Después de padecer COVID-19, la enfermedad causada por el virus del SARS-CoV 2, pueden quedar varias secuelas, entre ellas, la caída del cabello, incluso se ha estimado que podrían ser 6 de cada 10 mujeres quienes experimentan este problema. Sin embargo, Rodrigo Roldán Marín, responsable de la Clínica de Oncodermatología de la Facultad de Medicina de la UNAM, explicó que se trata de un proceso reversible.
Existen tres etapas del cabello: anágena, catágena y telógena. La caída del cabello se encuentra en la tercera fase, llamada efluvio telógena, que es cuando se desprende y se cae, dijo el experto en entrevista con UNAM Global.
Esto mismo pasa con los animales, como los gatos o los perros, que cuando cambian de estación mudan de pelo y se les cae bastante. Mientras que en los humanos es fácil reconocerlo, por ejemplo, en algunos casos se da después de una quimioterapia o por el efecto de algunos fármacos.
En el caso del COVID-19, se aceleran las fases y se llega a efluvio telógena, etapa en la que se cae el cabello y es reversible. Se da por igual en mujeres y hombres, y surge después de uno a tres meses de haber padecido la enfermedad.
Sin embargo, en algunas ocasiones padecer COVID-19 puede acelerar el proceso de la alopecia androgénica, es decir, la pérdida de cabello que generalmente es por una razón genética o hereditaria. Ésta se manifiesta en los hombres como una “cabecita de fraile” y en las mujeres en la zona parietal.
De acuerdo con el especialista, la alopecia androgénica también es reversible, pero es necesario identificarla e iniciar el tratamiento desde su etapa más temprana. Pero cuando dicha pérdida del cabello se encuentra en una fase muy avanzada, es mucho más difícil la recuperación.
¿Qué hacer después de sufrir COVID-19?
Una persona que sufre caída del cabello después de haber padecido la enfermedad del COVID-19, lo primero que debe hacer es mantener la calma, dijo Roldán Marín.
Lo ideal es que acuda con un profesional, en este caso un dermatólogo que podrá precisar el diagnóstico y le indicará el tratamiento adecuado para disminuir el flujo de la caída.
El especialista debe asegurarse que la caída del cabello se debe a la enfermedad de COVID-19 y no por otra causa. La recuperación del cabello puede durar entre tres y seis meses, periodo en el cual se recupera por completo su densidad.
Aparte del tratamiento médico, es fundamental la alimentación, que debe ser balanceada y lo más sana posible. De hecho, otra causa de la alopecia es la desnutrición.
El especialista recomienda no automedicarse, no utilizar remedios que encontraron en internet o que recomendó algún conocido. Lo ideal es acudir con un profesional para recibir el tratamiento adecuado.
Además, el aseo del cabello debe ser diario, no hay ningún inconveniente ni acelera la caída. La persona puede seguir su vida lo más normal posible y entender que es un proceso transitorio y reversible.
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