Una gran ola de cuatro metros los barrió súbitamente. Rudy Bruynius intentó rescatar a su pequeña hija de dos años, McKayla. Lo logró. Pero en el arriesgado momento dejó su propia vida en el mar. La madre de la pequeña, Lisinda, logró salir ilesa de la terrible escena. Pero nada será lo mismo. La niña murió anoche, en el hospital, luego de permanecer en estado crítico varios días.
El hecho ocurrió el viernes último, cuando la familia Bruynius se encontraba de vacaciones en Fistral Beach, Cornwall, sudoeste de Inglaterra. Los tres estaban en lo alto de una roca cuando una ola de cuatro metros los arrastró al mar.
"Rudy era amoroso, cuidadoso y de gran ayuda como esposo, padre y amigo. Tenía un gran sentido del humor y era una persona activa. Siempre ponía a las otras personas primero. McKayla era una abeja inquieta, siempre feliz. No puedo creer lo que ha sucedido. Estoy impactada por lo rápido que cambió la condición del mar la jornada en que estábamos disfrutando del día en familia en Cornwall", indicó Lisinda en un comunicado dado a conocer hoy. Y agregó: "Rezo para que otros aprendan de nuestra tragedia y no deseo que nadie atraviese por este dolor".
Lisinda y Rudy tenían otros dos hijos, quienes tampoco pueden creer cómo sus vidas cambiaron tan rápidamente. Eran las 5:20 de la tarde del viernes pasado cuando una ola los arrastró a los tres. Guardacostas de North Fistral, helicópteros de rescate, la policía y salvavidas de RNLI intentaron salvar la vida de los tres. Recogieron el cuerpo del padre, intentaron reanimarlo y lo trasladaron en helicóptero al Tresliske Hospital. Llegó muy debilitado y fue declarado muerto esa misma noche.
McKayla, en cambio, aún vivía al llegar al centro de salud, aunque su estado era crítico. Luego sería trasladada a un centro sanitario para menores. Mientras tanto, los otros dos hijos se mantuvieron de pie en las rocas, a salvo.
Terri-Anne Remant, una amiga de la familia que vivió de cerca los dramáticos últimos días, expresó: "McKayla está ahora pacíficamente descansando con su papito. Se fue anoche. Descansa bien, pequeño ángel, te extrañaremos más de lo que las palabras pueden decir. Todos nuestros rezos y pensamientos están ahora con Lisinda y los niños".