A pesar de que la Secretaría de Educación Pública (SEP), y la del estado de Tamaulipas, publicaron a través de medios oficiales que, durante el ciclo escolar 2020-2021, no se deberían cobrar cuotas voluntarias debido al impacto económico que ocasionó la pandemia por Covid-19, esto no impidió que las 24 secundarias que existen en Nuevo Laredo, Tamaulipas, recaudaran aproximadamente 11 millones de pesos gracias a estas “aportaciones” en periodo pandémico. Pero poco o nada se sabe del destino de estos fondos, que supuestamente tendrían que ser administrados por las Asociaciones de Padres de Familia de cada centro escolar y que, de acuerdo con familias de diferentes instituciones, no se invirtió en mejoras, sino que se ha mantenido en completa opacidad.
Según los datos recopilados a través de entrevistas con padres de familia, las cuotas van desde los 250 hasta los mil 500 pesos por alumno, lo que se traduce en que las familias de más de 12 mil estudiantes que cursaron el nivel medio en Nuevo Laredo, pagaron, en promedio, 720 pesos, esto a pesar de que sus hijos dejaron de asistir a las aulas de manera presencial durante todo el periodo 2020-2021 y parte del ciclo escolar 2021-2022. Ante esto, ninguna autoridad ha dado a conocer el destino de este recurso. “La recaudación de cuotas voluntarias son acuerdos internos entre la Sociedad de Padres de Familia de cada institución”, respondió a una solicitud de transparencia Juan Alberto Vázquez García, director Jurídico y de Acceso a la Información Pública de la Secretaría de Educación de Tamaulipas (SET).
Pero esto es contrario a lo que establece el Reglamento para la Constitución, Registro, Organización y Funcionamiento de las Asociaciones de Padres de Familia del Estado de Tamaulipas, en donde se afirma que “la aplicación y vigilancia del cumplimiento del presente Reglamento es competencia del Poder Ejecutivo del Estado por conducto de la Secretaría de Educación”, es decir, que sí están obligados a velar por este recurso.
Esta vieja práctica supuestamente se eliminó desde abril de 2013, año en el que el pleno del Senado de la República avaló una reforma a la Ley General de Educación en la que especificaron que las cuotas escolares dejarían de ser obligatorias y se convertirían en una aportación “voluntaria”, además, se especificó que la entrega de esta no podría condicionar la aplicación de un servicio educativo, ingreso, permanencia, exámenes o documentos de cualquier persona.
Pero en Nuevo Laredo se viven dos realidades, por un lado, diversos padres de familia consultados para este reportaje aseguran que esta tradición no solo continúa en las secundarias del municipio, sino que también se les han negado la entrega de documentos sino cubren sus saldos pendientes. Y, contrario a esto, Miguel Jáuregui Salazar, titular del Centro Regional para el Desarrollo Educativo (Crede), en Nuevo Laredo, justificó estos cobros y aseguró que las aportaciones voluntarias son pagadas por padres de familia sin que hayan sido presionados.
La SET evade responsabilidad de vigilar el recurso
La Secretaría de Educación en Tamaulipas (SET) es la encargada de vigilar a las Asociaciones de Padres de Familia de cada plantel, pero de acuerdo con el titular de Educación en Tamaulipas, Mario Gómez Monroy, la dependencia sólo se encarga de regular y supervisar la formación de cada mesa directiva, la dependencia no toca, ni revisa, los temas económicos.
“En las facultades de las mesas directivas no intervenimos, mucho menos en la recaudación, eso es facultad exclusiva de ellos y los padres de familia nombraron esa mesa directiva precisamente para que los representaran. Es con ellos con quienes tienen que abordar el tema de las cuotas, quitarlas, bajarlas, subirlas, exigir el buen manejo y ver que se apliquen para lo que se están solicitando esos recursos”, declaró Gómez Monroy.
El artículo 32 del Reglamento para la Constitución, Registro, Organización y Funcionamiento de las Asociaciones de Padres de Familia del Estado de Tamaulipas establece que las autoridades escolares y educativas fungirán como asesores de las asociaciones de padres de familia para el mejor cumplimiento de su objeto, pero cubrir todo esto le parece imposible al titular de la Secretaría de Educación, quien asegura que la dependencia a su cargo conoce la problemática que viven cada inicio de ciclo escolar los padres de familia, pero que no es viable vigilar a cada una de los centros educativos que hay en la entidad.
