“Una noche de 1509 en las laderas del cerro del Tepeyac, la princesa Papantzin, cuñada del emperador Moctezuma II, experimentó un encuentro cercano”.
Ante este suceso, la religión tomó ese momento para mostrar que los originarios de América tenían que acercarse al culto de los españoles. Sin embargo, la figura femenina que descendió de la “estrella de oro” y avisó de la llegada de Hernán Cortés nunca había sido cuestionada, sino hasta 513 años después.
Francisco Ortega y Juan Andrés Salfate escribieron Alienígenas Americanos, libro dedicado a las historias extraterrestres de Latinoamérica, siendo que hay vasta información que aún no se ha dado a conocer.
Después de que Hernán Cortés conquistara la Nueva España, el cristianismo se afianzó de todo el territorio como la nueva fe del país, en el cual en 1525 Papantzin fue bautizada en Tlatelolco y en el libro se menciona que se le impuso “el nombre cristiano de María”.
Desde ese momento se le conoció como “Doña María”, al igual que un macehualli, (indígena esclavo), “de 51 años, llamado Cuauhtlatóhuac (el que habla con las águilas) quien se le bautizó con el nombre de Juan Diego. Su esposa y su tío también acogieron el sacramento, siendo identificados católicamente como María Luisa y Bernardino”.
Fue en 1531 donde Juan Diego, quien caminaba cerca del cerro del Tepeyac, tuvo un acercamiento similar que el de la princesa Papantzin, en este encuentro cercano “divisó una mujer luminosa que ´bajó de una estrella´”.
“No podía ver su rostro, oculto bajo un círculo de sol”. Según en la investigación realizada por estos dos escritores, de origen chileno, mencionan que Juan Diego se acercó y la llamó por el nombre que se le había dado a la princesa Papantzin, que era “Doña María”.
“La mujer de luz le sonrió y lo saludó con una bendición. Después desapareció. Ese mismo día, durante la tarde, registró una segunda aparición cuando iba de regreso a su casa”, se lee en el libro.
Al contarle a su esposa y a su tío Bernardino sobre el suceso, le recomendaron ir a ver al padre Juan de Zumárraga, primer obispo de México, y preguntarle que si ese avistamiento de “la mujer de las estrellas” era la madre del señor.
“El obispo se mostró contrariado con lo que relató el indígena, más que nada por la descripción de la piel morena de la visión. Pero Juan Diego insistió en lo que había presenciado, razón por la cual el sacerdote le pidió que volviera al día siguiente con una prueba”.
Al regresar, Juan Diego volvió a ver una vez más a Virgen y en esta ocasión, supuestamente el hombre y la mujer conversaron. Al pedirle la prueba para el obispo, ella le dijo que volviera al otro día para dársela.
Pero no pudo regresar porque su tío Bernardino enfermó y el 12 de diciembre de 1531 Juan Diego salió en búsqueda de un doctor y para no encontrarse a la Virgen rodeó el cerro, aunque fue imposible, ya que ella lo estaba esperando a mitad del camino.
“Lo estaba esperando de pie junto a algo que parecía ´un escudo gigante´”, al decirle que su tío estaba malo, ella le comentó que “Bernardino estaba en sus manos”, en ese mismo momento también se le apareció a su tío y lo curó.
La Virgen mandó a Juan Diego a recoger unas flores a la punta del cerro, lo cual hizo y se las llevó al obispo, pero “al depositar y desenrollar su tilma en el piso de la iglesia, esta, esta mostraba la imagen de la Virgen María”.
En el libro, los escritores mencionaron que esta investigación la plantean con bastantes teorías y recopilaciones de J.J. Benítez, aún así ellos no están diciendo que “la ´morenita del Tepeyac´ sea un ser de otro planeta, estamos diciendo que es una manifestación de otro mundo. Puede ser del mundo celestial porque es un personaje donde se mezcla la esfera católica con la esfera tradicional Mexica”.
De igual forma, en entrevista con infobae México, Francisco señaló que “es un misterio religioso, antropológico, cosmológico, fascinante y al mismo tiempo es una presencia, es la reina de América, es nuestra, es de todo el continente, es una figura muy potente y en ese sentido es una alienígena americana ya sea la madre de cristo, una representación de la diosa Coatlicue, un mito, leyenda. Representa una figura femenina que viene de otro mundo y que bendice esta tierra y que bendice la tierra de ustedes”.
Las teorías de que si es o no un ser de otro planeta no son descartadas por estos dos autores, que un y con todas las pruebas que se han hecho, además de las historias que prevalecen en fuentes directas, no deja de ser uno de los misterios más grandes.
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