Se ha conocido que los neandertales, una especie humana extinguida hace 40.000 años, utilizaban la corteza de los árboles y las plantas de su entorno para fabricar incipientes medicamentos semejantes a las 'aspirinas' y a los antibióticos actuales.
El hallazgo publicado en la revista Nature, forma parte de un estudio realizado por investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales y del Instituto de Biología Evolutiva, junto a científicos de universidades de Australia y Reino Unido.
Tras encontrar la secuencia del material genético del cálculo dental de cuatro individuos del yacimiento belga de Spy y de El Sidrón, en Asturias, los resultados "nos dan evidencias de aspectos que hasta ahora desconocíamos. Nos demuestran que nuestra visión de los neandertales era simplista y que está sesgada por lo poco que se conserva en el registro fósil", explica Carles Lalueza-Fox, investigador y coautor del trabajo.
Uno de los aspectos más llamativos del estudio ha sido el hallazgo de evidencias de automedicación hallados en uno de los fósiles asturianos: "un individuo con un absceso dentario a causa de una infección en la raíz de un molar … Tenemos pruebas de que este neandertal se medicaba. Hemos descubierto que el sarro conservado en sus dientes contenía secuencias del patógeno Enterocytozoon bieneusi que, en humanos, provoca problemas gastrointestinales, además de un absceso dental", sostiene el paleontólogo y coautor de la investigación, Antonio Rosas.
El sarro de este neandertal contenía restos de ADN del hongo de la penicilina, un antibiótico natural, y componentes de la corteza del sauce, que contiene ácido acetilsalicílico, el principio activo de las aspirinas.
Los científicos también han analizado la microbiota bucal de los neandertales y la han comparado con muestras de chimpancés y cazadores-recolectores paleolíticos determinando que "con la llegada de la agricultura en el Neolítico se produce un cambio muy significativo de las bacterias bucales, que se vuelve más especializada y pierde diversidad", afirma Lalueza-Fox, biólogo del Instituto de Biología Evolutiva.
Finalmente, el estudio ha determinado que a lo largo de la historia, neandertales y humanos modernos hemos compartido microbios y bacterias como las que provocan caries y enfermedades en las encías. De hecho, la placa dental del individuo neandertal estudiado permitió recuperar el genoma completo más antiguo de un microorganismo. Lo que sugiere que neandertales y humanos modernos intercambiaron patógenos que devinieron en cepas hace 143.000 años.
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