EUA repatrió a México una escultura virreinal hurtada hace 20 años de un templo en Morelos

La pieza cuenta con aplicaciones de oro y fue realizada mediante una importante técnica de arte utilizada en el siglo XVII

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La escultura policromada representa a San Antonio de Padua, y fue robada del Templo de Santiago Apóstol, en Jiutepec, Morelos desde 2002. 
(Foto: INAH)
La escultura policromada representa a San Antonio de Padua, y fue robada del Templo de Santiago Apóstol, en Jiutepec, Morelos desde 2002. (Foto: INAH)

Pasaron 20 años de ardua búsqueda para dar con una de las esculturas más buscadas por México, se trata de una representación de San Antonio de Padua, policromada que fue robada del Templo de Santiago Apóstol, localizado en Jiutepec, Morelos desde 2002. Este 11 de agosto finalmente se repatrió procedente de Dallas, Texas, para su entrega por representantes del FBI en la Embajada Americana en el país, a autoridades de la FGR; quienes, a su vez, se encargaron de su transferencia a representantes de la Coordinación Nacional de Conservación del Patrimonio Cultural (CNCPC) del INAH.

La entrega oficial de la pieza virreinal se llevó a cabo en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH). El protocolo estuvo encabezado por la secretaria de Cultura federal, Alejandra Frausto Guerrero; el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar; el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero; el jefe de la Unidad para América del Norte de la SRE, Roberto Velasco Álvarez, en representación del canciller Marcelo Ebrard Casaubon, y el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Prieto Hernández.

Entre las secretarías de Relaciones Exteriores (SRE) y de Cultura, a través del INAH, así como la Fiscalía General de la República (FGR) y el FBI unieron fuerzas para hacer posible la recuperación y devolución de la escultura.

La pieza fue entregada oficialmente en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH).
(Foto: INAH)
La pieza fue entregada oficialmente en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (BNAH). (Foto: INAH)

Durante el acto las autoridades y representantes destacaron precisamente este esfuerzo común e ideales que comparten por recuperar el patrimonio cultural que se encuentra fuera del país de forma ilegal. Por lo que esta restitución, se consideró como “una verdadera acción de diplomacia cultural”. Así como una prueba de la colaboración entre ambas naciones en la lucha contra el tráfico y venta ilícitos de piezas históricas y arqueológicas.

Por su parte, el embajador Ken Salazar, tras reconocer como “fundamental para el futuro” el trabajo de la Secretaría de Cultura y del INAH, destacó que es momento de celebración por el buen trabajo de todas y todos y, de parte del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo entrega de la pieza a México.

A su vez, el director general del INAH subrayó que la colaboración del gobierno estadounidense en la recuperación del patrimonio cultural, histórico y arqueológico que se encuentra fuera del país ha generado el regreso de miles de piezas en los últimos años.

La escultura virreinal de San Antonio de Padua

La búsqueda comenzó con una denuncia interpuesta por el Centro INAH Morelos para la pronta localización del paradero de la pieza, fue entonces que las autoridades ministeriales, tras indagar a profundidad por varios años, lograron ubicarla en la ciudad de Dallas, Texas.

Se informó a las autoridades estadounidenses, de dicha carpeta de investigación sobre la desaparición de la pieza, de esa manera se dio el contacto con las autoridades mexicanas, a través de la representación del FBI en México, quienes se encargaron de asegurarla y resguardarla.

De acuerdo a las pesquisas, la escultura se encontraba en posesión de un coleccionista estadounidense, quien, al morir, heredó su acervo a un museo. Entre las piezas se incluía la escultura, la cual no contaba con los debidos papeles que autentificaran su posesión, por lo cual el personal del recinto museístico acudió al FBI para denunciar el caso.

San Antonio de Padua fue representado en esta escultura, realizada mediante la técnica de arte conocida como “estofado”, que son piezas trabajadas sobre madera, normalmente dedicadas al culto religioso. Mide de 1.10 metros de alto por 50 de ancho y 60 de profundidad, y según los estudios, data del siglo XVII.

La figura realizada mediante la técnica de "estofado", cuenta con aplicaciones de oro y fue hallada en Dallas, Texas.
(Foto: INAH)
La figura realizada mediante la técnica de "estofado", cuenta con aplicaciones de oro y fue hallada en Dallas, Texas. (Foto: INAH)

“La escultura policromada tiene un tratamiento en el pelo, una encarnación, su hábito está tallado en madera, cuenta con aplicaciones de oro en un fondo oscuro, que ayudan a resaltar sus diseños florales con los que cuenta. Respecto a los elementos iconográficos de la obra, destaca la tonsura, círculo rasurado en la coronilla, de la talla, el hábito con un cíngulo o cordón con borlas en los extremos, tanto textil como tallado sobre el ropaje; en su mano izquierda lleva una biblia, calza unas sandalias, representativas de la devoción que se le tiene en la grey religiosa”, detalló el INAH.

¿Quién fue San Antonio de Padua? Sobre el personaje de la obra, fue un sacerdote perteneciente a la Orden Franciscana, fue un predicador y teólogo de origen portugués. Se le reconoció como santo y doctor de la Iglesia por el catolicismo. Cabe recordar que los franciscanos fueron los primeros frailes en llegar a la Nueva España para evangelizar entre 1523 y 1536. Por eso la importancia de la escultura para la historia de nuestro país.

La pieza recuperada va a recibir el debido tratamiento de restauración pues presenta cierto grado de deterioro, como la la pérdida de un pedazo del dedo anular de la mano derecha y la ausencia de una coronilla de metal que llevaba sobre la cabeza. Una vez quede lista, será reintegrada al Templo en Jiutepec, Morelos.

Cabe resaltar la gran cantidad de tesoros culturales que restituido a México por parte de EUA, uno de las entregas más recientes fueron las 12 piezas arqueológicas de origen mexicano, devueltas voluntariamente por la Fundación del Museo de Albuquerque (FMA). De acuerdo con un dictamen preliminar del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), la mayoría de ellas procede de la zona occidente de México y datan de entre los años 300 y 600 a.C.

Entre los objetos restituidos, se identifica una de estilo Chalchihuites, otra de estilo Tuxcacuesco-Ortices y una vasija efigie del estilo Comala, de la tradición cultural de Tumbas de Tiro.

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