Los tentáculos del CJNG llegan a Ecuador sembrando terror con atentados y amenazas

Las ciudades de Guayaquil y Esmeraldas, en Ecuador, amanecieron en vilo este 1 de noviembre luego de los atentados con explosivos que se suscitaron durante la madrugada, debido a los posibles traslados de reos de la Penitenciaría del Litoral, considerado como uno de los reclusorios más violentos del país. Lo anterior habría dejado dos policías muertos.

Tras los ataques con coche bomba, se desplegaron panfletos de grupos criminales que presuntamente estarían ligados al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), el cual ha expandido su presencia más allá del territorio mexicano -al igual que el Cártel de Sinaloa-, en su búsqueda por ampliar el mercado transnacional de drogas.

En Guayaquil se encontraron artefactos detonantes cerca de tres unidades de policía. Además, se registraron tres vehículos con explosivos: uno en el sector de La Alborada, otro en una gasolinera de Pascuales y uno más estalló en la terminal terrestre de dicha localidad. Estos atentados habrían ocurrido en un perímetro de 28 kilómetros aproximadamente.

En la noche del 31 de octubre se habían reportado alertas desde la Penitenciaría del Litoral, debido al supuesto traslado de reos ubicados en los pabellones 8 y 9, quienes presuntamente estarían bajo el cobijo de las bandas criminales conocidas como “Los Lobos” y “Los Tiguerones”.

Fue así que esta mañana se desplegaron diversos panfletos firmados por dichos grupos delictivos y por las siglas del “CJNG”, los cuales iban dirigidos al presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, y al director del Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de la Libertad y Adolescentes Infractores (SNAI), Guillermo Rodríguez.

Los comunicados fueron encontrados en el exterior de las inmediaciones del canal de televisión RTS, en los que advierten las posibles amenazas en caso de que trasladen a los reos de los pabellones 8 y 9, además de que acusan que el director del SNAI está “vendido” a los líderes de Los Choneros, otra organización criminal ecuatoriana.

El comunicado concluye con la amenaza de decretar “3 días de paro armado” en caso de que muevan a su “gente”. Hasta el momento no se han identificado a los sujetos que habrían desplegado estos panfletos. Sin embargo, la influencia del cártel de las cuatro letras en territorio ecuatoriano ya se había visibilizado anteriormiente.

A principios de octubre, el canal RTS en Guayaquil sufrió una especie de atentado cuando dos sujetos armados a bordo de motocicletas abrieron fuego contras las inmediaciones de dicho medio. Si bien no se reportaron personas heridas, se desplegó un comunicado por parte de los criminales.

En el panfleto se lanzaron amenazas contra el diario La Extra, debido a que supuestamente “malinformaba” a la ciudadanía. Por ello, advirtieron que su venta estaba prohibida en las ciudades de Esmeraldas, Cuenca, Machala y Guayaquil.

De lo contrario, amenazaron con matar a quienes no acataran las órdenes. Incluso se mencionó de manera directa al director nacional de La Extra. “DONDE TE ESCONDAS TE VAMOS A ENCONTRAR (sic)”, se leía en el mensaje firmado por La Nueva Generación.

De acuerdo con informes locales, la banda criminal de Los Lobos se habrían agrupado con Los Pipos, Los Chone Killers y Los Tiguerones para formar La Nueva Generación y así disputar el territorio a Los Choneros. La guerra estaría motivada por controlar el envío de cocaína, principalmente, a Estados Unidos. Y juntos responderían al CJNG (de ahí su nombre).

En febrero de 2021 ocurrió un hecho similar: en el estacionamiento del canal TC Televisión, en Guayaquil, se desplegaron hojas firmadas por el “Cártel Nueva Generación”, en el que amenazaban a autoridades con perpetrar masacres a lo largo del país en caso de que no cumplieran sus peticiones.

A pesar de las amenazas, la presencia de las fuerzas de Nemesio Oseguera Cervantes, El Mencho, cobraron mayor notoriedad en septiembre de 2021, cuando se registró uno de los motines carcelarios más cruentos en la historia reciente de Ecuador, toda vez que dejó un saldo de más de 115 fallecidos.

Los hechos se suscitaron el 28 de septiembre en la Penitenciaria del Litoral, también conocida como Centro de Privación de Libertad Número 1, en Guayaquil. Reportes locales atribuyeron los violentos episodios a una disputa entre dos banda locales: Los Lobos y Los Choneros. Este último estaría supuestamente ligado al Cártel de Sinaloa (CDS).

Incluso, el ex director de inteligencia militar en Ecuador, Mario Pazmiño, reconoció la intromisión de los cárteles mexcanos en dicho país. “El crimen organizado transnacional ha permeado la estructura del estado (...) trastocada por la injerencia de carteles internacionales como Sinaloa y Jalisco Nueva Generación”, comentó para la agencia AP.

Cabe mencionar que luego del comunicado del CJNG en el exterior de TC Televisión, el Cártel de Sinaloa respondió a través de redes sociales. En su mensaje reconocían su relación con Los Choneros y advertían las disputas con las fuerzas de El Mencho.

“Empieza la guerra de forma frontal, por todos los frentes, no vamos a permitir que sigan asesinando a miembros de nuestra organización. ¡El terror ha comenzado en el Ecuador!”, advertía el CDS.

De acuerdo con el general de policía Geovanni Ponce, los sinaloenses llevarían más de una década en territorio ecuatoriano, pues se ha recabado evidencia de que han ejecutado operaciones desde el 2009 que han logrado ser neutralizadas, según sus declaraciones ante Teleamazonas.

Por ello, la incursión del CJNG habría sido posterior, aunque ello no quiere decir que su poderío sea menor, pues ambas organizaciones criminales cuentan con los recursos económicos suficientes para expandir sus negocios en el mundo del narcotráfico.

Según informes de inteligencia, autoridades mexicanas y colombianas han detectado cerca de siete rutas para el trasiego de drogas entre Ecuador, Perú, Colombia, México y Estados Unidos.

Cuatro de ellas partirían de Ecuador: una saldría de Esmeraldas con arribo a Guatemala y Chiapas; otra partiría de San Lorenzo con destino a costas de Guerrero y Oaxaca; una más iría de Puerto Rico a Michoacán y otra conectaría Ayampe con Sinaloa.

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