El Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) han extendido sus tentáculos en el mercado transnacional de drogas y han llegado hasta el sur del continente: Chile.
De acuerdo con Manuel Monsalve, subsecretario del Interior de Chile, los dos grupos criminales más grandes de México ya tienen presencia o influencia en el país sudamericano y son de alguna manera responsables del incremento reciente de la violencia.
“La llegada del crimen organizado implica más violencia, más armas y más homicidios. El delito que antes lo cometía una persona ahora es realizado por organizaciones sofisticadas que planifican a gran escala el tráfico de estupefacientes”, afirmó el subsecretario en una entrevista para el portal Las Últimas Noticias.
Monsalve explicó que la llegada del narco a Chile tiene que ver en gran medida con las circunstancias de la región, pues en América Latina se produce y se trafica droga en una magnitud mayor que en otros lugares del mundo. Tan solo Colombia, Bolivia y Perú son los productores mundiales de cocaína.
“El narcotráfico involucra armas y mucha violencia. Estamos en un continente violento. América Latina y Centroamérica concentran el 8% de la población mundial, pero tienen el 40% de todos los homicidios que ocurren en el mundo”, afirmó el subsecretario en una entrevista para el portal Las Últimas Noticias.
Las evidencias recientes de actividades criminales han despejado toda duda que quedaba. Es por eso que Monsalve confirmó que el cártel “jalisco nueva generación y el Cártel de Sinaloa ya tienen influencia o presencia en Chile”.
En el caso concreto de la organización sinaloense, considerada como la más grande y poderosa del hemisferio occidental, fue descubierta tratando de enviar un avión cargado con 665 kilos de cocaína desde Chile con destino al puerto de Rotterdam, en Holanda.
Paralelamente un informe reciente del Centro Europeo de Monitoreo de Drogas y Adicciones (EMCDDA, por sus siglas en inglés) informó que como respuesta al incremento de la demanda de los consumidores europeos, las bandas locales, en alianza con “cocineros” mexicanos y colombianos, están produciendo cocaína de la más alta calidad en el viejo continente; en algunos casos incluso mayor a la que se produce en Colombia o Perú.
El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), por su cuenta, estableció un laboratorio en la ciudad chilena de Iquique. Además, según reportó el diario El País, también fue descubierto cuando pretendía introducir al país 3.5 toneladas de marihuana a través del puerto de San Antonio, en la Región de Valparaíso.
En septiembre de 2021, durante la presentación del informe Observatorio del Narcotráfico en Chile 2021, el Fiscal Nacional, Jorge Abbott, afirmó que Chile había dejado de ser un país de tránsito de droga: “Cárteles de México ampliamente conocidos intentan asentarse aquí. Tenemos que admitir que hemos iniciado la senda de aquellos territorios que albergan producciones locales de sustancias ilícitas y la instalación de cárteles dentro de sus fronteras”, afirmó.
El Cártel de Sinaloa opera con diversas estructuras, como si fuera una empresa multinacional con asociaciones delimitadas en facciones. Esa red diversificada con administraciones en niveles distintos le ha permitido consolidarse durante décadas, pero hay cabecillas que definen el rumbo o tienen la última palabra sobre posibles estrategias a seguir
El estado de Sinaloa ha sido durante mucho tiempo el epicentro del centro de contrabando y cultivo de marihuana y amapola en México. Casi todas las organizaciones traficantes del país tienen su origen en esa región.
Mientras tanto el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), la organización delictiva con el crecimiento y la expansión probablemente más rapidos en la historia criminal de México, atraviesa por una serie de crisis y desafíos a diez años de su creación.
Las diversas circunstancias que ha tenido que atravesar el cártel de las cuatro letras en el último año se asemejan al declive de otras organizaciones criminales mexicanas que en el pasado tuvieron un auge rápido y vigoroso como Los Zetas, los hermanos Beltrán Leyva y el Cártel de Tijuana, de acuerdo con un análisis de Insight Crime, organización especializada en temas de seguridad.
Entre ellas se encuentran el rumor de la muerte de su máximo líder, Nemesio Oseguera Cervantes, alias el Mencho; los numerosos frentes abiertos y las disputas internas que ha tenido que atender; así como las caídas de miembros importantes y del círculo más íntimo del líder máximo de la organización.
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