“Al fin de cuentas son los padres de familia los que deben hacer llegar esas solicitudes a sus mesas directivas, porque son ellos los que fijan esa cuota que debe de ser voluntaria. En el caso de nosotros, como Secretaría de Educación, no podemos permitir, por ningún motivo, que se limiten las inscripciones, la entrega de algún papel oficial o darles clases a los niños por no haber pagado la cuota escolar de la Sociedad de Padres de Familia [...]supervisamos la formación, pero no el manejo de los recursos, no tendríamos la capacidad humana para hacerlo, son 4 mil 500 escuelas, tendríamos que estar revisando las cajas chicas de cada Mesa Directiva y es muy complicado”, aseguró Gómez Monroy.
La problemática de estas “cuotas voluntarias” no solo está en su falta de vigilancia, sino en su origen mismo. Gómez Monroy aseguró que la dependencia a su cargo no cuenta con una participación presupuestal para las escuelas de nivel básico del estado, es decir, no existe ninguna partida asignada a la manutención de las escuelas públicas de la entidad, lo cual provoca que el cobro de las aportaciones se agudice en los centros escolares.
“Muchas veces las asociaciones de padres de familia ocupan parte de ese dinero para hacer mejoras en las escuelas, entonces eso es algo que le ayuda a la Secretaría [...] Y si hay recursos que están llegando por parte de la federación, estamos en un programa de mantenimientos de escuelas, viendo el arreglo de baños y que haya agua corriente, pero lo estamos haciendo en las escuelas de más alta marginación porque es para lo que nos alcanza ahorita”, explicó el titular de la Secretaría de Educación en Tamaulipas.
El programa federal al que hace referencia Gómez Monroy es “La Escuela Nuestra” e incluso la SEP desconoce cómo se han usado los más de 23 mil millones de pesos públicos del presupuesto, los cuales han llegado únicamente al 36% de los planteles del país. En Tamaulipas se han otorgado apoyos a 1,132 escuelas con un monto de 341 millones de pesos, de acuerdo con información publicada por Animal Político.
Cuestiona ASF destino de más de 81 mdp
Padres de familia de diferentes centros escolares de Nuevo Laredo no entienden el cobro de estas cuotas y, al mismo tiempo, las pocas mejoras que se han hecho en las escuelas. Esto no es nuevo ante la lupa de las autoridades, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) informó que Tamaulipas no ejerció más de 80 millones de pesos de la cuenta pública del 2021, monto que se debió haber aplicado en la mejora de la infraestructura de escuelas de nivel básico del estado.
De acuerdo con la ASF, Tamaulipas recibió cerca de 48 millones de pesos de recursos remanentes del ejercicio fiscal del año 2021 y recursos de ejercicios fiscales de años anteriores por aproximadamente 50 millones de pesos. En total se le dio un recurso de más de 99.6 millones de pesos, de los cuales, únicamente utilizó 17 millones de pesos.
Esto llevó a la ASF a emitir una recomendación para que el gobierno de Tamaulipas, en particular el Instituto Tamaulipeco de Infraestructura Física y Educativa (Itife) elabore un un programa de ejecución de obras y adquisiciones para la aplicación de los recursos disponibles al 31 de diciembre del 2021 de los remanentes del Fondo de Aportaciones Múltiples, con objeto de garantizar el ejercicio de los recursos en los objetivos del fondo.
Esta información contrasta con lo declarado por el secretario de Educación de Tamaulipas, Mario Gómez Monroy, quien declaró que no existían fondos destinados para la mejora de la infraestructura educativa del estado.
A pesar de estos recursos que no fueron ejercidos y que los estudiantes asistieron 100% en línea a clases, las secundarias de Nuevo Laredo continuaron cobrando, con puntualidad, las cuotas escolares del ciclo 2020-2021, ya que las autoridades aseguran que, aunque los alumnos no usaban las instalaciones, este recurso era necesario para cubrir los servicios de renta de copiadoras, internet y material educativo de los docentes.
