Votar es necesario y obligado en una democracia. Sólo mediante un procedimiento electoral, vigilado, eficiente, organizado, independiente y dotado de integridad, como lo tenemos en México, se renuevan en orden las instituciones del Estado.
Es un derecho político electoral y un deber ciudadano que no debemos subestimar. Es el triunfo imbatible del método pacífico para la toma de decisiones políticas fundamentales y es también una conquista que significó diversos sacrificios a lo largo de nuestra historia.
Ya lo dijo Octavio Paz, Premio Nobel de Literatura: “una nación sin elecciones libres es una nación sin voz, sin ojos y sin brazos.”
Por décadas enteras escuchamos los malestares que aquejaron a nuestros procesos electorales por no ser libres ni auténticos. Ahora que lo son, gracias a instituciones como el Instituto Nacional Electoral (INE) y los órganos electorales locales y a robustos andamiajes normativos constitucionales y legales, no desperdiciemos la oportunidad ni soslayemos el mandato que nos da nuestra norma fundamental de hacer funcionar la maquinaria democrática.
Hoy que gozamos del poder del sufragio sin cortapisa alguna, mediante el que inclusive hemos asistido varias alternancias en el Poder Ejecutivo Federal y en muchas de las entidades federativas, apreciemos lo que tenemos, pues en todos los sentidos y para todos los efectos, lugares y épocas, votar siempre es mejor que abstenerse.
Votar es uno de nuestros derechos humanos en su vertiente política y electoral. Votar, pues, es una muestra palmaria de la dignidad humana en paridad y libertad. En paridad total como principio rector del sistema electoral entero y con la garantía de una vida para las mujeres libre de todas las violencias. Y en libertad a través de sus expresiones de libertad política, de pensamiento, de asociación, de expresión, entre otras.
Se trata del instante supremo en el que las ciudadanas y los ciudadanos no solo somos todas y todos iguales, sino que nos transformamos en mandantes y, con el crayón que nos da el INE en las casillas el día de la jornada electoral, decidimos en la boleta el país que queremos, otorgando nuestra preferencia a la propuesta que más nos interesa ver en el ejercicio de la función pública.
Recordemos que cuando los países de Europa del Este fueron liberándose de los totalitarismos, una encuestadora norteamericana preguntó cuál era la característica o acto que se consideraba que en realidad hacía de las y los entrevistados, ciudadanas y ciudadanos de una democracia. Hubo dos respuestas siempre: votar y pagar impuestos.
En el primer caso, las personas entrevistadas mostraban con orgullo su credencial electoral o su pulgar manchado con tinta sepia.
Estamos a unas horas del momento estelar de la democracia en los estados Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. El domingo cívico las y los electores de esos estados de la República mexicana, podrán ejercer libremente y sin presiones su derecho al voto para renovar al menos la gubernatura en cada estado. En total, estarán en contienda 436 puestos de elección popular.
Desde este espacio hago un respetuoso y entusiasta llamado a las y los electores de esas seis entidades para que acudan a la cita tradicional electoral este 5 de junio.
Podrán participar con la certeza de que todo el proceso electoral ha sido pensado, preparado y será ejecutado de manera imparcial, oportuna, objetiva y siempre apegado a derecho por personal experto, capacitado y profesional. Tengan también la seguridad de que las malas prácticas fracasarán pues existe un complejo sistema institucional de controles y vigilancia que previenen y disuaden esos comportamientos desleales con la ley; y son sancionados en caso de acontecer.
En promedio, el listado electoral cuenta con cobertura del 99.88%; eso significa que de cada mil solicitantes de credencial, solo una persona no la recogió y no podrá votar. Así, más de 11.7 millones de ciudadanas y ciudadanos podrán votar en estas elecciones.
Este domingo se instalarán en total 21,074 casillas en esas 6 entidades. En ellas, serán sus vecinas y vecinos quienes recibirán y contarán sus votos. Para las elecciones de gubernatura de Aguascalientes, Durango, Oaxaca y Tamaulipas, las electoras y electores de estos estados que residen en el extranjero y se registraron, podrán votar desde donde se encuentran, ya sea por la vía postal o por internet.
En Aguascalientes, el INE está implementando por primera ocasión el voto anticipado domiciliado; en Hidalgo, por segunda ocasión, el voto de personas en prisión preventiva.
El INE llevará a cabo conteos rápidos en las seis entidades federativas la misma noche de la elección, para certeza y tranquilidad de la sociedad sobre los rangos por los que, con toda seguridad, discurrirán los resultados definitivos.
Al participar, tendrán el enorme privilegio de presenciar en vivo y de primera mano el funcionamiento del cuarto de máquinas de la República: las elecciones. Por cierto, asegúrense de llevar su credencial para votar con fotografía, cubrebocas y de que al salir de la casilla les marquen la credencial para votar y les entinten el dedo pulgar con líquido indeleble.
¡A votar!
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