Como en una versión científica (y despojada de terror) de la película de culto La invasión de los usurpadores de cuerpos, una hoja de espinaca se utilizó como la matriz de un sistema vascular humano. Un grupo de investigadores del Instituto Politécnico de Worcester (WPI) de Massachusetts, Estados Unidos, encontró una rara conexión entre el reino vegetal y el animal que puede implicar un progreso enorme en el trasplante y la creación de órganos.
Según el estudio que se publicará en el número de mayo de la revista académica Biomaterials, una de las principales dificultades que se enfrenta en el reemplazo de un órgano (sea por uno donado o por uno artificial) es la falta de una red de irrigación sanguínea. Joshua Gershlak, uno de los coautores de la investigación, lo describió como "el mayor factor limitante para la ingeniería de tejidos". Sin una red vascular que los provea de oxígeno, los tejidos mueren.
"Las actuales técnicas de bioingeniería, incluida la impresión en 3D, no pueden crear la red ramificada de vasos sanguíneos hasta el nivel capilar que son necesarios para llevar el oxígeno, los nutrientes y las moléculas esenciales que se necesitan para el crecimiento adecuado de los tejidos", explicó un artículo en la página de internet del WPI. Para solucionarlo, los investigadores —que trabajaron en colaboración con colegas de las universidades de Wisconsin-Madison y la estatal de Arkansas—probaron la técnica de descelularización de una hoja de espinaca.
El proceso de ingeniería biomédica les permitió separar la matriz extracelular (ECM) de un tejido y las células que la habitaban y cultivar células vivas de corazón humano sobre el andamio de ECM original. Por la red de nervaduras pusieron a circular fluidos y microgotas similares en tamaño a las células de la sangre humana y sembraron las nuevas venas de las células humanas que recubren los vasos sanguíneos.
"Estos estudios de prueba de concepto abren la puerta a la utilización de múltiples hojas de espinaca para cultivar capas de músculo cardíaco sano con el fin de tratar a los pacientes que sufrieron un ataque al corazón", explicó el artículo del WPI. El experimento comprobó la factibilidad teórica de un método que ayude a que un órgano nuevo o un tejido reconstruido no mueran luego de su implantación.
"La celulosa es biocompatible y ha sido usada en una gran variedad de aplicaciones en medicina regenerativa, como la ingeniería de tejidos cartilaginosos y de huesos, y la cicatrización de heridas", escribieron los autores de "Crossing kingdoms: Using decelluralized plants as perfusable tissue engineering scaffolds" ("Cruce de reinos: uso de plantas descelularizadas como andamios artificiales de tejidos aptos para perfusión"). Esto significa que una hoja de espinaca puede actuar como matriz de tejidos humanos delicados.
"Las plantas y los animales utilizan abordajes fundamentalmente distintos en el transporte de fluidos, químicos y macromoléculas, y sin embargo existen similitudes sorprendentes en las estructuras de sus redes vasculares", agregaron Gershlak y sus colegas. "El desarrollo de plantas descelularizadas como andamios revela el potencial de una nueva rama de la ciencia que investigue el mimetismo entre plantas y animales".
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