Las expansiones del Cártel de Sinaloa en España han sido afectadas con una muestra de los lujos millonarios que deja el negocio del narcotráfico, según incautaciones de autos de alta gama, joyas, dinero, mansiones, empresas fachada, cuentas bancarias y toneladas de drogas.
Este megadecomiso de las autoridades españolas vislumbró el alcance del poderío económico de la organización delictiva que se ha consolidado durante décadas en México y cuyas operaciones se han detectado en los cinco continentes del planeta.
De acuerdo con el reporte oficial, en la estructura criminal de España está implicado un clan familiar, algo que distingue al Cártel de Sinaloa, pues las facciones son dirigidas por grupos que a menudo colaboran entre sí para protegerse o envíos de cargamentos, pero no son una empresa de mando vertical, de acuerdo con analistas y reportes consultados por Infobae México.
Las investigaciones que derivaron en el aseguramiento a mitad de mayo reciente se acentuaron con la llegada de varios mexicanos a Madrid a finales de 2020. Con el curso de las indagatorias se estableció que los emisarios de Sinaloa estaban ligados al grupo criminal que introdujo más de diez millones de euros en metálico y oro de inversión para asentarse en el país.
No se ha precisado a qué rama en específico pertenecían los operadores criminales, pero los reportes aseguran que los 24 detenidos están ligados al grupo del crimen transnacional mexicano. Sus huellas se distinguen con las suntuosidades incautadas en narcolaboratorios, invernaderos inteligentes y casas opulentas en provincias de Madrid, Guadalajara y Málaga.
Actualmente, el Cártel de Sinaloa está encabezado por tres ejes principales con una referencia angular. El máximo cabecilla es Ismael Zambada García, el Mayo, quien nunca ha sido detenido; en otro flanco están los herederos narcojuniors conocidos como los Chapitos, hijos de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo; y en el nivel de relevancia igual se acomodan los hermanos del último líder que paga cadena perpetua: Aureliano Guzmán Loera, el Guano, y Miguel Ángel Guzmán Loera, el Mudo.
A cualquiera de estas direcciones es atribuida la intención de asegurar sus ilícitos en el país europeo, aunque otras intervenciones se han detectado en Holanda e Italia. Una ruta codiciada parte desde costas mexicanas o chilenas hacia África para llegar a la zona del Sahel y de ahí, ascender al norte con Marruecos como punto nodal. Sin embargo, también están las conexiones directas con los puertos del viejo continente.
Según el informe de la Policía Nacional de España, los primeros sinaloenses en llegar se instalaron de inmediato en viviendas de lujo. Poco tiempo después comenzaron a trabajar en plantaciones de marihuana en Guadalajara, donde eran visitados asiduamente por presuntos narcotraficantes.
Como si se tratara de empleos de ensueño y con ganancias elevadas, los investigados compraron decenas de autos lujosos y propiedades residenciales exclusivas y/o de alto standing. En las gráficas compartidas por las autoridades lo mismo se observan flotas de Land Rover tipo Range; camionetas Lamborghini Urus, Rolls-Royce Phantom; Porsche; Cadillac Escalade último modelo; además de coches Mercede Benz, Audi, BMW y Volvo.
La investigación ha acreditado un movimiento de capitales abrumador
Para no ser detectados, los narcos cambiaban constantemente de viviendas. No escogían apartamentos humildes o alquilados, se mudaban a propiedades de lujo. También compraban y vendían joyas y más autos deportivos que superaban los 500 mil euros, algo así como 10.4 millones de pesos mexicanos por transacción. Los gastos provinieron del lavado de dinero.
Según los bienes decomisados, lo mismo se observan fusiles de grueso calibre, armas cortas, billetes, máquinas para contar efectivo, así como cerca de 30 relojes de alta gama, entre ellos de oro; más de 50 cadenas y rosarios del mismo metal; monedas de euros; aunado a pulseras lujosas, también metálicas. Por los materiales compartidos se presume su religión católica, pues entre las medallas había numerosas cruces adornadas con incrustaciones.
Los supuestos lugartenientes del Cártel de Sinaloa compraron y constituyeron varios negocios, así como compañías para blanquear capitales ilícitos obtenidos de la venta de drogas. Pero todo ello fue de la mano con sobornar a diversos funcionarios para que les ayudaran a asentarse y conseguir documentos.
No solo eran operadores mexicanos, también se identificaron ciudadanos de otros países como Holanda, Croacia y China, quienes ya contaban con antecedentes penales y previo paso por la cárcel por narcotráfico. De acuerdo con el reporte oficial, el grupo de sinaloenses veían facilitado su ingreso a un mercado que no era el suyo.
Para ello conformaron un modelo de negocio con empresas fachada en España, Portugal y Suiza para explotar sembradíos de marihuana. Los plantíos se ubicaron en diversas provincias españolas para extraer productos derivados del CBD en laboratorios suizos y portugueses.
Fue así como se intervinieron 60 toneladas de plantas y se bloquearon las operaciones iniciales. Luego de ello, los criminales invirtieron en crear contenedores con un software inteligente que les permitiría obtener cosechas en menos de tres meses. Los mexicanos vieron el potencial e intentaron comprar ese negocio, pero nuevamente fueron frenados.
Finalmente, las autoridades españolas dieron con narcobodegas, así como plantaciones de más de 4 mil metros cuadrados donde se almacenaba el enervante al vacío que después era distribuido en dobles fondos de mesas y mas muebles enviados por paquetería.
Pero el Cártel de Sinaloa utilizó sus influencias en Sudamérica y enviaron a diversos ciudadanos que transportaban paquetes de cocaína en empaques de café. Posteriormente, el narcótico era distribuido en narcolaboratorios de Madrid a compradores croatas y holandeses que ya conocían. Incluso, narcomenudistas chinos introducían el producto en cárceles españolas.
Como resultado de los 13 cateos fueron detenidas 24 personas y se aseguraron 37 kilos de cocaína. También se incautó una tonelada de cogollos de marihuana, 10 armas, 105.116 euros en metálico; 17 vehículos y cuatro viviendas valorados en siete millones de euros. Igual fueron desmantelados dos narcolaboratorios y dos invernaderos. Aunado al bloqueo de 20 cuentas bancarias.
Con este caso suman dos procesos de sinaloenses identificados con operaciones de narcotráfico en España en el último año. Pues en octubre de 2021, la Guardia Civil desmanteló una red que utilizaba al menos 5 avionetas y dos helicópteros para enviar cargamentos de marihuana desde Marruecos.
La Operación Limoneros resultó en decomisos de la droga, detención de 41 personas, armas y un sembradío, así como el megadecomiso de 1,290 kilos de hachís que no llegó al mercado europeo.
Esta célula contaba con una escuela de pilotos con personal traído de Sinaloa. Todo comenzó por investigar a un ciudadano mexicano que se accidentó con un helicóptero en Marruecos y que previamente estuvo hospedado en Sevilla en septiembre de 2019.
Pistas clandestinas, bases ocultas, tráfico marítimo, refacciones y manuales de vuelo también cayeron en esas acciones. El área dominada era las costas de Huelva, Murcia, Toledo y Cáceres. Pero ahora se acercaron a la capital española.
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