Un grupo de arqueólogos que trabajan en el antiguo campo de exterminio nazi de Sobibor, en Polonia, descubrieron objetos personales que, estiman, pertenecían a las víctimas del Holocausto antes de ser enviadas a las cámaras de gas.
La información fue anunciada este domingo por el Museo del Holocausto Yad Vashem, consigna The Jerusalem Post.
Las joyas fueron encontradas en el lugar donde se cree que las víctimas eran obligadas a desnudarse y donde se les afeitaba la cabeza antes de ser enviadas a la cámara de gas.
Los hallazgos arqueológicos fueron descubiertos por el arqueólogo polaco Wojciech Mazurek, arqueólogo de la Autoridad de Antigüedades de Israel Yoram Haimi y su colega holandés, Ivar Schute.
Llamó la atención un colgando similar a uno que era propiedad de Ana Frank
Entre los objetos encontrados, llamó la atención un colgante, ya que tiene un gran parecido con uno que era propiedad de Ana Frank, también víctima del nazismo.
En el colgante están los grabados de las palabras "Mazal Tov" escritas en hebreo en un lado y en el otro la letra hebrea "Hei" para Hashem (Dios), así como tres Estrellas de David. Se cree que ha pertenecido a un niño de Frankfurt.
A través del uso de la base de datos de deportación paneuropea en línea de Yad Vashem, "Transports to Extinction", los investigadores descubrieron que el colgante podría haber pertenecido a una chica de nombre Karoline Cohn, nacida el 3 de julio de 1929, deportada de Minsk el 11 de noviembre de 1941.
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Investigaciones adicionales revelaron que Frank y Cohn nacieron en Frankfurt; los investigadores están tratando de localizar familiares de ambas familias y están explorando una posible conexión familiar entre las dos.
El trabajo arqueológico en el campo de concentración polaco comenzó en 2007, con el objetivo de montar un museo y un lugar conmemorativo para las víctimas.
Durante ese tiempo, las excavaciones han llevado a varios descubrimientos importantes, incluyendo los cimientos de las cámaras de gas, la plataforma original del tren y un gran número de artefactos personales pertenecientes a las víctimas. Entre éstos se encontraban discos de metal atados a pulseras de encanto típicamente usadas por niños, sobre los cuales se grababan información de contacto en caso de que los niños desaparecieran.