“Es cierto que estos casi dos años no se utilizaron los edificios escolares por las y los alumnos, sin embargo, sí asistieron los directores, las maestras y los maestros. Incluso, muchos de ellos tuvieron sus Consejos Técnicos Escolares dentro de la escuela y también asistían a la escuela y desde ahí transmitían sus clases en vivo y por supuesto que siguen utilizando los materiales e insumos de la escuela para la reproducción de fotocopias, la entrega de cuadernillos, el internet”, explicó el jefe del Crede, Miguel Jáuregui Salazar.
Piden cuotas, pero aseguran que no tienen recursos
Durante una visita a la secundaria 3, Belisario Domínguez, el director del plantel, Francisco Javier Moreno Medina, aseguró que quienes no cumplieran con la “aportación voluntaria” no tendrían problemas al recoger los documentos de sus hijos, sin embargo, los reporteros a cargo de este reportaje presenciaron cuando el plantel le negó los documentos a una madre de familia argumentando que no había pagado la “aportación voluntaria” y que para entregarle los documentos del menor tenía que realizar al menos un abono del pago que no había cubierto.
“Me dijeron que tenía que pagar el adeudo de unos cuadernillos y tengo que pagar (además) la inscripción en la otra escuela, pero me están pidiendo la constancia y ahorita no tengo dinero por la pandemia”, declaró la madre de familia.
La mujer, quien prefirió que no se publicara su nombre por temor a represalias, aseguró que el argumento que le dieron las secretarias es que los documentos son enviados desde Ciudad Victoria y por esa razón tenían costo. Sin embargo no le dieron un total de lo que debía cubrir, pues le aseguraron que tenía distintos adeudos.
En la secundaria número 4 Francisco I. Madero, la cual cuenta con mil 371 alumnos, de acuerdo con datos de la SEP, se cobraron alrededor de 900 pesos por cada estudiante durante el ciclo escolar 2020-2021, es decir, la escuela obtuvo un aproximado de un millón 233 mil pesos por concepto de “cuotas escolares”, fondo del que se desconoce su uso, ya que durante esos dos años nadie dio información sobre el uso del dinero ni se informó por ninguna vía (personal o electrónica) a los padres de familia en qué se utilizó el recurso.
En un recorrido hecho para este reportaje se pudo observar el deterioro de las instalaciones: baños sin jabón para lavarse las manos, básico en época de COVID, tampoco tienen papel, una fuente que lleva años sin habilitarse, jardines erosionados, bancos rayoneados y salones sin mantenimiento. Y, a pesar de contar con estas aportaciones en periodo pandémico, la escuela asegura no tener recursos para mejoras, esto se hizo más notable después de la tormenta que azotó a la ciudad en mayo del 2021, cuando el colegio incluso tuvo que recurrir a la ayuda municipal para las labores de limpieza.
Manuel Zavala Sánchez, director de este plantel desde 1997, aseguró que no todos los padres de familia cubren la “aportación voluntaria” y, por ejemplo, el año pasado apenas lograron captar 400 mil pesos por este concepto. Aunque este monto parecería alto, el director explicó que la manutención de los edificios es cara y a esto se le tiene que sumar la compra de pintura y otros insumos como impermeabilizante.
La secundaria 10 también se une a esta lista, ya que para que los alumnos pudieran tomar sus clases a distancia se les solicitó una “cooperación voluntaria” de 800 pesos, esto quiere decir un ingreso de 472 mil 800 pesos, de acuerdo con el número de estudiantes que estaban inscritos en el ciclo escolar 2020-2021, un costo que madres de familia como María aún no entienden su finalidad.
“Sabemos que se dice que es una cuota voluntaria, pero en ciertas escuelas, no digo que en todas, pero en la mayoría decían que no entregaría los documentos a final de año si no pagabas la cuota”, narró.
El director del plantel, Oscar Palomo Rodríguez, justificó este apoyo al especificar que, al igual que otros planteles, debían cubrir el pago de teléfono, entre otros gastos corrientes que no son otorgados por el gobierno, además de que colocaron malla ciclónica a manera de solución temporal por la barda derrumbada.
