La sospechosa prohibición que los padres de Madeleine McCann impusieron a su abogada

Gerry y Kate McCann están furiosos con el ex detective Gonçalo Amaral. Ahora le dieron órdenes seguras a su abogada portuguesa

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Kate y Gerry McCann (Reuters)
Kate y Gerry McCann (Reuters)

Casi 10 años después de que Madeleine McCann desapareciera de un lujoso resort en una playa de Portugal, sus padres continúan sin tener paz. En las últimas semanas, además, sufrieron un duro traspié judicial por el cual un libro que los acusa de tener relación con la posible muerte de su hija no fuera prohibido por la Justicia portuguesa.

Esta vez, luego de que Gonçalo Amaral consiguiera vía libre para la reedición de su obra, Gerry y Kate McCann le emitieron una extraña orden a su abogada portuguesa para que no comentara el texto con la prensa y que evitara el contacto con los periodistas. ¿Cuál es el problema en que hable con un reportero? ¿Qué hay para ocultar en un caso que creen ha sido injusto?

Isabel Duarte, la letrada que los asesora fuera del Reino Unido, indicó: "Hemos recibido instrucciones de nuestros clientes para no hacer ninguna declaración ni dar información pública sobre el caso contra el señor Amaral o del caso en sí mismo".

El rostro de Madeleine McCann
El rostro de Madeleine McCann aún hoy conmueve. La niña desapareció en mayo de 2007 de un resort portugués

Amaral, la primera autoridad portuguesa en investigar la desaparición de "Maddie", fue apartado de la pesquisa luego de que cuestionara el accionar de la policía británica. Tras ello comenzó a escribir el libro La verdad de la mentira, que pronto se convirtió en un éxito de ventas.

Sin embargo, los padres de la pequeña desaparecida objetaron su contenido ante la Justicia por considerarlo injurioso. En él, el ex detective policial los acusaba de haber montado un supuesto secuestro para tapar algo peor: el asesinato de su propia hija.

Madeleine desapareció de un apartamento que los McCann habían rentado dentro de un complejo turístico en mayo de 2007 en Praia da Luz. Durante semanas, se la buscó por toda la zona e incluso las autoridades portuguesas cerraron las fronteras para evitar que fuera trasladada a otro país. Desde entonces continúa su búsqueda.

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