Millones de musulmanes chiitas acudieron este lunes a la ciudad santa iraquí de Kerbala, entre fuertes medidas de seguridad por temor a ataques por parte del grupo terrorista sunita Estado Islámico (ISIS).
Para conmemorar el Arbaín, el final de los 40 días de luto por la muerte del imán Hussein, peregrinos de todo el país caminaron hacia la ciudad santa, que alberga el mausoleo de este nieto del profeta Mahoma, asesinado en el año 680 por las tropas del califa omeya Yazid durante la batalla de Kerbala.
Hasta el momento esta peregrinación, uno de los mayores acontecimientos religiosos del mundo, transcurrió en paz, a diferencia de los últimos años en los que se vio enlutada por atentados de la organización radical sunita ISIS.
Mientras, más al norte, las fuerzas iraquíes intentan arrebatar Mosul al ISIS, las autoridades movilizaron a 24.000 miembros del ejército y la policía para garantizar la seguridad de Kerbala, ubicada a unos 80 kilómetros al sur de Bagdad.
Numerosos fieles, que vestían de negro, caminaron durante días para llegar a esta ciudad del centro de Irak. Algunos venían de lugares tan alejados como Basora, situada a unos 500 kilómetros al sureste de Kerbala.
"Emprendimos nuestra marcha hace 13 días y llegamos a Kerbala el domingo por la noche", cuenta Jaber Kadhem Jalif, al que acompañan su mujer y sus tres hijos.
Um Ali hizo el viaje sin su marido, miembro de las fuerzas que luchan por retomar Mosul, el último gran feudo de los yihadistas en Irak. "Rogamos a Dios que nos apoye contra Dáesh (acrónimo en árabe del ISIS), que nos ayude a liberar Mosul", dijo la mujer de 40 años.
Según Nusayef al Jatabi, que dirige el consejo provincial de Kerbala, "entre 17 y 20 millones" de fieles habrán participado en la peregrinación, incluidos tres millones de extranjeros, en su mayoría iraníes.
El peregrinaje estuvo unas horas en el centro de una polémica, después de que el diario saudita Asharq al-Awsat acusara a peregrinos iraníes de acoso sexual a mujeres durante la conmemoración, citando a un portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El primer ministro iraquí, Haider al Abadi, y otras autoridades chiitas denunciaron el artículo y exigieron disculpas.
La OMS negó, por su parte, haber denunciado los hechos relatados en el artículo, y el periódico saudita publicó este lunes el desmentido de la organización y anunció el despido de su corresponsal en Bagdad "por no haber respetado las normas profesionales y éticas".
Arabia Saudita e Irán no mantienen relaciones diplomáticas y se enfrentan sobre cuestiones regionales, especialmente los conflictos en Siria y Yemen.
Este año, por primera vez desde hace tres décadas, ningún peregrino iraní hizo el hach, el peregrinaje anual a La Meca, en Arabia Saudita.
Con información de AFP
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