París encontró la solución higiénica y ecológica para el problema de la orina en las calles

El invento de dos diseñadores franceses transforma la orina en fertilizante usando aserrín. Lo orinales además eliminan el desagradable olor de las calles

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(uritrottoir.com)

El diseñador francés Laurent Lebot patentó, fabricó y distribuyó los primeros Uritrottoir, un nombre que en español podría traducirse como "Orina-veredas". Se trata de reducidos baños públicos ubicados en la calle para evitar que la gente orine en las veredas y contra las paredes de los edificios, causando el típico -y fastidioso- olor.

Aunque hablar de baños públicos es probablemente exagerado, el "Uritrottoir" es más bien un contenedor con una cajón en la parte frontal y unas flores que adornan la parte superior. 

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Quien necesite orinar y se encuentre por la calle -como a menudo ocurre en las zonas de la movida nocturna- no deberá hacer otra cosa que abrir la cremallera y proceder con sus necesidades.

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Pero el invento de Lebot no sólo tiene una utilidad higiénica, sino también  ecológica: la orina que va hasta los Uritrottoir termina sobre aserrín o paja que cada tanto es recogida para ser usada como fertilizante en los parques y jardines públicos de la ciudad. Además, gracias a su alto contenido de carbono, el material orgánico del contenedor reduce considerablemente el olor.

(uritrottoir.com)
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"Estamos haciendo compost, un fertilizante; eso es economía circular", destacó Lebot, quien inventó el Uritrottoir junto a su colega Victor Massip. "Volvemos a utilizar dos productos desperdiciados, aserrín y orina, para hacer algo que hace crecer las plantas", agregó, según reporta The Guardian.

(uritrottoir.com)
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Actualmente hay tres versiones de distintos tamaños y el costo redondea los tres mil euros.

La sociedad francesa de trenes ya compró varios, y ubicó dos en la estación parisina Gare de Lyon -uno de los lugares de la ciudad más afectados por la plaga de "les pipis sauvages"- y proyecta comprar más para ubicar en otras áreas. Otros dos Uritrottoir también se ubicaron en Nantes, la ciudad de origen de los creadores.

Aunque por otro lado, Lebot reconoció que Uritrottoir podría no ser la respuesta definitiva al problema de las "pipis sauvages". "Pensábamos que esto era algo que involucraba sobre todo a los hombres", dijo. "Pero parece que no. No resolvimos el problema completamente. Para las mujeres, la solución no es tan simple".

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