Sólo una secundaria, la número #9 Siempre con la Patria, fue la única institución que durante el primer año de pandemia, no cobró aportación alguna a los padres de familia, fue hasta este ciclo escolar que volvieron a las aulas que solicitaron el apoyo de los padres, para resarcir los daños por la tormenta del 2021.
“No se cobró para nada, nada más este año, nosotros cobramos voluntariamente 400 pesos al año, y los puede pagar en abonos y con eso nos apoyamos para cubrir los gastos principalmente ahorita de los vidrios, sufrimos problemitas de que se quebraron los vidrios cuando aquella tormenta fuerte que se vino y cayeron varios ventanales y tuvimos que hacer gasto, se nos cayó un pedazo de barda y también lo hicimos con padres de familia”, declaró el director del plantel Arnoldo Escamilla Montemayor.
Cobros no tienen sentido
Para diferentes especialistas, estas cuotas o aportaciones voluntarias no tenían sentido en un periodo en el que los estudiantes se vieron obligados a tomar clases desde casa. “El objetivo de las cuotas escolares es para el mejoramiento de la comunidad académica y de las instalaciones y mejoramiento de las escuelas, sin embargo, si los menores no estaban acudiendo a tomar su educación, pues evidentemente no se está haciendo un gasto, ni hay un desgaste en el uso de las instalaciones, pero es una práctica que ya está muy arraigada”, dijo Braulio Hernández Hernández, presidente de la Barra Colegiada de Abogados.
El problema no se reduce al pago de estas cuotas, sino que su uso es totalmente opaco. Aunque en el papel está detallado que las escuelas y las asociaciones tienen que registrar las aportaciones y su uso, en la vida diaria es algo que no solo no se hace, sino que se esconde, agregó el experto legal.
Por ejemplo, todos los “Recibos de Ingresos para los Planteles Educativos”, documento que la autoridad escolar tiene que expedir al momento de recibir las aportaciones, de acuerdo con el Reglamento que rige a las Asociaciones de Padres de Familia del Estado de Tamaulipas, son datos de lo que poco o nada se sabe.
Mediante diferentes solicitudes de transparencia se pidió un informe y desglose de los montos que ingresan a las arcas escolares por este concepto, sin embargo la respuesta de las autoridades fue que al ser un acuerdo entre particulares este asunto no es de su competencia.
Jorge Omar Moreno Treviño, profesor investigador de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), explicó que este cobro hecho por los centros escolares durante la pandemia responde a una crisis ante la que no estaban preparados para hacer frente. “Estas cuotas no eran obligatorias, es muy cierto, pero ya que se cobraron, ya que se instauraron de manera no legal desafortunadamente, valdría la pena transparentar el uso de esas cuotas a nivel escuela”, aseguró Moreno Treviño.
Las cuotas no alcanzan para el nivel de carencias
La tormenta que azotó Nuevo Laredo el 17 de mayo del 2021 dejó en evidencia las carencias que no sólo la ciudad, sino las escuelas padecen, pues la mayoría de ellas resultaron con daños considerables en su infraestructura y en sus subestaciones eléctricas.
La secundaria #79 Eugenio Hernández Balboa tardó un año completo en componer la subestación eléctrica que quedó derribada con las lluvias, apenas a finales de mayo fue que se pudo tener energía al 100% en los salones, pero por más de cinco meses los alumnos asistieron a las instalaciones en donde ni los ventiladores ni los aires acondicionados podían ser encendidos, de acuerdo con lo informado por el director del plantel, Carlos Banda Rodríguez.
Aunque la institución recibió las “aportaciones voluntarias” de los padres en el ciclo escolar 2020-2021, Banda asegura que eso es insuficiente, pues solo reparar el transformador tiene un costo de alrededor de 100 mil pesos, dinero con el que no cuenta la escuela.
Otro caso, aún más grave, es el de la secundaria #11 José Hernández Contreras, enclavada en uno de los sectores más marginados de Nuevo Laredo. Esta escuela quedó semidestruida después de la tormenta de 2021 y el gobierno estatal tardó un año en solventar un poco de las carencias. En un primer recorrido, en abril de 2022, el colegio tenía las huellas del periodo de pandemia y del desastre natural: una barda perimetral derribada, ventanas rotas, aires acondicionados descompuestos, impermeabilización destruida, son algunos de los detalles que se observaron en esa ocasión.
