En el marco de la captura del Narco de narcos, Caro Quintero, el pasado 15 de julio en un operativo en Sinaloa, un helicóptero Black Hawk de la Secretaría de Marina (Semar) se desplomó luego de participar en la detención del capo.
La aeronave en la que viajaban 15 marinos terminó en el suelo de Los Mochis, a 120 kilómetros del lugar de la detención; percance que cobró la vida de 14 de los tripulantes, mientras que el único sobreviviente se encuentra en estado grave de salud.
Se trata del sexto helicóptero que se desploma durante la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, en medio del aumento de la violencia en el país, frente a una estrategia de seguridad que ha sido criticada hasta por instancias internacionales.
Y es que luego del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en Cerocahui, comunidad del municipio de Urique en Chihuahua, a manos de El Chueco, narcotraficante ligado al Cártel de Sinaloa, la política de seguridad en México fue puesta en jaque por los resultados que se han obtenido a tres años de que López Obrador asumió el poder.
De acuerdo con la Secretaría de Marina, de 2019 a la fecha han sido seis los helicópteros que se han desplomado, aunque las razones varían entre derribos y accidentes técnicos o de operación. El último y el más grave fue el ocurrido tras la detención de uno de los narcos más importantes en la historia de México el pasado fin de semana, el fundador del Cártel de Guadalajara, siendo el que más víctimas mortales ha cobrado.
En abril de este año otra aeronave cayó igualmente en el estado de Sinaloa, en el municipio de Mazatlán. Dicho helicóptero participó en la extinción de un incendio forestal en Sonora. Colapsó en la zona de hangares en el aeropuerto local, dejando un saldo de cinco heridos.
Por su parte, en agosto del 2021 otro helicóptero cayó en Agua Blanca, Hidalgo; en el que viajaba el Secretario del Gobierno de Veracruz Éric Cisneros y resultaron lesionadas seis personas. Las autoridades dieron a conocer del percance de la unidad MI-17 en las inmediaciones de la unidad deportiva de aquel municipio.
En el helicóptero viajaban 20 personas, mientras que el accidente ocurrió durante las maniobras de aterrizaje, desconociendo las causas que le dieron origen en aquel momento. Días después, el ejecutivo federal reveló durante la conferencia matutina que el accidente se debió a una ráfaga de viento.
En 2020 tres aeronaves se desplomaron. En octubre, fueron tres personas las que resultaron lesionadas tras la caída de un helicóptero en Villahermosa, capital de Tabasco, luego de que éste chocó con un poste en las inmediaciones del aeropuerto de la ciudad. Se trató de una unidad MI-17 de la Marina, la cual regresaba de realizar trabajos de vigilancia, así como labores de apoyo por las inundaciones en la entidad. Varios elementos resultaron heridos.
Fue en marzo del mismo año que un otro helicóptero Black Hawk cayó durante un operativo en Veracruz, con saldo de un muerto. El accidente ocurrió en un área de cultivo de la comunidad de Xopilapa, en el poblado de Tehuipango. En dicha ocasión resultaron heridas más de una decena de personas.
De acuerdo con el gobernador de la entidad, Cuitláhuac García, la aeronave se encontraba en servicio como apoyo en un operativo antisecuestro, con el fin de rescatar víctimas en la región de Zongolica. La Secretaría de Seguridad Pública (SSPC) confirmó la identidad del elemento caído como Javier Jerezano Baxin, activo de la policía estatal.
En enero de dicho año otro helicóptero de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) cayó en el municipio de Guadalupe y Calvo, Chihuahua. La aeronave procedía de Culiacán, Sinaloa y de acuerdo a la versión oficial, el desplome fue causado por fallas mecánicas al momento de aterrizar. El incidente ocurrió alrededor de las 08:30 horas del 19 de enero cuando el vehículo aéreo se desplomó sobre la pista “El Zorrillo” a pocos kilómetros de la cabecera municipal. No hubo víctimas mortales.
En julio del 2019, el secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Martín Godoy Castro, murió junto con el director del Seguro Popular, Germán Ortega, y los dos pilotos de la aeronave tras el desplome de ésta al haber salido de la ciudad de Morelia con dirección al Valle de Huetamo. A 50 kilómetros del Aeropuerto Internacional de Morelia el helicóptero dejó de tener contacto con la torre; en su momento las autoridades locales atribuyeron la caída a las condiciones climáticas.
No obstante, la Fiscalía General del Estado de Michoacán (FGEM) determinó que la aeronave no presentó complicaciones al momento de despegar a causa del clima, por lo que calificó la declaración del gobierno de Silvano Aureoles como de adelantada. A pesar de que la dependencia expresó que pudo tratarse de un hecho premeditado, las investigaciones no lograron atribuir dicha causa. Ese día ningún tripulante sobrevivió.
Sin embargo, no sólo los helicópteros han presentado accidentes, sino también los aeroplanos. Fue en febrero del 2021 que un avión de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) tipo Learjet 45 se accidentó al momento de despegar en el aeropuerto de Jalapa, también en Veracruz.
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El accidente en el Aeropuerto Nacional “El Lencero” tuvo como resultado la muerte de seis elementos castrenses. El hecho habría ocurrido cuando el avión realizaba prácticas de vuelo, terminando impactado en suelo tabasqueño para luego incendiarse con los agentes dentro.
Por si fuera poco, los grupos criminales en México han demostrado tener el arsenal necesario para el derribo de aeronaves de las Fuerzas Armadas, como recientemente se comprobó en un operativo en el poblado de San Miguel Topilejo, Ciudad de México, donde una pequeña célula criminal posiblemente ligada al Cártel de Sinaloa fue desarticulada en posesión de un barrett calibre 50; arma con la potencia para derribar aeronaves.
De esta forma, el narco en México ha logrado embestir grandes maquinarias aéreas, como lo hizo en mayo del 2015, cuando el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) disparó un lanzacohetes RPG-7 contra un helicóptero tipo Cougar durante un operativo en la entidad jalisciense, cobrando la vida de nueve efectivos de seguridad. También resaltó el caso de septiembre del 2016, cuando otra aeronave fue atacada en Tierra Caliente, Michoacán, por grupos criminales. En esa ocasión utilizaron un fusil Barrett .50 y cuatro personas perdieron la vida.
Sumado a ello, de 2006 a 2021 más de 100 aeronaves de la Fuerza Aérea Mexicana, incluyendo aeroplanos y helicópteros, se han desplomado en el ejercicio de sus actividades. De dicha cifra, la mitad han sido en acciones contra el crimen organizado.
En tanto, mientras los grandes grupos criminales siguen acumulando poder y armamento, el gobierno de López Obrador se ha caracterizado por una estrategia que definió durante las campañas electorales en 2018 como “Abrazos, no balazos”, que ha llevado la cifra de homicidios dolosos por encima de los 120 mil muertos que dejó el sexenio de Felipe Calderón y la llamada “guerra contra el narco”.
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