La fábula sobre Mahatma Gandhi que se viralizó por WhatsApp

Durante sus años de estudio de leyes en Londres, el líder indio debió enfrentarse a un antipático profesor. Qué dice la historia atribuida al pacificista

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Una supuesta historia sobre los años de estudio de Mahatma Gandhi comenzó a circular por las redes sociales en las últimas horas, sobre todo por WhatsApp. El texto, sin corroboración y de dudosa autenticidad, habla sobre los desafíos que la vida coloca frente a nosotros a cada momento y cómo resolverlos.

Más allá de su veracidad, deja una gran enseñanza:

Cuando Mahatma Gandhi estudiaba Derecho en Londres, un profesor de apellido Peters le tenía mala voluntad… pero el alumno Gandhi nunca bajó la cabeza y eran muy comunes sus encuentros.

Un día Peters estaba almorzando en el comedor de la universidad y él venía con su bandeja y se sentó a su lado…

El profesor, muy altanero, le dice: "¡Estudiante Gandhi, Ud. no entiende!
Un puerco y un pájaro no se sientan a comer juntos". A lo que Gandhi le contestó: "Esté usted tranquilo, profesor, yo me voy volando", y se cambió de mesa… El profesor Peters se puso verde de rabia, porque entendió que el estudiante le había llamado puerco, decidió vengarse con el próximo examen…

Pero el alumno Gandhi respondió con brillantez a todas las preguntas del examen… Entonces el profesor le hizo la siguiente interpelación: "Gandhi, si Ud. va caminando por la calle y se encuentra con dos bolsas y dentro de ellas están la sabiduría y mucho dinero, ¿cuál de las dos se lleva?". Gandhi responde sin titubear: "¡Claro que el dinero, profesor!". El profesor sonriendo le dice: "Yo, en su lugar, hubiera agarrado la sabiduría, ¿no le parece?"… Gandhi responde: "Cada uno toma lo que no tiene profesor".

El profesor Peters, histérico ya, escribe en la hoja del examen "IDIOTA" y se la devuelve al joven Gandhi. Éste toma la hoja y se sienta… Al cabo de unos minutos se dirige al profesor y le dice: "Profesor Peters, usted me ha firmado la hoja, pero no me puso la nota…".

A veces la gente intenta dañarnos con ofensas que ni siquiera nos hemos ganado. Pero sólo nos daña el que puede y no el que quiere. Si permites que una ofensa te dañe, te dañará. Pero si no lo permites, la ofensa volverá al lugar de donde salió.

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