedaron devastados, no podía ser de otra forma. ¿Debían regresar en poco tiempo para que el cuadro empeorase? Los pensamientos atormentaban a Emma y Mark, pero era ella quien llevaba la peor parte.
Los médicos fueron sinceros. Para evitar un desenlace semejante en el otro pequeño, debía llevar a su bebé muerto en su interior durante el resto del embarazo, o al menos hasta el momento en que Oliver —así llamaron a su bebé— estuviera listo para nacer. Decidieron correr el riesgo. La valentía y voluntad de Emma eran absolutas y supo que podría lograrlo.
A las 35 semanas y cuatro días, Oliver nació con excelente salud. Además, los médicos también sacaron a Elijah, sin vida. Emma dice que es feliz por haber permitido que ambos salieran de su vientre al mismo tiempo, a pesar de las durísimas circunstancias que rodearon su embarazo.
"Intentamos por años tener un bebé, así que cuando nos dijeron que eran gemelos fue increíble. Tener esa noticia y que después nos informaran que uno había muerto fue devastador. Después de eso, estaba convencida de que perdería el otro también", contó la mujer. "No pude disfrutar el resto del embarazo", añadió.
Emma explicó lo que experimentó durante esas 15 semanas entre la muerte de uno de sus gemelos y el nacimiento. "Él estuvo conmigo hasta que nació. Fue increíblemente triste, pero también estoy agradecida de que hayan nacido juntos", manifestó.
Los hermanos sufrieron el síndrome de transfusión de gemelo a gemelo (TTTS, por sus siglas en inglés), que es una complicación severa que afecta a entre el 10 y el 15 por ciento de los embarazos múltiples que comparten placenta. "Ahora pienso que quiero hacer algo para y reunir dinero para investigación para que otras familias no tengan que pasar por lo mismo que yo", contó la joven madre.
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