La directora del plantel, Liliana Aguilar, asegura que ha seguido todos los lineamientos para obtener algún tipo de apoyo por parte del gobierno, pero al final se ha quedado en papeles. Y como en muchas otras escuelas, el único recurso que queda es el que aporten los padres de familia. “Es muy difícil para todos y yo lo entiendo, genuinamente yo lo entiendo, pero esta es una escuela pública que pertenece al gobierno yo soy directora y soy la encargada de esta institución y soy solamente gestora, el recurso de los padres de familia no nos alcanza de verdad para cubrir para las necesidades que tenemos”, explicó Aguilar.
Asegura Estado no hay presupuesto para educación
Se hicieron más de 50 solicitudes de transparencia para determinar a dónde van las cuotas “voluntarias” que pagan los padres de familia cada inicio de ciclo escolar y conocer los recursos con los que cuenta la Secretaría de Educación del Estado (SET) para los planteles de secundaria de Nuevo Laredo, pero sobre este punto, la SET afirmó que no cuenta con ningún presupuesto destinado a los planteles de la localidad.
A pesar de esto, en el Presupuesto de Egresos de Tamaulipas, tan sólo de este año, para el rubro destinado a educación es de más de 26 mil 366 millones de pesos (http://finanzas.tamaulipas.gob.mx/uploads/2022/convocatoria/04/Anexo%203%20Decreto%20de%20Autorizacion.pdf), pero los directores de los planteles educativos aseguran que el único apoyo que reciben, tanto del estado como la federación, es para pagos de agua, luz, sueldos de docentes y parte de la plantilla administrativa únicamente.
Y además, el titular de la SET en Tamaulipas también aseguró en entrevista que la dependencia a su cargo no tiene un presupuesto establecido, pero en el Presupuesto de Egresos de Tamaulipas, para el ejercicio fiscal 2021-2022, hay un monto de más de 26 mil millones de pesos en educación.
Gabriela Regalado Fuentes, diputada local por el Distrito I por el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), aseguró que van a revisar por qué no se está reflejando el recurso en las escuelas municipales o del estado y rechazó las declaraciones del secretario de Educación, Mario Gómez Monroy, quien aseguró que no tenían presupuesto designado para las escuelas de nivel básico. “Sabemos que el presupuesto ha llegado y no se les ha cortado ni un solo peso, se han quitado programas, pero el recurso ha llegado y aparte se les ha incrementado, entonces es una mentira”, enfatizó Regalado Fuentes.
Al final, las escuelas aseguran que viven sin recursos, el gobierno que si los etiqueta y los que están obligados a pagar de manera puntual sus cuotas son los padres de familia. Miguel Jáuregui, jefe del Centro Regional para el Desarrollo Educativo (Crede), organismo encargado de supervisar que no se cometan delitos como la retención de documentos, hace hincapié en no llamarle “cobro de cuotas”, porque efectivamente es algo que está prohibido, tanto a nivel federal como estatal, pero se deslinda de la fiscalización de los recursos que se obtienen en cada centro educativo bajo esta etiqueta. “Ellos fueron electos por la comunidad de padres de familia, por quienes desearon participar y asistieron a la Asamblea y votaron para que estos padres los representen, y son ellos, en algunas escuelas, los que acuerdan y votan un monto para “aportar”, pero siempre de manera voluntaria y para apoyar en el sostenimiento de la escuela”, aseguró.
Sin las cuotas “voluntarias”, las escuelas no sobrevivirían: directores
Directores de 22 de las 24 secundarias de Nuevo Laredo afirmaron que de no ser por las aportaciones de los padres de familia sería imposible mantener la infraestructura de las escuelas, además de pagar sueldos a conserjes y servicios como el teléfono e Internet, compra de mesabancos y con la reciente pandemia, jabón, gel antibacterial, cloro, desinfectantes líquidos y en aerosol.
