Ruta de la Amistad: la serie escultórica que conquistó los Juegos Olímpicos de México 68

La Ruta de la Amistad México 68 acercó el arte moderno a los mexicanos al arte y sacó las obras a la calle para que todos pudieran admirarlas

(Foto: Twitter/@lorenzodiaz2/@rutamex68/@lorenzodiaz/@YaaxGroup)

La Ruta de la Amistad, es un corredor escultórico de gran valor e importancia en la Ciudad de México. Se ubica en el sur a lo largo del Anillo Periférico, es una vialidad altamente transitada a diario por miles de personas, sobre todo para cruzar el sur de la ciudad. Las magníficas esculturas que conforman la Ruta de la Amistad se encuentran distribuidas en puntos estratégicos de los camellos y cruces.

Estas piezas son parte de los 20 eventos que se realizaron durante el programa cultural de los Juegos Olímpicos en México 1968.

Parque de México DF adornado con banderas de los países participantes en los Juegos Olímpicos de México 68. Al pentatleta sueco Hans Gunnar Liljenwall le cabe el dudoso honor de ser el primer positivo por dopaje en la historia de los Juegos. Fue en México'68. "Me tomé dos cervezas para calmar los nervios", dijo Liljenwall tras dar positivo en el control que le hicieron tras la competición de tiro. Tenía una tasa de alcohol en sangre de 0,81 gramos por litro. Por su positivo, Suecia tuvo que devolver la medalla de bronce por equipos. EFE/jgb/Archivo

Corredor escultórico

La ruta que continúa engalanando la Ciudad tras varias décadas posteriores a su construcción, fue uno de los proyectos más destacados generados a raíz de las actividades culturales de los Juegos Olímpicos de México 1968. Se considera el corredor escultórico más grande del mundo con 17 km de longitud y fue una propuesta por parte del arquitecto alemán, Mathias Goeritz. El también escultor fue reconocido por sus famosas obras como las Torres de Satélite, La Osa Mayor en el Palacio de los Deportes, el Museo Experimental Eco, El Animal y La Corona del Pedregal en el Centro Escultórico de la UNAM.

Dicha propuesta la presentó Goeritz al presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos, Pedro Ramírez Vázquez. Y finalmente el proyecto se aprobó, pues uno de sus principales objetivos era reflejar la hermandad y la paz entre naciones dentro de en un contexto mundial lleno de conflictos civiles, protestas y manifestaciones sociales, además de los problemas internos que acababan de provocar la terrible matanza de Tlatelolco.

De esa manera la comitiva mexicana utilizó las artes y el deporte, para escribir un discurso bajo el tema de la amistad en el marco de la XIX olimpiada. Un poco de distracción para los aterrorizados y furiosos mexicanos que pronto se apaciguarían con las galas y emociones que las Olimpiadas ofrecieron a México. Actualmente se mantiene como un vivo recordatorio de aquella época, sigue en el corazón de la ciudad, pero que con los años se fue olvidando y normalizando su significado. Tal y como sucedió con aquellos hechos sucesos históricos que lastimaron y forjaron el país actual.

Ruta de la Amistad sobre Periférico Sur. (Imagen: mexico68.org)

Incluso, las nuevas generaciones pasan de largo al caminar a lado de las colosales esculturas, sin saber que en cada tramo existe un eco de las voces del México 68.

Por el lado lleno de color, sin duda alguna es un legado artístico del que tenemos sentirnos orgullosos y apreciar ahora más que nunca. El 12 de octubre del 2018, a 50 años de la inauguración de los Juegos Olímpicos, Mexico 68, la Secretaría de Cultura CDMX declaró a la Ruta de la Amistad Patrimonio Cultural Tangible de la Ciudad de México.

Ya que las obras impulsaron la escultura monumental como una forma de generar arte público, siendo un pilar fundamental para uno de los proyectos más importantes del arte moderno mexicano.

Segundo corredor de la Ruta de la Amistad México 68. (Foto: mexico68.org)

El concepto se trataba que estas esculturas de formas abstractas representaran a los 5 continentes del mundo y fueron colocadas exactamente cada kilómetro y medio a lo largo de Periférico hasta Cuemanco, pues se buscaba que se integraran en dos paisajes distintos: el primero en un valle de piedra volcánica y resultado de la emanación del Xitle dos mil años atrás. El Segundo sobre campos rurales de siembra y pequeñas lagunas, características naturales de Xochimilco.

Se optó por un estilo meramente abstracto para que los espectadores pudieran verlas rápidamente sin reparar en los detalles. Lo que llamó mucho al atención en el momento de su colocación fue el factor sorpresa que el gobierno usó a su favor. Ya que la gente del 68 paseaba por aquellos alrededores para buscar las esculturas e ir descubriendo poco a poco su magnificencia.

Acerca del diseño, de su concepto artístico y los materiales que se usaron tienen una calidad excepcional. La prueba de fuego por la que han pasado ha sido el tiempo, la manufactura mexicana les dio la posibilidad de permanecer tantos años de pie.

FOTOS: Twitter/@YaaxGroup

El olvido y el tiempo

En 1970 cuando se llevó a cabo la Copa Mundial de la FIFA México, la Ruta de la Amistad fue quedando en el abandono, pues las Instituciones, los artistas, las universidades y patrocinadores dejaron de darles mantenimiento y perdieron su esplendor. Además de que la población creció mucho más y la masa urbana aumentó, lo que derivó en la construcción de casas y departamentos en el entorno de las esculturas.

Durante 25 años afrontó un sinnúmero de agresiones, incluyendo severas afectaciones por el rápido crecimiento urbano e intervenciones de vándalos.

Asimismo, la construcción del segundo piso del Periférico influyo mucho para que las obras de arte quedaran sepultadas visualmente. Sin embargo, el Patronato de la Ruta de la Amistad, en conjunto con instituciones de Nueva York y la colaboración de las embajadas de cada uno de los países que habían participado, se unieron y lograron que el Gobierno de la Ciudad de México salvara las salvara.

La restauración se hizo obra por obra, y fue un arreglo a profundidad para asegurar la conservación a través de la autosuficiencia y participación de quienes cohabitan cerca de ellas, así como uso constante de las esculturas a través de diversos programas. Así se creó el proyecto Adopte una Obra de Arte, el cual invitó a instituciones privadas y públicas a participar donando los recursos para la restauración y conservación de las piezas en un fideicomiso.

(Foto: Twitter/@CeremoniaFest)

Esculturas de la Ruta

El corredor mide 17 kilómetros de longitud y en él desfilan un total de 19 obras construidas en concreto, con alturas que varían, pues van desde los 7 hasta los 22 metros de altura.

Oficialmente ese fue el número de construcciones que participarían en el megaproyecto, sin embargo el comité decidió agregar 3 invitados especiales.

(Foto: Twitter/@rutamex68)

El escultor estadounidense, Alexander Calder participó con el “Sol Rojo”, el artista mexicano Mathias Goeritz con “La Osa Mayor” y Germán Cueto también de México, con el “Hombre Corriendo”.