Corría el año de 1984, momento en el que el narcotráfico en México comenzó a cobrar un importante auge tras el surgimiento del Cártel de Guadalajara, encabezado por Miguel Ángel Félix Gallardo, el llamado “Jefe de jefes”, así como por Rafael Caro Quintero “El Narco de narcos” y Ernesto Fonseca “Don Neto”.
En ese momento, Manuel Bartlett, uno de los llamados “dinosaurios” del PRI, era el secretario de Gobernación. El presidente era Miguel de la Madrid.
El gobierno de Estados Unidos tenía a miembros de sus principales agencias, la DEA (la Administración de Control de Drogas) y la CIA ( Agencia Central de Inteligencia) operando en México, especialmente, investigando temas relacionados con el creciente narcotráfico mexicano.
Uno de los agentes que participaba en estas investigaciones era Enrique “Kiki” Camarena, integrante de la DEA, quien se infiltró en el Cártel de Guadalajara y descubrió un plantío de marihuana de 544 hectáreas en un rancho llamado El Búfalo, enclavado en el municipio de Allende, Coahuila y que, de acuerdo con las autoridades, era propiedad de Caro Quintero en alianza con Miguel Ángel Félix Gallardo, Pablo Escobar y Ernesto Fonseca, los cuales eran los principales traficantes de cocaína y marihuana en esos momentos.
El rancho era protegido por un comandante de la Policía Judicial Federal, Rafael Aguilar Guajardo, quien años después fundó el cártel de Juárez.
Fue entonces que se puso en marcha la llamada “Operación Búfalo” realizada a mediados de noviembre de 1984, en la que de acuerdo con las versiones periodísticas de esa época, fueron decomisadas 4 mil toneladas de marihuana, con un valor aproximado a los 8 mil millones de dólares en ese momento. Un golpe brutal para las finanzas del Cártel de Guadalajara.
Versiones periodísticas señalan que los narcotraficantes atribuyeron el decomiso a “Kiki” Camarena, por lo que planearon asesinarlo.
Tres meses después, el 7 de febrero de 1985, Enrique Camarena fue secuestrado a plena luz del día, en la ciudad de Guadalajara, Jalisco, por elementos de la entonces Dirección Federal de Seguridad, la cual se dice, trabajaba en contubernio con Caro Quintero, Félix Gallardo y Ernesto Fonseca.
Camarena fue trasladado a un domicilio propiedad de Caro Quintero, ubicado en la colonia Jardines del Bosque, en la ciudad de Guadalajara, donde fue torturado por más de 30 horas.
De acuerdo con las investigaciones, a Camarena le rompieron varios huesos del cuerpo, le arrancaron varios dientes, lo quemaron e introdujeron un palo por el recto. La brutalidad a la que fue sometido le ocasionó el estado de coma, por lo que los narcotraficantes llevaron a dos médicos, Humberto Álvarez Machaín y Javier Vázquez Velasco, para intentar reanimarlo, pero ya no era posible. Fue entonces que terminaron con su vida golpeándolo en la cabeza con una barra de acero.
Después, se deshicieron de su cuerpo en el poblado de La Angostura, en el estado de Michoacán. Sus restos fueron localizados el 5 de marzo.
Pese a que las autoridades señalaron en todo momento la responsabilidad de Caro Quintero, exagentes de la DEA señalaron que la CIA fue copartícipe del asesinato.
A partir de ese momento, la DEA comenzó la llamada “Operación Leyenda” para capturar a todos los participantes del asesinato de “Kiki”, considerado como un héroe para la agencia antidrogas estadounidense.
Sin embargo, en las investigaciones, surgió el nombre de Manuel Bartlett, el poderoso secretario de Gobernación, como uno de los participantes en la planeación del secuestro y tortura de Enrique Camarena.
Las versiones que involucran a Bartlett
En enero de 2014, el periodista Jesús Esquivel reveló en la revista Proceso que tres expolicías mexicanos, acogidos desde finales de los noventa al programa estadounidense de testigos protegidos, aseguraron que Manuel Bartlett y Juan Arévalo Gardoqui (titular de la Secretaría de la Defensa) participaron en el interrogatorio al agente de la DEA.
De acuerdo con el periodista de investigación, quien entrevistó a los agentes mexicanos de manera separada, uno de ellos incluso acusa a Bartlett de haber recibido 4 mil millones de dólares en 1984 de manos de los narcotraficantes Rafael Caro Quintero; Ernesto Fonseca Carrillo, Don Neto; Miguel Ángel Félix Gallardo, y Manuel Salcido Uzeta, “El Cochiloco”; para la campaña del poblano que buscaba la candidatura presidencial.
Pero además, tres exagentes federales estadunidenses –Héctor Berrellez, Phil Jordan y Robert Plumlee– han asegurado que la CIA es la artífice del asesinato de Camarena, pues el agente antinarcóticos había descubierto un plan secreto de la agencia para armar a la contra nicaragüense con recursos obtenidos del tráfico de drogas.
Aunque Bartlett Díaz ha negado las acusaciones e incluso ha asegurado que se trata de un ardid del expresidente Carlos Salinas de Gortari, lo cierto es que Estados Unidos mantiene una investigación abierta en contra de Manuel Bartlett por el caso Camarena, motivo por el cual no puede poner un pie en la Unión Americana ante el riesgo de ser detenido.
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