Juan José Gracia de la Garza, director de la escuela secundaria técnica 69, ubicada en la colonia Alianza para la Producción, al poniente de Nuevo Laredo, destacó que ni el estado ni la federación les brindan recurso para la inversión y mejoras de las escuelas. “”Las escuelas prácticamente son sostenidas por los padres de familia, el gobierno del estado no quiere a veces ni pagarle a los maestros, el gobierno municipal tampoco quiere pagarle mucho a los maestros, entonces casi todo lo que conlleva el gasto de una escuela, es sostenido por los padres de familia, para eso se usan las cuotas escolares”, declaró Gracia de la Garza.
El funcionario destacó que, si antes de la pandemia usaban 100 litros de limpiador líquido, esto se incrementó al doble a raíz del regreso a clases y la nueva normalidad y agregó que el gobierno de Tamaulipas sólo les ha enviado una botella de un litro de gel, cuando tienen que atender a más de mil estudiantes en dos turnos.
“Con el apoyo de los padres, al interior, tenemos todo lo demás, porque aquí nadie más nos da. Me han preguntado muchas veces ¿Y qué hace con el dinero que les manda el Estado?... solo dígame ¿cuál dinero?”, detalló el director de la secundaria 1, Javier Lugo García.
El director de la secundaria #7 Emiliano Zapata, Estuardo Ramírez Ramírez, declaró que desde el regreso a clases presenciales no han recibido ningún apoyo por parte de ningún orden de gobierno y han vivido con lo que los padres de familia pagaron durante la pandemia, mil 500 pesos por alumno, por concepto de las “aportaciones voluntarias”.
“Sí, pagaron las cuotas los padres de manera voluntaria para invertir en las escuelas, si no hay esas cuotas ¿quién nos apoya? Ahora, nos han dejado solos, ni el gel nos han entregado, nadie nos ha entregado nada, la escuela lo ha hecho todo. Las aportaciones las manejan los padres de familia para las necesidades propias de la escuela y que son muchas, todo el mantenimiento que tiene que darse a la escuela no cuesta barato, aquí en la mañana por ejemplo yo tengo un intendente que se le dan 2 mil pesos por semana ¿quién lo paga? los padres de familia, échele en un año ¿cuánto es? Son más de 100 mil pesos, que se junten 300 mil o 200 mil pesos, se le tiene que quitar 100 mil por intendente”, detalló Ramírez Ramírez.
Sin embargo, aunque la escuela luce impecable, el mismo jefe del Crede, Miguel Jáuregui Salazar aseguró que, además de esta cuota anual, se les está solicitando de manera semanal 100 pesos más por alumno de cada salón para mantenerlo limpio, con lo que parecería que no se tienen recursos para la limpieza. Al final, estos recursos se quedan en el limbo para los padres, a ellos simplemente se les “invita” a dar sus cuotas voluntarias.
Aunque algunos padres aseguran que de poco en poco les terminan cobrando todo, el director Ramírez Ramírez es claro “la educación de los hijos cuesta”, asegura. “Quieren una escuela en buenas condiciones materiales y académicas pues eso cuesta un poquito, hay escuelas que no tienen ni condiciones académicas ni condiciones materiales, aquí hay las dos cosas. Es un solo turno, el matutino nada más, son 487 alumnos, de estos el 75 u 80% de los padres de familia sí apoyan, otro 20% por necesidad no y un 5% que no quiere pagar, que se acomodan, no soy nadie para juzgar, pero todo el tiempo he dicho que la educación cuesta”, justificó Ramírez Ramírez.
En la secundaria #12 Bicentenario de la Independencia, ubicada en la colonia Colinas del Sur, la directora de la escuela, Norma Fabela Garay, declaró lo mismo: de no ser por el apoyo de los padres de familia, la escuela no estaría en las condiciones en las que se encuentra, pues tras la tormenta parte de la barda perimetral se cayó y fue con las aportaciones de los padres que lograron ponerla en pie, gasto que según dijo, ascendió a 30 mil pesos.
“Es muy poca la aportación (del gobierno estatal ), no quiero hablar mal, pero simplemente el apoyo para el regreso a clases fueron dos escobas y dos trapeadores”, aseguró Fabela Garay.
Este reportaje es parte del Hub de Periodismo de Investigación de la Frontera Norte, un proyecto del International Center for Journalists en alianza con el Border Center for Journalists and Bloggers
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