El cable diplomático 06Mexico505, filtrado por el sitio Wikileaks hace once años, expuso que desde el año 2006 Andrés Manuel López Obrador confesó al embajador de Estados Unidos, Tony Garza, que en caso de ganar la presidencia de México, su intención era darle mayor poder al Ejército para hacerse cargo de la seguridad pública.
En un desayuno con Tony Garza, el candidato de la izquierda mexicana detalló que su estrategia para el combate a los grupos del narcotráfico incluía una reforma constitucional para otorgar mayor poder a los militares, pues los consideraba más efectivos y menos corruptos que las dependencias de mando civil, como la entonces Procuraduría General de la República (PGR).
Los cables diplomáticos de Tony Garza a Washington señalaban que el político mexicano trató de convencer al gobierno norteamericano de que encabezaría un gobierno sólido y fuerte, incluso insistió en que podría solicitar apoyo financiero a EEUU en el combate al narcotráfico y el terrorismo.
Acompañado por dos de sus asesores, Rogelio Ramírez de la O y José María Pérez Gay, el tabasqueño contó durante su encuentro con Tony Garza que el complemento de su estrategia sería la desaparición de la entonces Secretaría de Seguridad Pública (SSP) e implementar una reorganización de la Secretaría de Gobernación (Segob), la cual volvería a quedar al mando de la Policía Federal Preventiva y el Cisen.
En abril de 2010, López Obrador se lanzó contra la estrategia del presidente Felipe Calderón y criticó la intención de una reforma legal para dotar de mayores facultades al Ejército en el combate a la inseguridad.
“No es con el ejército como se pueden resolver los problemas de inseguridad (...) No podemos aceptar a un gobierno militarista”, dijo en un video, en el que además defendió los ideales de Benito Juárez: “No apostar a una República militar, sino civilista”.
En ese entonces aún militaba en el PRD, y desde esa trinchera política lanzó el expreso llamado a regresar al Ejército a los cuarteles, pues este “no debe utilizarse para suplir las incapacidades de los gobiernos civiles”.
En febrero de 2013, ya con el presidente Enrique Peña Nieto en funciones, a través de su cuenta en Twitter López Obrador publicó un mensaje en el que criticó severamente el uso del Ejército en el combate a la inseguridad.
“Es perverso que los potentados utilicen al Ejército para enfrentar el problema de la inseguridad que ellos crearon por dedicarse a saquear” , escribió el tabasqueño el 19 de febrero de 2013.
Años después, en 2018 y en su tercera campaña presidencial, AMLO presentó su decálogo de seguridad, en el que se comprometió a recuperar la paz social y regresar al Ejército a los cuarteles, sin embargo, los documentos filtrados por el sitio de Julian Assange revelaron que el tabasqueño siempre tuvo en la mira ampliar las atribuciones legales de las Fuerzas Armadas para emplearlas en las tareas de seguridad pública.
Aún cuando en 2019, el Congreso de la Unión avaló la creación de la Guardia Nacional, el presidente se dijo insatisfecho por el hecho de que este nuevo cuerpo fue limitado a estar bajo un mando civil.
El 17 de enero de 2019, AMLO dijo en su conferencia matutina “No estoy satisfecho”, y criticó el dictamen que eliminó un artículo transitorio que arrebató el mando a las Fuerzas Armadas, por un periodo de 5 años.
El Ejecutivo Federal consideró que el texto legal con el que se obligaba a mantener un mando civil en la Guardia Nacional era “prácticamente una reedición de la Policía Federal, que ya sabemos que no funcionó”.
Reprochó que la Policía Federal no fue suficiente para combatir el crimen en México, y “no por culpa de los elementos, sino porque desde que se creó, en el Gobierno de Zedillo, no se le dio fuerza”.
Un año después, en 2020, el presidente López Obrador insistió en que la Guardia Nacional debía tener relación estrecha con las Fuerzas Armadas y su mando debe estar adscrito a las Fuerzas Armadas: “Eso lo voy a defender” y apuntó de nueva cuenta a una reforma a la Constitución.
López Obrador justificó El 14 de mayo de 2020 que era absurdo no utilizar el potencial del Ejército y de la Marina.
“Antes de llegar a la Presidencia, siendo candidato, escribí un libro y lo propuse, argumenté que se tenían 230 mil elementos en la Secretaría de la Defensa, más de 60 mil en la Secretaría de Marina y no podían estos elementos hacer labores de seguridad pública, que era realmente incongruente, un absurdo” dijo como titular del Ejecutivo Federal.
Las armas de la GN son de Sedena, apuntó reportaje
Aún cuando la Guardia Nacional pertenece formalmente a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), un reportaje de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) en conjunto con el portal Animal Político dejó al descubierto que en la práctica la operación se lleva desde la Secretaría de la Defensa Nacional.
El periodista Leonardo Núñez apuntó que desde su creación, 59% de los elementos de la Guardia Nacional siguieron cobrando su salario en el Ejército y solo 41% dentro de la SSPC.
Además, los cuarteles de la Guardia Nacional no pertenecen a ese cuerpo de seguridad, ya que no han gastado su presupuesto en la edificación de obra pública, y en su lugar, todas las instalaciones han sido construidas por Sedena.
Los datos también indican que el nuevo cuerpo de seguridad civil no ha invertido su presupuesto para adquirir los materiales, equipo o vehículos que utiliza. Una vez más, estos conceptos se han pagado por el Ejército mexicano a través del Fideicomiso Público de Administración y Pago de Equipo Militar.
La investigación periodística expuso que la Guardia Nacional ha empleado su presupuesto, no para consolidar su estructura, sino principalmente para el pago de gastos corrientes, como gasolina, servicios y uniformes.
Militarizar al país no es el camino, advirtió MCCI
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) expuso algunos de los puntos de simulación y opacidad del manejo de los recursos de la Guardia Nacional, dependencia que desde su creación se planteó como una institución de carácter civil, pero de acuerdo con una investigación de la organización civil, siempre ha estado bajo el mando de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) apuntó que desde su origen la Guardia Nacional, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) e incluso el propio presidente Andrés Manuel López Obrador han escenificado una ficción, pues han pretendido hacer pasar a la Guardia Nacional como institución policial y bajo el control civil, supuestamente con pleno apego a la Constitución.
Por ello, señalaron, la idea de una reforma constitucional para que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) tenga en sus manos el control total de la Guardia Nacional es problemática, ya que de un “plumazo” duplicaría los recursos en manos de los militares.
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