En estos días, el destino de los cristianos que aún quedan en Oriente Medio aparece poco en las noticias de los principales medios de comunicación. En la actualidad, las noticias se focalizan en los atentados terroristas sucedidos en Europa, yendo siempre detrás del último –como lo hacen las agencias de seguridad, aunque sin evitar el próximo–. Considerando la orientación tanto de las iglesias como de la dirigencia política en los países europeos, la omisión del drama de los cristianos y sus iglesias no deja de ser lamentable, según declaraciones del filósofo, académico y teólogo australiano Mark Durie.
La propia prensa italiana menciona que "en lugar de la franqueza que debería escucharse en el marco de una realidad concreta sobre las raíces religiosas de los sujetos que han ejecutado y planifican más atentados terroristas, los políticos y la prensa europea a menudo se agotan en manifestaciones de dolor y en expresar la necesidad de tolerancia como medio de hacer frente a este tipo de violencia".
Durie otorgó una amplia entrevista a la BBC de Londres que recogió el diario árabe Al Haya. En ella, Durie señaló que tal perspectiva europea contiene un grave error, pues "a menudo se utiliza como pretexto para censurar a quienes hacen las preguntas difíciles, cuando nadie responde los cuestionamientos elementales sobre el contenido de la fe que siguen los islamistas. Al tiempo que el mundo libre y defensor de las libertades democráticas no se plantea párrafos del libro sagrado que los islamistas siguen (refiriéndose al Corán)".
Durie cita interesantes ejemplos, como cuando se menciona: "Luchad contra los que no creen en Alá y contra aquellos que han recibido las Escrituras (judíos y cristianos) hasta que paguen la yizya (impuesto o tributo) y ellos se entreguen a la sujeción de Alá" —Corán, Sura 9:29.
El pensador australiano señala también que "si esto persiste, los cristianos no tendrán futuro en la región y desaparecerán en menos de 25 años".
"El destino de los cristianos que aún quedan en Oriente Medio se vislumbra como oscuro de toda oscuridad si los principales medios de comunicación no hablan de su infortunio y los crímenes que se cometen contra ellos", declaro Durie.
"En la actualidad y desde principios de 2015, la prensa occidental se centra en los atentados terroristas acaecidos en Europa y en asuntos sobre la continua y descontrolada migración de musulmanes de África y Asia a Europa Occidental. La omisión por parte de la Iglesia de las matanzas y el sufrimiento de sus fieles es lamentable", afirmó el teólogo australiano.
Muchos miembros de las iglesias europeas se encuentran atemorizados, particularmente desde la orgía de agresiones sexuales en masa cometida contra las mujeres alemanas la noche del último 31 de diciembre. Fue allí donde se pudo observar con claridad como los miembros de la congregación de la catedral de Colonia quedaron perplejos y aterrorizados por los inmigrantes musulmanes.
El 15 de febrero, el ministro del Interior francés, Bernard Cazeneuve, se vio obligado a admitir que los ataques contra lugares de culto y cementerios cristianos en Francia aumentaron un 30% respecto del año anterior y que han sido 820 los casos denunciados, declaró al diario francés Le Figaro.
El 27 de marzo de este año, las agencia de noticias informaron que los yihadistas comenzaron a atacar en trenes y en el metro. Luego fue que bombardearon Bruselas ese mismo mes. Y como pudo establecer la agencia de seguridad interior francesa, los islamistas tenían la intención de atacar y masacrar fieles católicos durante los servicios de las pascuas en varias capitales europeas, incluyendo el Reino Unido.
Durante abril, las autoridades italianas hicieron varias detenciones de miembros de una célula de planificación yihadista cuyo plan era atacar tanto el Vaticano como la embajada de Israel en Roma.
La noche del 25 de junio, la consigna de guerra yihadista de "Allahu Akbar" ('Dios es grande') apareció pintada en la estatua de San Petronio (santo patrón) de la ciudad de Bolonia, Italia.
El 27 de junio, testigos informaron que un sujeto al grito de "Allahu Akbar" profanaba la iglesia de St. Paul, en Malmö, Suecia, rompiendo objetos de culto y los ventanales del templo.
La culminación de estas atrocidades se produjo el 26 de julio, cuando monjas, fieles católicos y un sacerdote fueron tomados como rehenes en una iglesia de Normandía, Francia. Resistiendo en su altar, el padre Jacques Hamel, de 85 años, fue decapitado frente a sus fieles en plena misa.
Policías alemanes montan guardia fuertemente armados las 24 horas en la catedral de Bremen, desde marzo de 2015, después de recibir información de la inteligencia interior alemana de que yihadistas planeaban atacar la catedral de la ciudad y la sinagoga.
En lugares como Siria e Irak, comunidades cristianas, acostumbradas a vivir en paz con sus vecinos musulmanes por los últimos 20 años, hoy ven que esos mismos vecinos se lanzan a cazarlos como animales, influenciados por el fundamentalismo.
En lugares como Líbano y Siria, donde nacieron y se expandieron las iglesias orientales de varias denominaciones que se arraigaron allí por siglos, entre ellas, la maronita, la melquita sirio-católica o la apostólica armenia, están siendo diezmadas por el islamismo.
Bajo la dominación islámica, los cristianos y judíos sometidos al islam que se negaron a la conversión debían pagar un impuesto que evitaba que fuesen sacrificados por los musulmanes. El impuesto, denominado yizya –en lengua árabe–, fue reimplantado por el ISIS en junio de 2014. Y como señala Durie, tal "pacto de rendición llegó a ser conocido como dhimmitud".
La racionalización de estos acontecimientos históricos y la violencia que acompañó a su eventual imposición estaban recogidas por la revelación "divina", en el verso 9:29 del Corán. El escritor Carey Lodge lo explica en The Christian Today cuando cita el ejemplo del asalto a la iglesia en Qamishli en que "los atacantes robaron las cajas de donación de la iglesia antes de detonar sus explosivos y destruirla".
"En la actualidad, una proporción significativa de la población musulmana de Europa en países tan variados como el Reino Unido, Alemania, Bélgica, Francia y Suecia, subsisten económicamente de la asistencia social del Estado de acogida y de donaciones provenientes de los impuestos derivados de la dhimmitud que reparten organizaciones islamistas bajo la cobertura de caridad", señaló Durie.
La pregunta que plantea Durie, teniendo en cuenta la creciente demografía musulmana, es: "¿Qué pasará cuando los sistemas de prestaciones económicas de Europa colapsen en el mediano plazo?". El australiano sostiene, sin dudar, que de esta situación derivan las acusaciones de intolerantes que se hacen frecuentemente a algunos políticos europeos como Mogens Camre en Dinamarca, Geert Wilders en Holanda y Björn Hocke en Alemania.
Como advierte Durie: "En esta lucha no es correcto privilegiar al amor o a la verdad. Lo que Occidente va a necesitar es otra cosa bien diferente, pues la verdad sin amor puede causar un dolor de cabeza sin fin. Pero el amor sin verdad puede causar una ceguera ingenua que tolera el abuso dócilmente y conduce a posiciones autodestructivas. Es probable que esta confrontación de las ideas torne en una larga guerra donde todos vamos a necesitar mucha compasión. Aunque sin verdad para fortalecerla, solamente el amor no nos salvará de perderla".
LEER MÁS: