Cerca del mediodía de este 19 de diciembre, un macabro hallazgo sacudió a la ciudad de Tijuana, en Baja California. Los cuerpos de cinco hombres y una mujer fueron encontrados al interior de una camioneta tipo panel que fue abandonada frente a una farmacia en la Plaza Conquistador.

Según reportaron medios locales como el semanario Zeta, los cadáveres estaban apilados, algunos semidesnudos y descalzos.

Los hechos fueron reportados a los números de emergencia aproximadamente a las 11:25 horas. Aunque hasta el momento las víctimas no han sido identificadas, la Fiscalía General del Estado (FGE) compartió como avances preliminares en la investigación que el vehículo, marca Chevrolet, cuenta con reporte de robo del día 24 de septiembre de 2022.

Dado que aún se desconoce la identidad de las personas responsables por este crimen, la institución de seguridad inició los operativos e indagatorias pertinentes con corporaciones de los tres órdenes de gobierno que integran la Mesa de Coordinación en materia de seguridad ciudadana.

Aunque versiones extraoficiales señalaron que las víctimas pudieron haber sido estranguladas, ninguna dependencia ha emitido declaraciones respecto a la causa de muerte.

“Están empezando las investigaciones, en caso de que la fiscalía estatal pudiera determinar que hay una competencia del índole federal pues estaremos también atentos para recibir la investigación que en su caso correspondiera a la Fiscalía General de la República”, fueron las palabras que ofreció a la prensa Victorino Porcayo, Delegado en Baja California de la FGR, según reportó el periodista Vicente Calderón.

En este sentido, la FGE se comprometió a “identificar los cuerpos, así como a los participantes y responsables, para proseguir a localizarlos y conducirlos a proceso penal para que paguen y reciban el castigo justo por sus atrocidades”.

Estos hechos ocurrieron tan sólo un día después de que, también en Tijuana, Andrés Durán Casas, un dentista de 24 años, fuera encontrado muerto dentro de la cajuela de un vehículo.

Los reportes oficiales apuntan que el cadáver del joven fue localizado a las 19:05 horas del domingo 18 de diciembre en la colonia Pedregal de Santa Julia. Su cuerpo presentaba huellas de tortura.

Denisse Esmeralda, hermana de Andrés, reveló en una entrevista con La Jornada que el joven desapareció el viernes 16 de diciembre. Aquel día, Denisse recibió varias llamadas de su hermano que, asustado, le pedía que reuniera la cantidad de 50 mil dólares.

Aparentemente, la exorbitante suma de dinero era para pagar un rescate a cambio de su libertad. Después de varias conversaciones, la última ocurrió a las 22:30 horas del mismo día. De acuerdo con Denisse, Andrés la contactó una última vez “pero no era para pedirme dinero, sino para decirme que todo había sido una confusión, que las personas se habían confundido y entonces lo único que le pregunté es que, si él estaba bien y me dijo que sí, que sí estaba bien”.

Para ese punto, se esperaba que los captores de Andrés lo dejaran libre. A pesar de que todo había sido una confusión, el joven fue asesinado, aparentemente torturado y abandonado en las calles de la ciudad.

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