Johanna Watkins, de 29 años, desarrolla alergias a todo lo que le rodea: los animales, sus amigos, su propio esposo, los ambientes naturales y hasta su cuarto se convierten en elementos poco estériles que le ocasionan reacciones que devienen en enfermedades graves.
Por otra parte Watkins, quien también es alérgica a sus padres, parece que no desencadena reacciones alérgicas con ninguno de sus tres hermanos. La joven fue diagnosticada 30 veces antes de que los médicos determinaran en 2015 que tiene un síndrome de activación de los mastocitos, lo que provoca que las células liberen los productos químicos equivocados en el sistema inmunológico, causando la reacción.
Tras ser diagnosticada Watkins ha continuado desarrollando nuevas alergias, por lo que en muchas ocasiones se desmaya e incluso sufre anafilaxia. En un momento en el que sus síntomas se hicieron muy intensos, la familia Watkins se dio cuenta de que no podían cocinar en su propia cocina.
La pareja, que reside en Minnesota, duerme separada. Johanna había estado quedándose en el dormitorio de un amigo, envuelto completamente en plástico y con las ventanas selladas. Mientras que su esposo se quedaba en una habitación de la planta baja y sólo la veía cuando la lleva a las citas médicas.
Por ello, en el último año Scott decidió renovar su nueva casa para crear un espacio seguro para ella, pero el olor de las tuberías del baño y la pintura nueva le jugaron una mala pasada el día que fue por primera vez a conocer la vivienda y le ocasionaron una reacción que casi la lleva al hospital.
Scott es un maestro de escuela primaria, que en los últimos meses lidió con pinturas, pisos y muebles e instaló un sistema de calefacción especial que esconde cualquier olor y evita que su esposa se enferme. Al mismo tiempo construyó su propio dormitorio con un sistema de presión positiva que mantiene la fragancia del aire libre de alérgenos.
Scott dijo que Watkins se desmayó tan pronto entró en su nuevo espacio debido al olor, pero poco a poco su esposa ha desarrollado una tolerancia a la nueva casa. Por lo pronto ha cubierto las ventanas del primer piso donde se aloja, mientras viven arriba.
"Esto ha sido muy extraño en estos días", escribió Scott en las redes sociales. "Para mí ha estado lleno de agradecimiento, estrés, tristeza, sufrimiento e intentos de esperanza".
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