Blue Origin, la empresa espacial creada por el millonario Jeff Bezos, logró probar con éxito el miércoles el sistema de eyección de emergencia de su cápsula encargada de trasladar astronautas sin perder el lanzador.
El cohete New Shepard -un lanzador re utilizable que vuelve a tierra después de cada misión– despegó el miércoles con su cápsula de la base texana de Blue Origin.
El habitáculo -que un día permitirá a turistas-astronautas desplazarse al espacio- se separó violentamente por la acción de un motor de cohete a unos 4.900 m de altura.
La cápsula, con grandes vidrios panorámicos, se posó suavemente, como estaba previsto, gracias a tres paracaídas, tras haberse bamboleado un poco en el momento de la separación.
"Los astronautas a bordo habrían dado un corcovo, pero hubiera sido un corcovo totalmente seguro", afirmó en tono de broma una de los comentaristas de Blue Origin, durante la retransmisión en directo.
Examinar la seguridad era el objetivo principal de la misión del miércoles y Blue Origin había apostado que perdería su lanzador. Pero no ocurrió. A pesar de la intensa conmoción de la separación, el cohete se posó sin problemas tras haber acariciado los límites entre la Tierra y el espacio.
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