En 2018, Claudia Sheinbaum se convirtió en la segunda mujer que ha asumido el cargo de Jefa de Gobierno de la Ciudad de México gracias al voto popular de las y los habitantes de la capital mexicana.

Cuatro años han transcurrido desde su nombramiento y, aunque su administración ha estado repleta de claroscuros, el apellido de la mandataria estatal ha cobrado relevancia y popularidad, sobre todo ahora que el presidente Andrés Manuel López Obrador la ha destapado como una de sus “corcholatas”.

Dicha acción generó gran revuelo entre la ciudadanía, ya que el rumor de que Claudia Sheinbaum se subirá a la contienda por la presidencia de México por parte del partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) cobra más fuerza cada día de frente a los comicios electorales de 2024.

Ya sea en spots publicitarios, espectaculares o bardas pintadas ya no solo en la Ciudad de México sino a lo largo y ancho de la República Mexicana, el apellido Sheinbaum podría pasar a la historia como parte del nombre de la primera presidenta que ha tenido el país.

Aunque aún no es un hecho que la Jefa de Gobierno de la capital mexicana será la candidata a la presidencia electa por Morena, resulta de gran interés conocer el origen de su apellido ya que, más allá de exponer algún significado banal, revela parte de la historia familiar de la mandataria estatal.

Cabe mencionar que es poco lo que se conoce acerca del apellido Sheinbaum, de hecho es complicado encontrar el significado literal de aquella palabra compuesta por cinco consonantes y cuatro vocales.

No obstante, dentro la información disponible se ha encontrado que el origen de Sheinbaum es judío y que, incluso, Israel es uno de los principales países que concentra la mayor cantidad de personas con dicha composición en sus nombres.

Entre los países que también cuentan con una notable presencia de habitantes con el apellido Sheinbaum destacan Estados Unidos, México, Canadá, Ucrania, Rusia, Argentina, Sudáfrica y Belice.

De acuerdo con información del periodista Alan Grabinsky, la familia nuclear de la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México se ha inclinado a lo largo de los años por el activismo político mexicano, no obstante, por sus venas corre la tradición sefaradí y la ashkenazí.

Fue durante de la década de 1920 cuando desde Lituania arribó a México la familia paterna ashkenazí de Claudia Sheinbaum. Su padre, Carlos Sheinbaum Yoselevitz fue un ingeniero químico y, por su parte, el abuelo de la mandataria estatal se desempeñó como un comerciante de joyas y militante del Partido Comunista Mexicano.

Resulta pertinente recordar que fue precisamente en ese contexto histórico cuando la migración judía a México comenzó a aumentar considerablemente y, bajo ese tenor, su madre, Annie Pardo Cemo -reconocida científica- también llegó a México en 1940 cuando ella y su familia sefardí originaria de Sofía en Bulgaria se encontraban huyendo del Holocausto.

Años más tarde, tanto Annie como Carlos -padres de Claudia Sheinbaum- se vieron involucrados en el activismo de izquierda mexicano desde la década de los años 60. Una vez que se consolidaron como una familia optaron por dejar la zona tradicionalmente judía en el poniente de la Ciudad de México para irse a vivir al sur de la capital cerca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en donde Annie trabajaba y posteriormente Claudia cursaría sus estudios universitarios.

Claudia Sheinbaum fue la segunda hija de aquel matrimonio judío, no obstante, curso sus estudios fuera de escuelas judías y fue gracias al activismo de sus padres que logró interesarse en la política desde muy temprana edad.

Ya rumbo a finales de los años 90 formaba parte de las filas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y fue ahí en donde tuvo sus primeros acercamientos con el ahora presidente Andrés Manuel López Obrador.

Su carrera política continuó su curso hasta convertirse en Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, sin embargo, antes de asumir el cargo Claudia Sheinbaum se sinceró sobre su judaísmo y sus raíces en un evento organizado con mujeres de la comunidad en donde declaró:

“Mis apellidos ambos son de origen judío [..] mis abuelos paternos migraron de Lituania, y mis abuelos del lado materno eran sefaradíes que migraron de Bulgaria en la Segunda Guerra Mundial”.

Pese a ello destacó que ella no creció practicando la religión pero que la cultura judía siempre formó parte de su vida.

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