Suprema Corte resolverá amparo contra extradición del sobrino de Caro Quintero

El “Mayel” tiene una suspensión de oficio que ha frenado su traslado a la Corte del Distrito Este de Nueva York, donde es acusado con el “Narco de narcos”

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El sobrino del capo dijo
El sobrino del capo dijo que era un campesino (Foto: Especial)

La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) resolverá el amparo de Ismael Quintero Arellanes, el Mayel y/o el Fierro, quien promovió el recurso para evitar la orden de extradición a Estados Unidos, donde es acusado por cargos de narcotráfico con su tío Rafael Caro Quintero, el Narco de narcos.

De acuerdo con los reportes, el juicio de garantías fue enviado la semana pasada por un Tribunal Colegiado a la SCJN, instancia que admitió analizar la demanda para determinar si reviste temas constitucionales en un estudio de fondo que estará a cargo de la ministra Norma Lucía Piña Hernández.

“Este Alto Tribunal asume su competencia originaria para conocer del recurso de revisión que hace valer el autorizado de la parte quejosa”, señala el acuerdo preliminar que fue turnado a la Primera Sala.

Quintero Arellanes fue detenido el 29 de enero de 2020 tras un fuerte operativo encabezado por la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) en un fraccionamiento lujoso de Culiacán, Sinaloa. Tras su captura fue trasladado a la Ciudad de México, donde enfrenta su proceso de envío al extranjero.

En una entrevista desde la
En una entrevista desde la clandestinidad al medio mexicano Proceso, Caro Quintero aseguraba el 25 de febrero de 2016 que ya no era narcotraficante y que vivía gracias a la ayuda de los demás. (Archivo DEF)

En su momento, la Fiscalía General de la República informó que el Mayel estaba acusado por los delitos de asociación delictuosa, contra la salud y portación ilegal de armas de fuego. La orden fue cumplimentada con fines de extradición internacional.

Después, Quintero Arellanes interpuso la demanda de amparo y una jueza le concedió la suspensión de oficio que frenó su traslado a Estados Unidos, donde enfrenta cargos con su tío en la Corte del Distrito Este de Nueva York.

Ahora Piña Hernández deberá elaborar un proyecto de resolución y presentarlo al resto de los ministros de la SCJN para decidir si procede la extradición, según lo resuelva el tribunal supremo del país.

Cuando fue detenido, el sobrino de Caro Quintero fue involucrado directamente en la organización criminal de su tío. Pero en sus primeras declaraciones en el Reclusorio Norte negó que se dedicara al tráfico de drogas y justificó que era un simple campesino.

Quintero Arellanes añadió que nunca había portado un arma de fuego, que jamás había viajado a Estados Unidos ni recibió llamadas de personas en ese país. Pero el juez determinó dejarlo tras las rejas. La orden de su arresto se había librado desde 2018.

De acuerdo con registros judiciales consultados por Infobae México, la corte de Brooklyn reiteró sus intereses contra Caro Quintero a principios de ese año y se consignó un recuento sobre sus actividades criminales desde 1980 hasta 2017. En parte de esas acciones están implicados más cómplices de relevancia, cuyos nombres están sellados.

Sin embargo, entre ellos el único que figura hasta ahora es su sobrino, Ismael Quintero Arellanes, que está implicado por participar en una conspiración internacional, así como fabricar y distribuir heroína, cocaína, metanfetamina, además de marihuana, incluido el uso ilegal de armas de fuego como parte de su facción: la célula de Caro Quintero. y/u Organización del Narcotráfico Caro Quintero.

Según el documento, esas operaciones ilícitas comenzaron desde o alrededor de enero de 1980 hasta junio de 2018, bajo el cobijo del sindicato criminal del Cártel de Sinaloa. Tanto el Narco de narcos como su familiar fueron identificados como líderes que garantizaron envíos masivos de drogas de forma continúa.

Presuntamente, la venta de drogas de esta organización generó ganancias estratosféricas, cuyo dinero lavado fue devuelto a México, a menudo de manera física por medios clandestinos. De manera específica se acusa que los dos obtuvieron 10 millones de dólares durante uno o más periodos de 12 meses por la fabricación, importe o distribución de narcóticos.

Para ello emplearon a decenas de personas que garantizaran el éxito de sus operaciones, incluidos sicarios, quienes encabezaron asesinatos y secuestros para silenciar testigos potenciales, además de tomar represalias contra quien pudiera informar a las autoridades de los ilícitos.

Pero esos operadores también son señalados por cometer asaltos, secuestros y actos de tortura. Además de cumplir la disciplina de sus cómplices para castigar la deslealtad y el fracaso.

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